Graciano Palomo: "En España nunca ha habido un jefe de 'fontanería' con tanto poder"

El periodista dedica su último libro a Iván Redondo, asesor de Pedro Sánchez. Lo define con dureza: "Ambicioso y sin principios"
Graciano Palomo / 05-10-20 / Enrique Cidoncha [[[FOTOGRAFOS]]]
photo_camera Graciano Palomo. ENRIQUE CIDONCHA

La figura de Iván Redondo, jefe de gabinete de la Presidencia del Gobierno, le ha dado para mucho a Graciano Palomo. Nada menos que 360 páginas ha utilizado el veterano periodista para explicarle a sus lectores, casi con formato de thriller, las luces y sombras –especialmente estas– de este experto en comunicación política. La mano que mueve los hilos en Moncloa, según él asegura.

Acaba de presentar su último libro, Iván Redondo, el manipulador de emociones, ¿cuál fue su motivación para escribirlo?

Durante un trabajo de investigación para mis columnas periodísticas descubrí que el gran muñidor de la moción de censura contra el presidente Rajoy fue Iván Redondo, el mismo que había trabajado durante más de diez años para el Partido Popular, y que lo hizo dando como argumento la corrupción del PP y los papeles de Bárcenas. Mi sorpresa llegó al encontrar un documento en el que, en esos mismos papeles, Iván Redondo aparecía como receptor de un pago en 2009 por importe de 207.098 euros por un trabajo que no se ha encontrado. Me pareció relevante eso y también que el presidente Sánchez le haya entregado todo el poder fáctico del Gobierno. Nunca en la historia de España, ni siquiera en los tiempos de Felipe II con Antonio Pérez, ha habido un jefe de la fontanería que haya acumulado tando poder. Porque en estos tres años, sin cambiar una coma de la Constitución, el señor Redondo ha convertido de facto a Pedro Sánchez en un jefe de estado bis y a él mismo en primer ministro.

Redondo es un fontanero, un hombre en la sombra, del que no todos los españoles tienen una imagen formada, ¿cómo se lo describiría?

Es una persona enormemente trabajadora y ambiciosa, para el que no existen los principios éticos.

Unos rasgos de personalidad que, según usted cuenta, ya esbozaba durante sus años juveniles en San Sebastián.

Ahí ya estaba esa enorme ambición política de la que le hablaba y que hacía que, mientras sus compañeros de instituto jugaban al fútbol, él se dedicase a ver discursos de Felipe González. Iván Redondo procede de una familia muy humilde y quizás por eso siempre aspiró a mandar y ya muy jovencito decía "voy a ser el presidente del Gobierno de España" y bueno, en cierto modo lo ha conseguido. Él fue a The George Washington University y allí aprendió la técnica de los grandes estrategas y comunicadores políticos del ala más dura del partido republicano: la de la liquidación del adversario, que es lo que intenta hacer ahora con Pablo Casado en favor de Sánchez. Sin olvidar que es un gran experto en el arte del plagio.

Mientras sus compañeros de instituto jugaban al fútbol, él veía vídeos de Felipe González

¿Cómo se fragua la relación entre Pedro Sánchez e Iván Redondo?

En 2016 tenemos a un Sánchez muy desautorizado tras su obligada dimisión en aquel famoso comité federal y a Redondo en el paro desde el 2015, tras dejar el Gobierno de Extremadura al perder el PP de José Antonio Monago las elecciones. Así que Redondo se acercó a un mitin que daba Sánchez en el Círculo de Bellas Artes de Madrid para ofrecerse a él. El compromiso fue que trabajaría sin cobrar hasta que Sánchez recuperase la secretaría general y no solo la recuperó, sino que después lo hizo presidente del Gobierno. Claro, a partir de ahí la confianza de Sánchez en él es absoluta y total y yo creo que será ministro en la próxima crisis.

Según usted, le debe nada menos que la presidencia del Gobierno.

Se lo debe absolutamente todo, porque Sánchez no hubiera llegado a la presidencia sin él y aunque no tiene intención alguna en descabalgarlo, como le pide mucha gente en el PSOE, si cediera a esa tentación duraría dos días. Redondo es el eje alrededor del que pibota toda la estructura de poder construida durante estos tres últimos años y, sin él, Sánchez debería levantar otra nueva y es evidente que no tiene capacidad para eso.

Pero usted cree que Pedro Sánchez no tiene ninguna intención de hacer esa maniobra.

En absoluto, Sánchez es un superviviente y se aferra al poder –en una comparación que los lucenses entenderán muy bien– como percebe a la roca.

Pedro Sánchez nunca hubiera llegado a ser presidente sin Iván Redondo

Habla de un "gobierno paralelo bajo la batuta de Redondo", ¿el presidente es consciente de eso?

Absolutamente, y no solo consiente sino que lo jalea. Sabe que Redondo trabaja para él personalmente, como este dijo el otro día en sede parlamentaria: "Me tiraría por un barranco por el presidente". Sánchez está feliz con esta situación porque él no es un hombre de Estado, es un político al uso en la peor acepción de la palabra, e Iván Redondo es una bendición para él. Le ha permitido llegar al poder sin unas elecciones y mantenerse en él, al menos por ahora.

¿No hay guerra de egos entre ellos?

No, no, qué va, y eso a pesar de que es el primer jefe de gabinete de la Presidencia del Gobierno que ha pasado a la categoría de figura pública. Y además es algo buscado por él, cosa inaudita porque normalmente los jefes de las fontanerías en la política a alto nivel están solapados, pero a este le encanta haberse convertido en una estrella, que es lo que es en este momento.

Comenta que en sus tres años en Moncloa, Redondo ha repetido la misma fórmula que usó cuando fue jefe de gabinete del popular José Antonio Monago cuando este presidió la Junta de Extremadura, del 2011 al 2015.

Sí, totalmente, empezando por la destrucción del adversario para llegar al poder o el gusto por copiar frases muy rimbombantes que saca de las teleseries políticas, desde House of Cards a El ala oeste de la Casa Blanca. Y una cosa fundamental para Redondo que es el hilo directo, sin intermediarios posibles, entre el comandante en jefe –llamémosle así– y el asesor, que es él. A Monago lo succionó por completo, tanto que llegó a nombrarlo miembro del Gobierno de Extremadura y su portavoz. Y aún citaría otra virtud, porque en su momento fue capaz de liquidar por completo al Partido Popular de Extremadura, lo dejó deshecho –quizás porque no cree demasiado en los partidos–, y vamos a ver cómo queda el PSOE cuando él abandone el poder. 

Otra de sus virtudes es la de liquidar partidos. A ver cómo queda el PSOE cuando se vaya

Redondo tuvo una etapa en el PP anterior a Monago, ¿qué ha podido averiguar del pago en el 2009 de 207.000 euros a su nombre que figura en los papeles de Bárcenas?

Bueno, algún plumífero a sueldo del señor Redondo va diciendo por ahí que esos 207.098 euros, que es una pasta gansa, son por sus asesorías a Monago, a Albiol, a Basagoiti... No, no, no. Él cobraba de Monago, de Albiol y de Basagoiti, pero este debió ser un trabajo de otro tipo; si existió, porque ni lo conoce nadie en la cúpula del PP ni lo conozco yo, que lo he investigado a fondo y no soy ningún imbécil que va diciendo cosas por ahí. 

¿Cuál fue el motivo de la ruptura de Redondo y el Partido Popular?

Redondo organizó una campaña ultraderechista y xenófoba en el 2007 para Xavier García Albiol en Badalona y, pese a que ese fue su primer paso para hacerse con la alcaldía, cuando Redondo quiso subirse al carro de Mariano Rajoy lo echaron a patadas de allí, no se lo permitieron. Jorge Moragas, el que sería director del gabinete de Rajoy, dijo que ahí no entraba, porque esa campaña absolutamente ultraderechista le había creado muchos problemas al partido y no encajaba con la posición de Rajoy, mucho más moderada, como todo el mundo sabe. Redondo se sintió fuertemente despreciado por la cúpula del PP y se nota su resentimiento. 

Fue una campaña muy polémica.

Sí, pero a mí no me extrañó, porque como ya he comentado sus maestros en la estrategia política son Karl Rove y Roger Stone, que han trabajado para Trump, Bush y Nixon. La derecha del Partido Republicano estadounidense.

Es la primera vez que un jefe de gabinete es una figura pública. Y es algo buscado por él

Dice que el resentimiento de Iván Redondo hacia el PP derivó en una auténtica venganza, ¿cómo la ha materializado?

Bueno, yo creo que haciendo presidente a Sánchez, claro, que tenía 86 escaños y ni siquiera era diputado. Y ahora, en los últimos tiempos, tratando de cortarle la cabeza a Pablo Casado, al que además acusa de ser ultraderechista y de seguir a Vox. Cuando, de hecho, desde el Gobierno hay una potenciación de Vox clarísima e incluso el propio Pedro Sánchez llegó a elogiar el "sentido de Estado" de Santiago Abascal, del que dijo que demostraba más responsabilidad que el presidente del PP. Redondo tratará que el Partido Popular no vuelva al poder por todos los medios.

Además de Pablo Casado, usted también sitúa entre sus objetivos a la presidenta de la comunidad de Madrid, Isabel Ayuso.

Ha intentado destruirla de una manera tremenda, desacreditándola personalmente durante la última campaña electoral, diciendo que si estaba loca, que si estaba huida, que si el novio... Para eso contó con el apoyo de un grupo de periodistas que comen en su mano y dos de ellos, asustados ante la obscenidad de la operación, fueron a contárselo a Ayuso. Es muy fuerte. 

Tras la derrota electoral de Rajoy, en el año 2004 escribió un libro que se titulaba Rumbo a lo desconocido. ¿Diría que también ahora estamos yendo hacia lo desconocido?

No, yo creo que estamos en lo conocido, aunque no pensábamos que esto podría ocurrir y solo era uno de los temores de Felipe González, Rubalcaba y las cabezas más sensatas de las filas socialistas. ¿Alguien en su sano juicio podía pensar en el 2004 que el Gobierno de España iba a depender de Bildu y de los secesionistas catalanes? Era absolutamente impensable, ni siquiera para Rajoy, que cuando le presentaron la moción de censura dijo algo como "no creo que nadie del PSOE se preste a derribar mi gobierno con el apoyo de Bildu y de los secesionistas".

Si vamos rumbo a lo conocido, ¿cuáles serán los próximos pasos de Sánchez y Redondo?

No hace falta ser vidente para ver por dónde van a ir. Están blanqueando lo de los indultos para obviar lo que les interesa realmente a los ciudadanos, que es el recibo de la luz, el paro, el desastre económico, la deuda impagable que arrastra España y que no será capaz de pagar en tres o cuatro generaciones... Y, sobre todo, desde el punto de vista táctico, tratar de mantener la mayoría parlamentaria con Bildu, ERC, PNV... y si de paso pueden seccionarle la yugular al PP y a su presidente, mejor.

Comentarios