Las secuelas de un niño gallego tras dos años sin ser operado: "Mi hijo anda sobre los tobillos"

La familia de Marcos Fontán, un niño gallego de diez años, denuncia las secuelas que ha sufrido por la demora de la intervención quirúrgica ►Urge la derivación "inmediata" del menor al hospital Teresa Herrera de A Coruña
Silvia y su hijo Marcos, este miércoles en un parque. JAVIER CERVERA-MERCADILLO
photo_camera Silvia y su hijo Marcos, este miércoles en un parque. JAVIER CERVERA-MERCADILLO

Una escoliosis y una deformación acusada en los pies que le obliga a caminar prácticamente sobre los tobillos. Es la factura que está pagando el menor pontevedrés Marcos Fontán Muñiz, de diez años de edad, por llevar en lista de espera para operarse de los pies durante casi dos años, tiempo en el que además no ha tenido "ni una sola consulta de revisión ni seguimiento alguno".

Quien denuncia su caso es su madre, Silvia Muñiz, a la que se le ha agotado su "paciencia infinita". En este plazo su hijo se ha sometido a tres preoperatorios, que han caducado en todos los casos por los efectos colaterales de la pandemia, "por eso de que había mucho covid en el hospital".

El menor padece una enfermedad rara causada por dos mutaciones genéticas que afectan a su movilidad y su capacidad cognitiva. "Para andar necesita ayuda y aunque va al colegio con compañeros de su misma edad, mentalmente es como si tuviera tres años", explica su progenitora.

Los padres de Marcos rechazan que el Chup plantee la misma intervención que hace dos años, "sin haber hecho ni una sola radiografía" ni haber supervisado su evolución

El joven ingresó en lista de espera en mayo de 2020 a petición del servicio de Traumatología del Complejo Hospitalario Universitario de Pontevedra (Chup) por una deformación de los pies que ya afectaba a su forma de desplazarse y que ahora se ha visto agravada por el tiempo de espera. La falta de una intervención ha aumentado el dolor, ha agudizado la malformación y ha terminado afectando a "otras partes del cuerpo"; entre ellas, la columna vertebral, que se ha desviado. "Llevamos casi dos años esperando a que operen los pies de mi hijo y en este tiempo ha empeorado significativamente. Ahora sufre escoliosis y anda sobre los tobillos. Todo esto le ha influido negativamente en su calidad vida", advierte su madre.

Silvia y su hijo Marcos, este miércoles en un parque. JAVIER CERVERA-MERCADILLO

DERIVACIÓN. La falta de avances llevó a Silvia Muñiz a presentar varias reclamaciones en Atención al Paciente y a contactar en varias ocasiones con Montecelo.

Este miércoles, por fin, recibió una llamada del Chup en la que le comunicaron que su hijo debía ingresar a los dos días para ser intervenido. Sin embargo, ni los tiempos ni la hoja de ruta convencen a los progenitores del menor, que de hecho han acabado solicitando la remisión de su hijo al hospital materno infantil Teresa Herrera de A Coruña.

Ambos rechazan que el complejo hospitalario pontevedrés plantee la misma intervención que hace dos años, "sin haber hecho ni una sola radiografía" ni haber supervisado la evolución del menor. Y lo hacen con el aval de un traumatólogo pediátrico del hospital coruñés, que precisamente ha pedido "la derivación del menor" al centro herculino para llevar a cabo una operación menos lesiva. "El padre de un menor con un problema parecido nos aconsejó recurrir a la consulta de este doctor y eso hicimos (el pasado lunes). Vio que los pies habían empeorado mucho y nos dijo que la operación se tenía que hacer ya y con una sola intervención. En Montecelo proponen operar primero un pie y luego otro, pero Marcos no sabe andar con muletas ni a la pata coja y ya que lo vamos a dormir y meterlo en quirófano, nosotros también pensamos que mejor que sea todo de una vez".

"Siempre me daba miedo que lo desplazaran, pero es impresionante cómo lo quieren y lo cuidan"

Por este motivo, Silvia replicó la propuesta del Chup de intervenir a su hijo a finales de esta semana con un nuevo escrito a Atención al Paciente, en el que volvió a reclamar el traslado "inmediato" del menor al Teresa Herrera para su "tratamiento multidisciplinar y la realización de dicha cirugía". La petición se ampara en la Ley de Garantías de Prestaciones Sanitarias, que permite a los usuarios del Sergas elegir centro hospitalario en algunos supuestos. Y advierte de que se trata de "un paciente con gran afectación neurológica", que hace que su familia considere que "tiene un derecho indiscutible a esa derivación".

Silvia y su hijo Marcos, este miércoles en un parque. JAVIER CERVERA-MERCADILLO

TERAPIAS. Marcos fue diagnosticado siendo muy pequeño, aunque tampoco fue tarea fácil. Sus padres sabían que "algo no iba bien" a los pocos meses de nacer, "porque no aguantaba la cabeza, no se giraba y no te miraba", algo que su hermana mayor no acusó en ningún momento durante su crecimiento.

Un pediatra de A Parda quitó hierro al asunto, alegando que "no parecía un problema", pero el instinto paternal y el comienzo de crisis epilépticas hizo que sus progenitores buscasen segundas opiniones. Otro pediatra de ese mismo centro advirtió que sí existían anomalías y derivó al menor al programa de Atención Temprana, desde donde se ordenaron estudios genéticos. Los análisis del Sergas no detectaron ninguna anomalía, pero en la sanidad privada saltó la alarma. Las mutaciones fueron identificadas por un centro médico de la ciudad, donde "lograron dar con el tratamiento" y donde el niño continúa participando en distintas terapias.

"Al principio la Seguridad Social te cubre fisioterapia, terapia ocupacional, logopedia... pero solo hasta los seis años. A Marcos se lo alargaron un poco más, hasta los ocho, pero ahora solo está con logopedia y se lo quitan dentro de tres meses. Después toca buscarse la vida", denuncia su madre.

INTEGRACIÓN. La unidad familiar costea la mayoría de las terapias con el sueldo que aporta el padre, autónomo, y la ayuda de dependencia de unos 400 euros que percibe el menor. Silvia "nunca" tuvo problemas para encontrar un trabajo, pero la situación de su hijo le abocó a abandonar el mercado laboral. "Con la de citas y terapias que tenemos, es difícil que alguien te mantenga contratada".

Uno de los grandes consuelos de la familia es que Marcos está plenamente integrado en su colegio (Manuel Vidal Portela) y que, a pesar de sus dificultades para expresarse y moverse, "es un niño muy querido por sus compañeros". "Siempre me daba miedo que lo desplazaran, pero es impresionante cómo lo quieren y lo cuidan. El trabajo de las educadoras, tanto en la escuela infantil como en el colegio, es de diez".

Preguntada por este caso, el Área Sanitario indicó este miércoes que ha iniciado "gestiones", aunque sin ofrecer más declaraciones. "Lo único que pedimos es que lo traten con garantías y acabe esta pesadilla", sentencia la madre del menor.

[FUENTE: "Mi hijo anda sobre los tobillos y sufre escoliosis" tras esperar dos años una operación de pies]

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