Ocho incendios calcinan más de 2.300 hectáreas en Galicia y continúan activos

El fuego obliga a desalojar a 700 personas de un camping en Ribeira ► El epicentro del fuego se traslada a la ría de Arousa, con focos que amenazan viviendas en Caldas, Vilagarcía y Boiro ▶ Medio Rural consiguió apagar las llamas en Maceda y Ponteareas y las controló en A Mezquita, Arbo, Ames y Brión
Incendio de Boiro visto desde A Illa de Arousa. PIER
photo_camera Incendio de Boiro visto desde A Illa de Arousa. PIER

La ola incendiaria que asola Galicia en este verano extremadamente seco y caluroso continúa imparable y sus frentes se extienden por el territorio. Así, si el primer epicentro estuvo en O Courel y Valdeorras y el segundo en el sur de Pontevedra, los problemas se desplazaron en las últimas horas hacia el norte, a la ría de Arousa, un escenario que tradicionalmente registra una alta actividad incendiaria. En este contexto global, la Consellería de Medio Rural logró apagar dos fuegos importantes, pero otros ocho continuaban activos al cierre de esta edición tras devorar más de 2.300 hectáreas de terreno.

La extinción de los frentes de Maceda (120 hectáreas) y Ponteareas (15 hectáraeas) supuso un respiro, igual que el control del de A Mezquita, en la montaña ourensana, cuando llevaba ya 150 hectáreas afectadas.

Sin embargo, en el resto de focos hubo pocas novedades destacables, al menos positivas. La consellería confirma ocho fuegos sin extinguir con una extensión afectada total de 2.228,15 hectáreas a las 19.30 horas, que ya eran más al cierre de esta edición.

De todos ellos, hay tres que siguen activos y preocupan más: Verín, Caldas de Reis y Boiro. Especialmente los dos últimos, en el sur y norte de la ría de Arousa, porque mantienen activada la situación 2 por la proximidad de las llamas a viviendas.

El fuego de Caldas, que se inició en la parroquia de Salar y se extendió al vecino de Vilagarcía de Arousa, ya devoró 450 hectáreas y mantuvo a los vecinos y los equipos de extinción en vilo toda la noche. Todavía permanece vigente "como medida preventiva" la alerta por la proximidad de las llamas a viviendas, aunque la Xunta destaca que "evoluciona favorablemente".

Peor pinta la cosa en Boiro, el último gran fuego declarado. El jueves cerró con apenas 20 hectáreas afectadas en la parroquia de Cures, pero en un día, avivado por el viento que sopló fuerte en O Barbanza, ya se llevó por delante 400 hectáreas y saltó al vecino ayuntamiento de A Pobra.

El avance de las llamas también obligó a activar la situación 2 por la proximidad del fuego al núcleo de Piñeiro, aunque el alcalde, José Ramón Romero, también advertía que estaba cerca de la población de Sampaio, ya en el municipio de A Pobra do Caramiñal.

Las llamas se extendieron también Ribeira, donde están cerca del camping Ría de Arosa, en el núcleo de Oleiros, lo que ha implicado el desalojo de 700 personas.

Por último, en Verín seguía este viernes activo el fuego que mantuvo en vilo a toda la localidad durante 24 horas y que arrasó 600 hectáreas muy cerca del núcleo urbano. En todo caso, este incendio sí "evoluciona favorablemente hacia su estabilización" tras un duro esfuerzo por parte de los medios de extinción desde el miércoles. De hecho, ya no amenaza casas.

CONTROLADOS. En su informe de la tarde, Medio Rural confirmó que quedó estabilizado el incendio de la parroquia de Mourentán, en Arbo, con un balance de 400 hectáreas; y el de la parroquia de Barcela, en este mismo ayuntamiento, controlado con 82 hectáreas de monte afectadas.

Y también mejoró el panorama en los concellos de Ames y Brión, pegados a Santiago, donde un incendio sorprendió este viernes por su inmediatez y su virulencia y obligó a activar la situación 2 por proximidad al núcleo de Guitiande, aunque la alerta apenas duró media hora, entre las 20.30 y las 21.00.

Según estimaciones provisionales de la Xunta, el fuego, declarado a las 18.52 en la parroquia de Ortoño (Ames) afecta a unas seis hectáreas de superficie. Este incendio "metió un poco de apuro " a los vecinos de Guitiande y a las autoridades, según el alcalde de Brión, Pablo Lago, que destaca que "por suerte había una franja de 50 metros" de seguridad.

Alerta amarilla por fuerte viento que complica todo

Si en las últimas semanas fueron las altas temperaturas y las tormentas las que activaron y aceleraron los incendios forestales, ahora es el viento del nordeste el que agrava la situación. Por un lado, porque es un viento que seca mucho el terreno y por el otro, porque su fuerza aviva y acelera el avance de las llamas.

Fue lo que ocurrió viernes en Boiro. Precisamente la comarca de O Barbanza está este sábado, junto a la Costa da Morte, en alerta amarilla por esas rachas de viento.

Era el factor que faltaba para confirmar la temida regla del 30, la peor combinación posible para los bomberos forestales ya que hace coincidir en el tiempo temperaturas por encima de los 30 grados, humedad ambiental por debajo del 30% y vientos con rachas superiores a 30 kilómetros por hora. Y eso es precisamente lo que se espera para este sábado en algunos puntos de Galicia.

Y aunque la tercera ola de calor acaricia ya su final, Meteogalicia mantiene para este sábado un aviso de nivel amarillo en la zona del Miño ourensano y pontevedrés y también en Valdeorras.

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