Lo que el monte gallego esconde

Una parte de los sectores forestal, agroganadero, cinegético y piscícola se manifestarán el domingo en Santiago en defensa del rural. Sin embargo, otra parte recela al entender que la movilización oculta algo diferente: el ataque de la cadena de valor de la madera al Plan Forestal de la Xunta por frenar la expansión del eucalipto

La cadena de valor de la madera de Galicia, impulsora de la manifestación del domingo, presentó una propuesta de consenso para el grupo del sector forestal: la idea es que solo un monte viable económicamente revivirá el rural. EP
photo_camera La cadena de valor de la madera de Galicia, impulsora de la manifestación del domingo, presentó una propuesta de consenso para el grupo del sector forestal: la idea es que solo un monte viable económicamente revivirá el rural. EP

HAY UNA FRASE de Tomás Fernández-Couto, la persona responsable de la política forestal de la Xunta de forma casi ininterrumpida durante las últimas dos décadas, que condensa la esencia de los problemas a los que se enfrenta el monte gallego y, por extensión, todo el mundo rural que orbita a su alrededor. "Las industrias de la madera me dijeron: 'Queremos la tierra toda que precisemos y la que quede, para los demás'. Así de claro", aseveró el alto cargo ferrolano hace mes y medio en la web especializada Campo Galego.

Con esa afirmación, el director xeral de Ordenación e Producción Forestal trataba de explicar el por qué de la oposición de la autodenominada cadena de valor de la madera —que agrupa desde productores hasta transformadores, fabricantes o comercializadores— al nuevo Plan Forestal que la Xunta espera aprobar en breve y que está llamado a trazar la hoja de ruta y las líneas rojas del monte gallego al menos durante las próximas dos décadas.

Lo cierto es que el sector forestal siempre fue de frente contra Medio Rural en lo referido a su oposición al plan, para el que además presentaron alternativas o mejoras en forma de documento conjunto y consensuado. Pero en lo que quizás no fue tan sincera la cadena de valor fue en la causa real de ese rechazo al nuevo escenario que plantea la Administración autonómica, porque tanto desde Medio Rural como desde parte del sector y del mundo del campo gallego entienden que lo que pretende la industria es disponer del monte a su antojo y, sobre todo, tener vía libre para el eucalipto.

MANIFESTACIÓN. Este interés del "lobby forestal" que a menudo se oculta es, para parte de los implicados en esta batalla que se está librando por el futuro del rural, la verdadera razón que impide cualquier consenso. El eucalipto, bien por exceso o bien por defecto, es el elemento que está dinamitando el plan forestal y eclipsando en ocasiones otros debates tanto o más importantes como el de las economías alternativas y de valor añadido (setas, miel, maderas nobles, castaña...) o la lucha contra el minifundismo, por poner solo algunos ejemplos. Hay decenas.

Así que esta realidad es la que llevó en su día a Fernández-Couto a su reflexión y también la que ahora desanima a parte de los actores del rural gallego a participar en la manifestación que este domingo demandará en Santiago de Compostela un futuro para la vida fuera de las ciudades y el asfalto.

Sobre el papel, se trata de una convocatoria arropada por decenas de colectivos, siglas y marcas que representan a los sectores de la agricultura, ganadería, forestal, caza y pesca, pero con un vistazo rápido al cartel al momento se echan de menos muchos pesos pesados en casi todas estas áreas. Así, faltan las federaciones gallegas de caza y pesca, agrupaciones lácteas y cárnicas punteras, grupos ecologistas, parte de los sindicatos agrarios o los consejos reguladores, por citar algunos agentes vitales para el rural; mientras que sobran páginas web, blogs o tiendas online de ámbito estatal.

Ese "relleno" es una de las críticas que lanzan aquellos que no se suman a la movilización, que también afean que no se sepa con claridad quienes son los convocantes, aunque apuntan precisamente hacia el sector forestal por ser el único que aparece representado con todo su potencial: el Clúster da Madeira a la cabeza, los principales productores (Promagal, Promacer, Promabe...) y colectivos potentes como la AFG o Asefoga.

Fue la misma desconfianza y la misma crítica que lanzó desde la Organización Galega de Comunidades de Montes Veciñais en Man Común su presidente, Xosé Alfredo Pereira. "Nós compartimos esa crítica á industria" y, de hecho, este colectivo ya hizo su propia manifestación en la capital y no entraba en sus planes participar en esta. Finalmente la apoyarán "por unha invitación de última hora da Mesa Galega pola Caza", que incluyó una de sus reivindicaciones —la no privatización de los montes comunales— en el decálogo de demandas de la protesta.

Pero eso no impide que Pereira, buen conocedor del monte gallego y de sus problemas, admita todos los intereses que hay detrás de este conflicto abierto entre la industria maderera y la Xunta y la realidad del eucalipto como el elemento de discordia que frena cualquier posibilidad de acuerdo en el rural.

La manifestación del rural que "no va contra nadie" 

Los convocantes, alrededor de medio centenar si se atiende a cifras oficiales, aseguran que su manifestación "no va contra nadie" sino que pretende ser un toque de atención a administraciones y sociedad sobre el valor que tiene el rural y el peligro que supone su proceso de abandono, así como la pérdida de prestigio de las actividades que en él se desarrollan. El único pero que presenta es esa ausencia de actores importantes que desconfían de que la convocatoria forma parte de la hoja de ruta del sector forestal contra el plan de la Xunta.

Convocatoria
La manifestación del sábado en Santiago por el rural parte a las 11.00 horas de la Alameda.

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