Los agentes políticos siguen moviendo piezas en el tablero que dejó el 23-J, pero la partida parece que va para largo. Las jugadas se repiten desde el pasado domingo sin demasiadas consecuencias. El PP insiste en que la investidura de Feijóo es posible aunque para ello necesite el apoyo desde el otro lado de la mesa, algo que se antoja como una quimera. Mientras, el PSOE juega sin prisas, convencido de que a la larga la victoria será suya porque finalmente se dará la mano con Junts, que ve el duelo desde fuera, pero tiene en el bolsillo la pieza más valiosa.
Así, el PP trabaja en el escenario de que Alberto Núñez Feijóo se presentará al debate de investidura, aunque no cuente con apoyos suficientes, si el Rey se lo propone tras la ronda de consultas con los grupos políticos.
En esa dirección apuntó públicamente este miércoles la secretaria general del PP, Cuca Gamarra, quien aseguró que Feijóo tiene "la responsabilidad" de "afrontar una investidura como partido más votado", si bien recordó que la decisión corresponde a Felipe VI. "Pero Feijóo, esa es la vocación que tiene y eso es en lo que va a trabajar", declaró.
Por lo pronto, PNV y Coalición Canaria han expresado su rechazo a apoyar una investidura de Feijóo, pero los populares insisten en que seguirán buscando apoyos de forma "discreta" en las próximas semanas.
Vox comunicó este miércoles que no será "obstáculo" para la investidura de Feijóo como presidente del Gobierno si logra recabar el apoyo de "algunos diputados del PSOE" que le garanticen alcanzar la mayoría absoluta. Así lo anunció el portavoz parlamentario de Vox, Iván Espinosa de los Monteros, quien invitó directamente a Feijóo a convencer a alguno de los diputados del "PSOE bueno" del que habla, que identificó con el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, o de otros lugares de España. Él dijo no conocer a "ninguno", pero recordó que Feijóo sí que tendió la mano a los socialistas reiteradamente durante la campaña.
Gamarra celebró que Vox esté dispuesto a no obstaculizar la investidura de Feijóo, pero descartó buscar el apoyo de parte de los diputados del PSOE a través de conversaciones "individuales". Dicho esto, pidió "responsabilidad" a todos los partidos del arco parlamentario, con una mención especial al PSOE, para que se permita un Gobierno del Partido Popular.
La secretaria general del PP apuntó que si no es investido Feijóo, "la otra opción es única y exclusivamente el bloqueo". Dicho esto, indicó que "si alguien tiene una responsabilidad en evitar el bloqueo es el PSOE que, a su entender, debiera "no obstaculizar que el PP pueda darle a España un Gobierno con serenidad y moderación".
Pero el PSOE no parece estar por la labor. Este mismo miércoles, el ministro en funciones de Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática, Félix Bolaños, afirmó que el Gobierno seguirá para la investidura de Pedro Sánchez la misma fórmula que hasta el momento: "Discreción en las negociaciones y publicidad en los acuerdos cuando se logren", apuntó.
Al ser cuestionado sobre la posibilidad de que algunos diputados del PSOE puedan apoyar una investidura del candidato del PP, Alberto Núñez Feijóo, como propuso Vox, señaló que lo ve "totalmente imposible".
Bolaños afirmó que el PP trata de esconder su fracaso en las elecciones del pasado domingo y está entretenido en fingir que Feijóo puede tener una investidura. Así, puso de manifiesto que algunos partidos, en referencia al PNV y Coalición Canaria, "le cierran la puerta en las siguientes horas a recibir su llamada".
A su juicio esto se debe a que durante años el PP ha "faltado al respeto e insultado" a los grupos de la Cámara y ahora Feijóo se encuentra en una "terrible soledad", solo acompañado por "la ultraderecha más extrema".
Bolaños también dio las gracias al líder del PP, en tono irónico, por reconocer ahora que el PSOE es un partido de Estado, después de "todas las falsedades" que, a su juicio, han tenido que soportar estos años. "Nunca es tarde", lanzó.
Pero el PSOE tampoco lo tiene fácil para conseguir el apoyo de Junts per Catalunya, la fuerza política convertida en clave para que Sánchez siga de presidente tras los comicios del pasado 23-J.
El PSOE considera que las exigencias de Junts para apoyar una investidura del líder socialista —la amnistía y el referéndum de autodeterminación— son solo un punto de partida y un mensaje hacia el interior de su propia formación.
Mientras, en Cataluña se cocina un frente común para negociar con el PSOE. El president Aragonès y JxCat se emplazaron este miércoles para explorar un "frente común" para poner condiciones a la investidura de Sánchez, a quien el jefe del Govern pidió "coraje político y valentía" para "avanzar hacia la resolución del conflicto entre Cataluña y el Estado".
En la sesión de control al presidente catalán en el pleno del Parlament, Aragonès destacó que en las elecciones generales del 23-J "Cataluña ha parado a la derecha y la extrema derecha" y, aunque admitió que los resultados del independentismo "son malos", puso de relieve que se abre una "oportunidad" para condicionar la investidura y conseguir avances hacia una solución al conflicto.
Según Aragonès, "vienen semanas de trabajo, negociación y coraje", en las que corresponderá al candidato socialista a la investidura, Sánchez, "hacer propuestas" a los partidos que pueden darle su apoyo, por lo que, según el presidente catalán, ERC y JxCat deben "trabajar conjuntamente" para que sus 14 diputados en el Congreso "aprovechen" esta oportunidad en beneficio de Cataluña.