La exnovia del 'carnicero tatuador' recreó cómo éste mató a la víctima con un cable en el cuello

Leonardo intentó imitar a asesinos en serie al colocar en salmuera restos para tenerlos como trofeos
El tatuador de Valdemoro. JUAN YAGÜE (EFE)
photo_camera El tatuador de Valdemoro, durante el juicio. JUAN YAGÜE (EFE)

La expareja de Leonardo V. J., conocido como el carnicero tatuador de Valdemoro, recreó ante los agentes de la Guardia Civil cómo éste había matado a la víctima horas antes con un cable alrededor del cuello y tirando para asfixiarla. 

El cruel crimen de la joven, de 18 años, tuvo lugar la noche del 15 de octubre de 2019 en el chalet okupado en el que vivía el acusado en Valdemoro. Fue Celia M.B.A., su expareja, quién alertó a la Guardia Civil de que le había ayudado a deshacerse de un cadáver

El tribunal de jurado que enjuicia los hechos ha escuchado este viernes el testimonio de los agentes que asistieron a Celia en el momento en el que se personó en el cuartel de Valdemoro y el de los efectivos que pillaron al acusado después de tirar entre unos arbustos bolsas con restos cadavéricos de la chica.

La Guardia Civil descarta que la víctima estuviera en una red social de sadomasoquismo, en contra de lo que mantiene la defensa, y sostiene que el acusado intentaba imitar a asesinos en serie al guardar los tatuajes de la chica en salmuera como si fueran trofeos.

En su domicilio, los agentes localizaron numerosas armas colgadas en la pared, catanas de grandes dimensiones, fotografías de asesinos en serie famosos, esculturas a las que les faltaban miembros, cuerdas, máscaras, entre otros objetos "no habituales" en cualquier vivienda.

Asustada

En cuanto a su exnovia, Celia acudió pasadas las ocho de la tarde del 16 de octubre, horas después del asesinato, al cuartel para delatar a su novio en aquella época, a quien encontró en el cuarto de baño limpiándose la sangre que le había dejado el macabro crimen al descuartizar por completo a la joven. 

Asustada y nerviosa, mostró a los agentes una imagen de un cráneo humano en el salón del chalet okupado, según el testimonio del agente que le tomó declaración. Relató que todo estaba lleno de sangre y que entró en el baño y vio la bañera manchada y a su expareja limpiándose. 

Recreó entonces cómo se había producido el crimen, rodeándole éste el cuello con un cable y tirando para producir un estrangulamiento. Frente a ello, el fiscal sostiene que intentó ahogarla con el brazo y luego asfixiarla con un cable, pero finalmente acabó con su vida de una puñalada en el abdomen. 

La expareja comentó que el chico le había comentado su intención de matar a alguien y que ellos se excitaban practicando sexo con sangre. Conocía a la víctima al ser una chica de Valdemoro y tener su perfil de Instagram.

Tras el avisó de Celia, los agentes que se encontraban con ella la trasladaron a la vivienda del número 124 de la calle Francia de Valdemoro. Justo cuando llegaron, Leornardo salía detenido por agentes del Grupo de Homicidios. 

"Qué, venís a detenerme" 

Otros guardias civiles que se desplazaron a la zona han relatado que vieron al procesado arrastrando un carrito camino al chalet y se acercaron. "Tenía la ropa manchada de sangre y levantó las manos y dijo: Qué, venís a detenerme por lo que os ha contado mi novia", han narrado. 

Les sorprendió verle tranquilo y pensativo sin tener apariencia alguna de ir drogado, en contra de lo que manifiesta su defensa de que había consumido cocaína. El acusado venía de los alrededores de un restaurante, donde había tirado entre unos arbustos unas bolsas con restos cadavéricos de la víctima. 

A un agente le confesó que se le había ido "de las manos" porque había matado a una chica. "Lo he tirado por donde Casilda –un restaurante–", le dijo al ser preguntado por el cadáver. 

El testigo preguntó al asesino si sabía quien era la víctima y éste le comentó que la había conocido en un parque, mostrándole su perfil en Instagram. Esto choca con la versión que mantiene ahora el acusado, a través de su defensa, de que contactó con ella a través de una red social de sadomasoquismo para escudarse en que el crimen se produjo en el transcurso de un juego de sexo duro.

Los vecinos de Leonardo comentaron a los agentes que esos días había un olor "muy vomitivo" que salía del chalet y que éste les comentó que se había quemado una manta y unos restos de carne en la barbacoa que tenía en el patio de la vivienda.