"Galicia es el área de España que más luz de tono frío consume"

Los comerciantes de la iluminación demandan más participación de instituciones y darán salida al stock de bombillas halógenas

Bombilla LED. INTERNET
photo_camera Bombilla LED. INTERNET

El pequeño comercio lucense del gremio de la iluminación afronta desde ayer una nueva prohibición. Las bombillas halógenas cuentan sus horas tras la decisión de la Unión Europea de cesar la producción del utensilio. Entre las quejas de los vendedores se encuentran la falta de participación y apoyo desde las distintas instituciones —Ministerio de Industria, Instituto Enerxético de Galicia—, así como los problemas para retirar los productos no aptos para el mercado. Reclaman más información para el cliente que, en muchos casos, desconocía la desaparición de ese tipo de bombilla y que carece de datos sobre las alternativas posibles. De momento, estiman un stock suficiente para mantener la venta de halógenos durante un año como mínimo.

Mariángeles Vázquez (Electricidad Campo): "Yo me enteré por los medios e internet, mis clientes, a través de mi"

Este comercio, abierto hace casi 25 años, mantiene en sus ventas las lámparas fluorescentes compactas como las número uno. Destaca el "desconocimiento sobre el mundo del led, los lúmenes —unidad de medida del flujo luminoso— y los problemas de reciclaje de estos productos". Manifiestan su descontento porque la información llegó a través de "los medios e internet y a mis cliente a través de mi". Desde sus suministradores de Europa, informan que "Galicia es el área de España que más luz de tono frío consume".

 

Nerea Varela (Luces): "Hablamos de un cambio de ciclo que llevará años, aún hay mucho stock"

Este local confirma que "no afectará inmediatamente", ya que la gente pide iluminación led, de tonalidad fría en su mayoría, "por la subida de la luz" aunque "todavía llegan clientes pidiendo incandescentes". Advierte que "la distancia a la que se mide el led es la trampa del fabricante, no hay nada estipulado" pero mantienen que "es la mejor opción debido a que, incluso roto el cristal, sigue funcionando". Se habla de "un cambio de ciclo que llevará años, aún hay mucho stock de lámparas halógenas y no solo en tienda, también en distribuidores y demás, la actividad cesa en las fábricas. Para cuando se note, habrá otra cosa nueva".

 

Marisol García (Lámparas Lugo): "El halógeno no tiene una campaña para fomentar su correcta retirada"

Este comercio del centro histórico destaca en su stock "una mayoría de productos en led" aunque todavía se piden lámparas halógenas, incandescentes y  fluorescentes compactas. Entre su clientela, percibe "una falta de información, sobre todo en temas como convalidaciones de vatios y lúmenes". Recalca que desde las instituciones "no ha venido nadie ni han informado de nada en persona, nosotros nos hemos hecho cargo". Entre los problemas que encuentra al halógeno destacan "el tiempo de encendido que es inferior al resto de bombilla" así como que "el halógeno no tiene una campaña para fomentar su correcta retirada, ni nosotros tenemos un contenedor específico para deshacernos del producto, es muy contaminante con el medio ambiente y la gente lo intenta, incluso nos trae las lámparas hasta aquí". Ante las alternativas, destacan el led que, "aunque se le hace poca publicidad", tiene "buena acogida, nosotros informamos sobre el ahorro que puede suponer". Entre los colores de luz, advierten que la luz cálida también tiene fuerza pero que "lo ideal es tener luces para cada ambiente".

 

Carmen Rubiás (LuzSonGa): "La reconversión comenzó antes de que afectase de algún modo"

Este comercio se dedica especialmente a iluminación de eventos y espectáculos. Su nicho de mercado es distinto a otros del gremio. Advierten de que esta media «es muy repentina» y puede descolocar al público ya que ni ellos han recibido datos de alguna institución. Entre sus equipos profesionales se encuentra «led en la mayoría, bombillas halógenas quedan en algún foco para teatro, pero es algo que no se va a cambiar inmediatamente». Considera que estas medidas pueden ser «admitidas por un ayuntamiento que se lo puede permitir» pero puede dañar al bolsillo del cliente. En su negocio confirman que «la reconversión comenzó antes de que afectase de algún modo»

 

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