Mateo Díaz: "En Lugo se nota mucho la pasión que tiene la gente por el Breogán"

Mateo Díaz (Olavarría, Argentina, 2002) se comprometió con el Breogán para las dos próximas temporadas. El joven base argentino, con pasaporte italiano, es un proyecto de futuro que, de momento, progresa más que adecuadamente en la segunda liga española

Mateo Díaz, con el balón. XESÚS PONTE
photo_camera Mateo Díaz, con el balón. XESÚS PONTE

De casta le viene al galgo. Un dicho que se puede aplicar con su máximo sentido a Mateo Díaz. Su abuelo y su padre fueron jugadores de baloncesto en su Argentina natal. El padre, Gaby Díaz, fue campeón de la Liga argentina con el Estudiantes de Olavarría (2000-2001) y campeón de la Copa de Sudamérica (2001). Su trayectoria en el baloncesto profesional acabó, tras 29 temporadas, a los 44 años. El base del Leche Río Breogán, por lo tanto, tiene un claro referente para encarar su carrera. 

Cabe suponer que su padre ha tenido mucho que ver en su dedicación al baloncesto. 
Desde que nací fui acompañando a mi padre a todos los lados, iba con él a los entrenamientos, a los viajes, a los partidos y, desde luego, fue él quien me inculcó el amor que le tengo al baloncesto desde pequeño. Mi abuelo también jugó y mi hermano, que tiene 20 años también, es jugador. Pero, es cierto, siempre me gustó seguir a mi padre a nivel profesional. 

Además, con una trayectoria tan larga, habrá tenido oportunidad de ver jugar a su padre. 
Por suerte me tocó poder verlo en el último tramo de su carrera profesional. Se retiró a los 44 años de edad jugando en la tercera categoría de Argentina y la verdad es que poder acompañarlo todos los días, ver la pasión con la que lo hacía y su dedicación me ayudó mucho para tomar un camino y saber como recorrerlo, entrenar, cuidarse, alimentarse bien, descansar... Mi padre me guió y esto lo valoro muchísimo. 

¿Y cómo surge la idea de dar el salto al baloncesto europeo? 
Pienso que es muy importante salir del país para jugar contra los mejores jugadores de tu categoría. Esto lo viví en las experiencias que tuve con la selección argentina y que me valieron de mucho. En Argentina, jugar en España es siempre una meta y es algo que queremos todos los chicos. Para esto nos entrenamos todos los días. Yo sabía que en cuanto me saliera la oportunidad la iba a aprovechar, y esta se dio en el verano pasado. Cuando se suspendió todo a causa de la pandemia, busqué un agente porque allí en Argentina solo me manejaba con mi padre y con el agente conseguimos la oportunidad de venir al baloncesto español. 

Y le llega la oferta del Breogán. Entiendo que no sabía nada del club lucense... 
Me sonaba el nombre porque aquí jugó Jorge Racca. Intento informarme, veo muchos partidos y por eso había escuchado el nombre de Breogán pero poco más. Luego, cuando salió la oportunidad de venir aquí, busqué cómo era Lugo, la muralla y el club. La verdad es que el Breogán, por trayectoria, es un club tremendo, siempre les comentó a mis amigos que es un club ACB por su estructura, por su gente y por la profesionalidad que hay. Estoy muy contento. 

Somos líderes aunque tampoco tenemos que quedarnos con esto. Debemos trabajar todos los días e ir partido a partido

¿Cómo lleva el jugar en un equipo con exigencia de ascenso, con un masivo seguimiento por parte del público y medios informativos; en definitiva, con más presión de la habitual en esta categoría? 
Está claro que los aficionados en Lugo están locos por volver al Pazo. No he podido jugar aún aquí con las gradas llenas pero he visto vídeos y sé que dentro de poco lo podré vivir. Esto me gusta. La temporada pasada también jugaba en un pabellón algo más pequeño pero que también se llenaba y me gustaba, esto nunca me perjudicó. En Lugo se nota mucho la pasión que tiene la gente por el club, en la ciudad también y esto me hace sentir muy a gusto porque es una forma de valorar nuestro trabajo. Al ver que la gente lo vive así te motiva para poner muchas ganas todo el tiempo y salir siempre a dar el cien por ciento. 

La temporada pasada, con 17 años, en la segunda categoría en Argentina jugaba una media de 21 minutos por encuentro. ¿Cómo lleva el tener ahora menos protagonismo aunque ahora este sea creciente? 
Sabía que venía a una plantilla muy larga, con jugadores con mucha trayectoria que incluso han estado en la ACB, que han ganado muchos ascensos y yo vine para ayudar a que los entrenamientos sean lo más intenso posible y a partir de ahí ir ganando mi rol dentro del equipo. Esto es lo que estoy haciendo, tener una rotación en este equipo es muy importante para un jugador joven. Tengo muy claro que ahora lo primordial es ayudar al equipo en el trabajo diario y cuando esté en la cancha, el resto ya vendrá solo. 

O sea que está satisfecho de lo que está siendo su trabajo en el Breogán. 
Sí. Estoy muy cómodo con todos mis compañeros, con Epi, con todo el cuerpo técnico y con el preparador físico estoy mejorando todos los días. Sé que puedo dar más al equipo pero con esto estoy tranquilo. 

Si le pido que se defina como jugador ¿qué diría? 
Que aporto intensidad en defensa, con muchos errores aún, por mi físico, porque soy joven y porque me estoy adoptando a esta Liga. Me veo como un jugador intenso y que en ataque puedo ayudar al equipo. Me gusta jugar los ‘pick and roll’ y correr la cancha y hacer jugar. 

¿Qué balance hace de lo realizado hasta ahora por el Leche Río Breogán? 
Creo que se refleja en el hecho de que somos líderes aunque tampoco nos tenemos que quedar con esto. Damos el cien por cien todos los días y tenemos que seguir por este camino y no pensar en lo que va a venir. Trabajar todos los días e ir partido a partido. 

Y el próximo es en Valladolid. 
Todos los partidos son importantes pero después de perder son muchas más las ganas que tienes de ganar. Desde luego vamos a ir a por todas.

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