Villarejo dice que sus audios están manipulados como el anuncio de Lola Flores

El excomisario pretende así deslegitimar la validez de sus grabaciones en el juicio por tres presuntos encargos de espionaje
José Manuel Villarejo. EUROPA PRESS
photo_camera José Manuel Villarejo. EUROPA PRESS

El excomisario José Manuel Villarejo ha vuelto a deslegitimar la validez de sus grabaciones en el juicio por tres presuntos encargos de espionaje porque "hay 20.000 programas de clonación de voz", y ha puesto como ejemplo el anuncio de cerveza donde aparece la artista Lola Flores y se imita "perfectamente" su voz. 

Tras cinco jornadas de extenso interrogatorio, Villarejo ha finalizado este viernes su declaración como acusado en la Audiencia Nacional tal y como empezó el juicio: atacando las grabaciones e informes policiales que existen en la causa, en cuyo origen sitúa al CNI y a Asuntos Internos, a quienes acusa abiertamente de crear pruebas falsas contra él. 

A preguntas de su defensa, el excomisario ha comenzado haciendo un repaso de su trayectoria policial y de las operaciones en las que dice haber trabajado como agente de inteligencia, poniendo sus empresas al servicio del Estado. Esa —y las acusaciones de manipulación al CNI— son su principal línea de defensa en el juicio del caso Tándem, donde se enfrenta a una petición de más de 100 años de prisión por tres presuntos proyectos de espionaje que él niega, porque, ha subrayado, nunca tuvo una agencia de detectives, ni accedió a datos confidenciales, ni se sirvió de su condición policial para ningún encargo. 

Y en eso ha vuelto a insistir en esta jornada, en la que ha aludido nuevamente al "pacto" por el que puso sus empresas al servicio del Estado cuando reingresó en la Policía en 1993, algo que, ha insistido, era "absolutamente" conocido por "los diez ministros de Interior" que hubo hasta que se jubiló en 2016 y por los distintos Gobiernos. También lo conocía, ha apuntado, la actual ministra de Defensa, Margarita Robles, porque tenía "muy buenas relaciones" con el entonces comisario general de Policía Judicial. 

Durante esos veintitrés años Villarejo ha dicho que "no existía formalmente" y ha abundado en que su oficina se usó "como una sucursal más del Ministerio de Interior o del CNI cuando ha hecho falta". Ha relatado también sus presuntas conexiones con la CIA a raíz de que en 1994 conociese al traficante de armas sirio Monzer Al Kassar, a quien le pidieron que se acercara cuando salió de prisión: "Consigo su confianza y cuando es absuelto lo capto para servicios de inteligencia". 

En el marco de esa colaboración, según el excomisario, Al Kassar le entregó una maleta que resultó ser un "explosivo" y "estaba hecha de tal manera que ningún aeropuerto lo podía detectar". Entonces, el exnúmero dos de la Policía Agustín Linares se la llevó a la CIA, y allí, ha dicho, se quedaron "alucinados y eternamente agradecidos", y "se evitaron una serie de atentados que tenían preparados" organizaciones de la época sobre todo en Francia. 

"Fue una época muy positiva porque esta gente me permitió con Al Kassar ir a lugares como Somalia o Sierra Leona, una serie de países con una información muy privilegiada porque, claro, no hay que olvidar que este señor como traficante de armas contactaba directamente con los presidentes", ha resaltado. 

En este punto la presidenta del tribunal, Ángela Murillo, le ha interrumpido: "por favor no nos cuente la historia, porque es que ni nos interesa, ni viene a cuento, ni es elemento de descargo... buena gana de escucharle". Pero Villarejo ha seguido contando sus batallitas con la CIA, con la que ha dicho que viajó tres veces a Irak "siempre de su mano", y ha destacado que su relación con Al Kassar le permitió realizar "actuaciones en la guerra de Irak". "Conseguí todas las armas que había comprado Sadam Hussein, incluso nos pidió la CIA que hablara con él y le engañara con determinadas armas", ha alardeado. 

Toda la información que obtenía después ha dicho que se la daba a la CIA, "pero no como un favor de Villarejo sino como un favor que le hacía el Estado español a EE UU (...) y cuando la CIA me pedía que trabajara exclusivamente para ellos sin que lo supiera el estado Español, siempre me negué". 

Durante el interrogatorio, Villarejo ha dejado claro que no pretendía obtener beneficios con sus empresas (que ha cuantificado en apenas un 10 o 15 % de lo que se facturaba), sino "ampliar" esa estructura que, ha apostillado, se utilizó en operaciones como Kitchen o Cataluña, o para "hostigar a los Pujol". 

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