La pregunta es por qué Luis César no ha aceptado la oferta de renovación del CD Lugo. En principio, cabe citar una falta de sintonía con la plantilla, que tal vez haya pesado mucho en el técnico arousano a la hora de tomar su decisión. Tampoco parecía excelente su relación con el consejo de administración. En el fondo, Luis César siempre tuvo la sensación de que en el club no se valoraba su trabajo ni los resultados obtenidos.
ESTABILIDAD Y CAMBIOS. La imagen del Lugo ha dado un vuelco desde la llegada de Tino Saqués. Aunque deportivamente el conjunto lucense ha mantenido el nivel y el equipo ha logrado la permanencia con solvencia, es cierto que la estabilidad de la que gozaba el club -un técnico y un director deportivo en seis años- ha dado paso a un vaivén de nombres que ha desembocado en tres entrenadores y otros tantos directores deportivos en dos temporadas.
Quique Setién y Mouriz formaron un tándem sin apenas fisuras. El preparador cántabro aterrizó en la ciudad amurallada en junio de 2009, y en aquella primera temporada incluso sobrevivió a una nefasta racha de ocho partidos sin conocer la victoria que, en vez de costarle el puesto, le valió la renovación. Setién entrenaría a los rojiblancos un total de seis años.
La llegada de Saqués acabó con la tranquilidad en la dirección de la plantilla. Toni Otero aterrizó en junio de 2015 y se decantó por Luis Milla para el banquillo, aunque en febrero de 2016 el turolense dejó el cargo tras haber presentado su dimisión al menos en cuatro ocasiones. Otero se marchó cuatro meses después.
José Durán concluyó el curso como interino y, al principio de esta temporada, Emilio de Dios y Luis César llegaron al Ángel Carro. De Dios aguantó en el cargo hasta febrero y fue sustituido por Víctor Moreno. Ahora -mediados de junio- Luis César ya no está, y Moreno continúa. Con trabajo por delante.
