E-ncontros del Grupo El Progreso

El asesor que rechazó ser ministro

Tanteado por el PSOE y por Rajoy, que le ofreció un puesto en su gabinete, Antón Costas declinó las ofertas. "A mí me gusta ir por libre", reveló en el encuentro que organizó El Progreso
El director de El Progreso y moderaodr, siguiendo al ponente. EP
photo_camera El director de El Progreso y moderador, siguiendo al ponente. EP

Con una concepción social y humanista de la economía, de carácter afable y humilde, no es de extrañar que gobiernos de distintos colores políticos tratasen de incorporar a Antón Costas (Vigo, 1949). El primero fue el que fuera titular de la cartera de Sanidad con Felipe González y maestro suyo, Ernest Lluch, al que Eta asesinó en el año 2000. Luego tanto el PSOE como Mariano Rajoy le ofrecieron ser ministro. Consultado por la Xunta de Alberto Núñez Feijóo para trazar el plan de reactivación tras la anterior crisis, ahora asesora al Ejecutivo de Sánchez e Iglesias y también a la Comunidad de Madrid. "Me gusta la política, estar cerca del poder, pero no así sentarme en el sillón de la autoridad, pues no puedes mantener una actitud de académico, que te permite expresar opiniones no muy ortodoxas. Si estás en el ministerio, has de mantener la cadena de mando y el discurso oficial y a mí me gusta ir un poco más por libre; tener capacidad para hacer preguntas y buscar respuestas que no sean las ortodoxas", explicó el economista vigués.

Inquerido por el moderador del encuentro virtual, el director de El Progreso, Alfonso Riveiro, admitió que resultó "duro e incómodo decir que no" a una responsabilidad como la de encabezar un ministerio "cuando te llama el presidente de tu Gobierno". Consciente de que, como ciudadano, también pesa el "deber de contribuir" a la gestión del país, confesó que, en todas las ocasiones en las que le propusieron ostentar alguna responsabilidad, optó por disuadir a quien le trasladó la oferta. "Siempre he convencido a quien me lo propuso de que era mejor que me dejasen ir a mi aire", reveló el académico, que prefiere limitarse a brindar «consejo» y asesoramiento puntual cuando se lo piden.

RECONVERSIÓN INDUSTRIAL. Ingeniero técnico industrial, Antón Costas inició su carrera laboral en el naval vigués y luego siguió su formación en Barcelona, donde estudió Económicas. Con la autoridad que confiere la experiencia, echando la vista atrás concluye que España "ha toreado en peores plazas" cuando le preguntan si la recesión que ha traído el coronavirus será más devastadora que las anteriores crisis. "La reconversión industrial de la segunda mitad de los 70 y la primera mitad de los 80 fue como si el cielo se nos hubiese venido encima. Todo cerraba: los astilleros, la siderurgia, el textil catalán, la metalmecánica, a lo que se sumaron las huelgas continuas y el paro. Aquello implicó torear en una plaza muy dura", rememoró el experto.

Ante pronósticos como el del Banco de España, que apunta que la economía española se contraerá entre un 9,5 y un 12,4% este año y que la recuperación completa no se dará en 2021, el catedrático de Política Económica de la Universidad de Barcelona sostiene que, cuarenta años después, España está ahora "en mejores condiciones de soportar las consecuencias de esta crisis, a pesar del sentimiento apocalíptico".

La clave es que el país dispone de "amortiguadores" para aliviar el golpe que está asestando la crisis sanitaria en "los más débiles" con herramientas como los Erte, el paro de los autónomos o la renta mínima vital. Moderadamente optimista en su pronóstico, confía en que no llegaremos a ver "el peor" escenario que manejan las proyecciones más pesimistas.

LO PRIMERO, LA VIDA. Costas tiene claro que la recesión actual difiere de las anteriores "en muchos sentidos". El principal es que se trata de "la primera crisis económica provocada de forma deliberada por los gobiernos para proteger un bien superior: la vida". Para tratar de controlar un balance que en España supera ya los 27.900 muertos, los estados ordenaron echar el cierre a las empresas y clausuraron las fronteras. A su juicio, este escenario "atípico" es lo que ha llevado a las administraciones a ser ahora "más responsables" y a actuar mejor que en 2010, cuando la austeridad se impuso.

Mientras la incertidumbre se disuelve lentamente en el horizonte, Costas trabaja en la "actualización" de su última obra, El final del desconcierto, un ensayo en el que analiza la necesidad de implantar un nuevo contrato social tras las secuelas que dejó la crisis financiera. "La tesis de fondo se sostiene, pues necesitamos un nuevo compromiso con la sociedad para salir adelante».

PATROCINIOS. Con un éxito notable de seguimiento, la charla telemática contó con el patrocinio de la Diputación de Lugo, el Colegio de Economistas de Lugo, Ovisa, Magnesitas de Rubián, Consorcio Zona Franca de Vigo, Caixa Rural Galega, Leyma Natura y Porto de Celeiro.

Perfil | Una carrera laboral de 57 años que arrancó en las gradas de Freire
Originario del barrio vigués de Matamá, Antón Costas inició su carrera laboral como aprendiz en los astilleros Freire con 14 años. "Cotizo a la Seguridad Social desde entonces", afirma el catedrático.

Tutor de los hijos de un industrial en Barcelona
Aunque tenía un puesto de trabajo esperando por él en las gradas de Freire al acabar su formación y en la Escuela de Ingeniería de Vigo le ofrecieron ser ayudante de una cátedra, un amigo lo convenció para que siguiese estudiando en Barcelona. Corría 1972 y tuvo acceso a una oferta para trabajar con un agente de cambio y Bolsa. "Me dijo que ganaría dinero, pero tenía que estar hasta que cerrase el parqué y yo había dejado Galicia para ser un estudiante de Económicas full time". Fue así como se convirtió en el tutor de los once hijos de un industrial del textil, una ocupación a la que dedicaba unas horas al día. Su tesis doctoral la dirigieron los profesores Fabián Estapé y Ernest Lluch.

El Cercle d’Economia
Entre los años 2013 y 2016, Costas presidió el Cercle d’Economia, el grupo de debate más influyente de Cataluña, que agrupa a académicos y empresarios como el presidente de CaixaBank, Jordi Gual, o el chantadino Amancio López, el dueño de la cadena hotelera Hotusa. A su salida, fue despedido con honores por su independencia de criterio.

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