Oriol Pamies: "En el colegio del Opus pensaba que había algo malo en mí"

El activista Oriol Pamies, todo un referente a nivel internacional dentro de la lucha por los derechos LGBT, acaba de publicar su nuevo libro: Ahora que ya lo sabes en el que aporta consejos y su propia experiencia sobre el momento de salir del armario
Oriol Pamies ALEJANDRO IBARRA
photo_camera Oriol Pamies. ALEJANDRO IBARRA

AFORTUNADO DE intercalar los negocios y el activismo LGBT, el catalán Oriol Pamies relata su 'salida del armario' en Ahora que ya lo sabes, un proceso "duro y largo" tras su paso por un colegio del Opus Dei en el que escuchaba lo contrario de lo que le "hubiera gustado saber".

¿Qué le hubiese gustado saber previo a definir su sexualidad?

Escuchar que no hay nada malo en mí, que no me pasaba nada y que todo iba a estar bien.

¿Hubo un antes y un después tras su 'salida del armario'?

Sí, fue un proceso muy personal y transformador porque significa dejar de mentir, de esconderme para sentirme a gusto y vivir como realmente quiero.

¿Cuánto de presente ha estado la Iglesia en su vida?

Con 16 años y siguiendo el rigor académico acabé en un colegio del Opus Dei. El contacto con la religión coincide en el mismo momento que me estaba cuestionando mi sexualidad. En mi caso, la religión aparece como forma de intentar cambiar esos sentimientos que estaba sintiendo y que tanto me confundían. Mi experiencia fue muy dura porque lo que aprendí allí me decía justamente lo contrario a lo que me hubiera gustado saber. Pensaba que había algo malo en mí e iba a tomar el mal camino porque no había espacio en la vida o en el éxito personal o profesional para una persona como yo. Todo esto caló en mí y lo llegué a sentir.

¿Cómo asimiló su sexualidad?

En mi caso fue duro y largo. Ojalá hubiera podido despejar todas mis dudas, que hicieron alimentar mi homofobia interiorizada y mis miedos a la hora de poder vivir mi vida como la vivo ahora.

¿Cuáles fueron esos miedos?

Sentirme rechazado por mi familia y amigos, miedo a sentirme solo y no poder acceder a cumplir mis sueños.

¿Todos esos miedos se hicieron presentes cuando lo supieron sus padres y amigos?

Todo lo contrario. Mis padres no se lo esperaban, no estaban preparados, pero su posición siempre ha sido de apoyo. Mi realidad no es la misma a la de otras personas, aún hay quienes se enfrentan a situaciones de violencia, incluso de padres que los echan de casa. Esto es complicado y hay que darle visibilidad y apoyo.

¿Ha sufrido homofobia?

Antes de salir del armario no tuve ningún caso de homofobia explícita, pero llevo más de siete años haciendo activismo y he visto y sufrido en primera persona casos de discriminación. Recuerdo en Medellín, tras dar una conferencia, cuando todos los ponentes nos fuimos a tomar algo a una discoteca y me dijeron, literalmente, que no podía entrar porque en mi grupo de amigos había personas transexuales.

"No nos dejaron entrar en una discoteca porque en mi grupo de amigos había transexuales"

¿Qué se encontrarán los lectores en Ahora que ya lo sabes?

Todo lo que me hubiese gustado saber para que me fuera mejor. Este libro te lleva desde el proceso en el que se tiene dudas hasta la asimilación, pasando por el rol que toman los padres y madres. Además, una vez fuera del armario añado consejos de como lidiar con el mundo LGBT en el año 2019, que tiene una realidad distinta a la de años atrás. Nadie nos prepara para esto y vivimos muchas cosas demasiados jóvenes.

¿A qué se ha dedicado en los últimos meses?

He trabajado con turismo de Nueva York en la promoción del World Pride, en la celebración de los 50 años de los disturbios en Stonewall; hemos estado en México firmando una carta de intención con el ministro de Turismo y luego un contrato con el Gobierno mexicano con el que se comprometen con la comunidad LGBT para el desarrollo económico del país.

¿El colectivo LGBT (lesbianas, gais, bisexuales y transexuales está mercantilizado?

Tal vez, como lo puede estar las mujeres con los cosméticos o cualquier otro colectivo. El márketing lo que busca es acercar determinados productos a ciertos tipos de personas que pueden interesarles. Lo que molesta es que a diferencia de años atrás, el mercado LGBT ha conocido cuál es su potencial, la magnitud que tiene y, ahora, nosotros nos hacemos escuchar, valer y tenemos la atención de las marcas y de los gobiernos porque entienden que, organizados, tenemos mucha capacidad. Lo que hemos hecho es organizarnos, conocer el poder que tenemos para usarlo.

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