El futuro de Galicia en cinco frentes

SENSIBILIZACIÓN ▶ La reciente alerta de la Onu sobre los efectos del cambio climático vuelve a poner el foco sobre la necesidad urgente de ayudar al medio ambiente del planeta. Para ello, Sogama recuerda la importancia de que toda la sociedad reduzca, reutilice y valorice la basura, consciente de que "el mejor residuo siempre es el que no se produce".
Cajera de un supermercado Mercadona. AGN
photo_camera Hay que cambiar el chip en casa, en el trabajo o en la compra: reducir el plástico y tirar solo lo imprescindible. AGN

La hoja de ruta para conseguirlo está clara: comienza con la prevención y reducción de residuos, continúa con la preparación para la reutilización y el reciclaje, y culmina con la valorización material o energética de la fracción no reciclable, relegando el vertido a último lugar por ser la opción más nociva para el medio ambiente y para la salud pública.

Y para que esto sea posible, es fundamental la participación activa de los ciudadanos. Sin su implicación será imposible un desarrollo en el que convivan de forma equilibrada el crecimiento económico, la protección ambiental y la cohesión social.

La Sociedade Galega do Medio Ambiente (Sogama) recuerda que la contribución de cada persona a este reto común es mucho más simple de lo que parece, porque los pequeños gestos en nuestro día a día, por muy insignificantes que puedan parecer, tendrán un notable impacto positivo sobre el entorno si cada vez somos más los que las adoptamos.

1. En el trabajo

Es uno de los lugares donde más tiempo pasamos y, consecuentemente, donde nuestra actitud puede ayudar más a nivel ambiental. En oficinas, por ejemplo, es fundamental recortar el gasto de papel, imprimiendo solo lo necesario y aprovechando los folios por las dos caras o como borrador.

También hay que devolver los cartuchos usados al proveedor para que los rellene de tinta y apostar siempre por material recargable para prolongar su vida. Además, se pueden donar los equipos informáticos a organizaciones que le dan una segunda vida.

A nivel personal se puede llevar la taza o vaso de casa para evitar así los plásticos de un solo uso.

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2. En el colegio

La etapa escolar también implica muchas horas al día durante muchos años, una etapa fundamental además por ser en la que se forma la conciencia ambiental.

Hay que aprovechar al máximo el material de curso a curso, comprando solo el imprescindible y que sea resistente y de larga duración. Además, en el aula, hay que aprovechar también al máximo el papel, como en la oficina.

Mil y una vidas del papel ► En el colegio, en la oficina o en casa: el uso del papel debe restringirse al máximo para no acabar con los bosques del planeta

A nivel personal, se puede ayudar llevando la merienda de media mañana en tupper y la bebida en una cantimplora, evitando el uso de plásticos y papel de aluminio.

3. En la compra

Si hay un gesto que influye en la protección ambiental, ese es sin duda la práctica de un consumo responsable. Para no comprar por comprar, lo que siempre se traduce en sobras y, consecuentemente, en residuos, lo mejor es hacer una lista y ceñirse a ella y priorizar los productos a granel para evitar los embalajes, que representan el 23% del peso de nuestra basura.

Los productos locales y de temporada son una apuesta segura por su calidad y por su menor impacto ambiental para el transporte o la conservación. Y en ese sentido, también es relevante apostar por productos con etiqueta ecológica.

Consumo responsable ► Comprar lo justo, ceñirse a la lista y apostar por cosas de proximidad y con poco o ningún embalaje es hoy el manual del buen ciudadano

Por último, al ir a comprar lo mejor es llevar bolsas reutilizables. Las de un solo uso se utilizan durante un promedio de 20 minutos antes de ser desechadas y, si no se gestionan correctamente, pueden acabar en el entorno, donde permanecen hasta 400 años.

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4. En el tiempo de ocio

Pasarlo bien no está reñido con hacerlo de forma respetuosa con el medio. Por ejemplo, todo el menaje para una fiesta o un picnic debe ser metálico y reutilizable, porque el plástico de un solo uso ya pasó a la historia, incluso por ley. Si eres tú el organizador, evita comprar o decorar de más; y si eres invitado, regala obsequios "desmaterializados" como entradas, suscripciones, experiencias... Y en cualquier ámbito usa pilas recargables.

Además, todo el mundo que tenga huerta o que tenga la jardinería o la actividad de campo como hobby puede apostar por un compostador para convertir los restos orgánicos de la basura en abono de alta calidad.

¿Sabías que...? ► Las bolsas de plástico se usan una media de apenas 20 minutos y después permanecen en el entorno durante más de 400 años

5. En casa

Aunque en cualquier ámbito de la vida se puede ayudar al planeta, sin duda es en el hogar donde la gama de opciones más se amplía. Empezando por la cocina, donde el uso de productos frescos tiene menos impacto ambiental al generar menos residuos y, al mismo tiempo, mejora la salud. También es importante ajustar las raciones al número de comensales y aprovechar los restos para reelaborar suculentos platos. Sogama dispone de un recetario para ello al que se puede acceder en su web.

Hay que tener en cuenta, al comprar y al cocinar, diferenciar entre fecha de caducidad y fecha de consumo preferente. La primera indica el momento en el que un artículo puede representar una amenaza para la salud. La segunda, el momento en el que puede perder propiedades –textura, sabor, olor–, pero no supone riesgo para la salud, por lo que puede ser perfectamente consumido. Es bueno, en todo caso, organizarse internamente, por ejemplo poniendo en la parte delantera de la nevera los productos que necesiten consumirse antes.

vaso de agua

Para terminar el apartado alimentario, hay que recordar que una de las fuentes que más plástico genera es el agua embotellada. Pero se puede llenar una jarra con agua del grifo como alternativa.

En otros ámbitos del hogar también se pueden hacer cosas interesantes, desde usar pilas recargables hasta a colocar bombillas de bajo consumo, que gastan un 80% menos de electricidad y duran de 6 a 8 veces más.

Siempre que se pueda hay que apostar por productos duraderos y arreglar aquellos que se estropeen siempre que sea posible. Si finalmente se acabó su vida útil, especialmente la de los aparatos eléctricos y electrónicos, conviene llevarlos a un punto de recogida autorizado, ya que es ahí donde comienza su segunda vida. En todo caso, conviene exprimir al máximo la utilidad de los productos e incluso valorar regalarlos a otra persona antes de tirarlos si pueden tener utilidad.

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Por último, dos aspectos relevantes en el día a día del hogar. Por un lado está la ropa, a la que se le puede dar una segunda o tercera vida regalándola a familiares o colectivos benéficos. Y por el otro, hay que volver atrás en el tiempo y recuperar material de aseo personal sólido, como la tradicional pastilla de jabón, ya que el uso de geles en envase se traduce en toneladas de residuos plásticos.