Jiménez: "Me llamó la atención que este es un grupo honrado, que siente la camiseta y el escudo"

El técnico nacido en Hellín está a un paso de conseguir la salvación de un equipo que parecía hundido poco antes de su llegada. La fortaleza del vestuario y el juego desplegado pueden lograr el objetivo
 

Eloy Jiménez. XESÚS PONTE
photo_camera Eloy Jiménez. XESÚS PONTE

LA MIRADA al frente y la palabra fluida, con el desparpajo y la franqueza manchega y la seguridad del que habla de lo que sabe. Eloy Jiménez destila carisma de delantero pillo y de trabajador humilde, de esos que han despreciado el nepotismo y han tenido que abrirse paso a gorrazos, luchando y sudando más que el resto, de los que han logrado lo suyo por méritos propios. El entrenador del Lugo está a un paso de que lo que parecía una quimera hace un mes sea una realidad en dos semanas. Cuatro puntos le darán una permanencia que llevará su sello.

¿Cómo le dio Eloy Jiménez la vuelta a la situación del equipo?

En cuanto llegué lo que quería era darle al equipo solidez defensiva. A nivel mental quería que el futbolista volviera a confiar en sus posibilidades. Había visto al Lugo y sabía donde iba a hacer hincapié y en qué cosas había que mejorar para salir de la situación en la que estábamos. Traté de hacerles ver que teníamos que crecer desde la organización defensiva de todo el equipo, porque a nivel colectivo somos un equipo inteligente a nivel táctico.

¿Cómo está el equipo?

Creo que el equipo está con más equilibrio entre ataque y defensa. Estamos con más confianza con balón. El equipo ha sabido asumir que había que ganar sí o sí. Esa presión la ha sabido dominar muy bien la presión.

¿Qué le falta?

El hecho de que cuando nosotros asumimos ese riesgo ofensivo y rompamos líneas buscar esa verticalidad y profundidad que el equipo tiene y que seguro que va a conseguir. También estamos comenzando a coger el juego atractivo que tuvo este club en los últimos años.

Se está viendo a un Lugo capaz de hacer varios tipos de juego con varios dibujos, ¿Quieres a un equipo imprevisible?

Mi equipo siempre tiene que ser equilibrado y eso significa hacer lo mejor para cada situación del partido. En un partido hay muchas fases y los equipos buenos son los que se adaptan a cada una de las fases que surgen. Tenemos jugadores inteligentes que saben interpretar qué requiere cada acción del partido: si hay que transitar lo hacen, si se necesita darle más pausa y jugar combinativo por el repliegue del rival lo hacen... podemos presionar alto, defender bajo... Eso es gracias a los jugadores que tenemos.

Aún no me planteé mi futuro, pero si se logra la permanencia no tendré problema en seguir porque aquí soy feliz

¿A nivel de confianza cómo estaba y cómo está ahora?

Cuando yo llego lo que más me llamó la atención era que es un equipo honrado, comprometido, que siente la camiseta y el escudo. Eso para salir de la situación de abajo es vital. A partir de ahí tratamos de tranquilizarlos, de hacerles ver que son buenos jugadores, que ya lo habían demostrado y que había que dar la mejor versión de cada uno. Ellos confiaban en lo que yo les transmitía y al final estamos muy cerca de conseguir el objetivo.

A un paso del objetivo, ¿Es bueno hacer cuentas?

Este es un error que hay, quizás como jugador me pudo pasar, aunque no como entrenador, porque me domino más. La gente, cuando empieza a echar cuentas, acaba olvidándose de la realidad, que eres tú. Cuando te olvidas de la realidad te pegas la hostia porque no piensas en que el objetivo principal es ganar tú. Si el objetivo es ganar los resultados te lo pueden poner más fácil, pero lo imprescindible es ganar.

El problema surgido con el Nástic por los amaños, ¿Puede afectar al último partido de Liga?

No entro en ese tipo de historias. No sé si eso es verdad o no. Nunca me pasó nada de eso ni como entrenador ni como jugador, por lo tanto yo creo que los futbolistas querrán terminar el año bien, aunque estén descendidos. Es acertado que los jugadores piensen en terminar bien la temporada porque querrán dejarse ver, que están bien para encontrar equipo el año que viene. Creo que nadie nos va a dar nada en Tarragona. Pero yo espero que ganemos al Tenerife y que logremos la permanencia.

¿La diferencia del golaverage con el Rayo Majadahonda es suficiente?

Es una posibilidad difícil que nos conjuguen esa diferencia, pero en el fútbol pueden pasar cosas remotas. Nosotros tenemos que ganar al Tenerife y luego, si hay que ir a Tarragona a sacar algún resultado hacerlo. Iremos allí a hacer un gran partido. No tenemos que dejar ninguna posibilidad en el aire para que tengamos que sufrir. Hasta que no sea matemático no tenemos que relajarnos, porque puede pasar cualquier cosa.

El equipo supo asumir que había que ganar sí o sí. Esa presión la supo dominar muy bien

¿Llega el Lugo al duelo ante el Tenerife, quizás el más importante de los últimos ocho años, en su mejor momento?

Llegamos en un buen momento. El equipo tiene confianza, el juego y la seguridad defensiva nos avala, pero no hemos hecho nada. Será un partido distinto ante un rival distinto que se juega cosas importantes. Imagino que vendrá a lograr la victoria y estar tranquilo en el último partido. Este es el partido más importante de los últimos años para el club y en el que nos dejaremos la vida. Hay que ganar por lo civil o lo criminal. De nada sirve todo lo anterior, solo sirve lo que hagamos el domingo.

¿La afición será importante para ganar al Tenerife?

El apoyo de nuestra gente es fundamental. Es el último partido en casa y espero que vengan todos a animar. Es un privilegio para Lugo tener un equipo en Segunda División. Hay que saber valorar eso. Es muy importante para que el futbolista se sienta respaldado. No hay excusa para que la gente no venga al partido el domingo.

¿Cumplió la afición del Lugo las expectativas que tenías puestas en ella?

Vine a jugar aquí alguna vez y también, desde la lejanía, sabía que la masa social es muy fiel. Quizás son pocos, porque ojalá hubieran más aficionados y más socios, pero es una afición que siempre apoya al equipo. Ojalá el año que viene hubiera mucha más masa social y que valoraran este equipo por esta ciudad. Tener un equipo en Segunda es un orgullo para la ciudad. Hay muchas ciudades en Segunda B que no logran que su equipo juegue en Segunda. Los jugadores y los entrenadores pasamos, pero el club siempre está en la ciudad.

¿El equipo está contribuyendo a que la gente se enganche en los últimos partidos?

En Gijón o Extremadura fueron un buen número de aficionados y eso dice mucho. Desde aquí quiero darle las gracias a la gente por el apoyo. Fue muy importante el partido del Dépor, porque creo que fue de los partidos que crean afición por la intensidad, el sufrimiento de los últimos minutos, gente que lloró en la grada... Eso hace que tengas sentimientos por el Lugo. Yo le dije a los jugadores que en cada partido hay que dejarse la vida porque hay gente que quiere al Lugo y eso me lo transmitió la gente con el Dépor.

Es muy importante que el futbolista se sienta respaldado. No hay excusa para que la gente no venga este domingo

¿Es un entrenador que maneja su sistema en función de los recursos que tiene?

Como entrenador manejas los dibujos en función de los estados de forma nuestros. A partir de ahí se analiza el rival y planteas la forma de jugar. Creo que nosotros, después del Almería y de la derrota antes ante la UD Las Palmas, necesitábamos una victoria fuera de casa. Teníamos un grupo de jugadores sancionados y por el rival creía que debíamos jugar con una defensa de cinco para luego en casa tener más confianza gracias a los resultados. Los jugadores también te permiten tener diferentes formas de jugar. Se pueden alternar más jugadores dentro de un mismo dibujo. Se pueden tener jugadores más de control, más verticales, en función de todo y siempre que los jugadores lo permitan. Lo más importante es que el jugador esté convencido y trabajarlo durante la semana.

¿Cuando llegó tenía una idea preconcebida de juego o se ha ido adaptando a lo que había?

Había visto varios partidos en directo y por la televisión. Tenía una idea sobre qué juego podía llevar a cabo. Pero hasta que no tienes un conocimiento de los jugadores en los entrenamientos no la puedes llevar a cabo en toda su expresión. Tenía muy claro lo que tenía que darle al equipo para tener resultados. Luego lo demás lo he ido encontrando conforme los he ido conociendo.

¿Es el entrenador el que debe adaptarse a los jugadores o los jugadores al entrenador?

Creo que debe ser el entrenador el que se adapte a los jugadores. El técnico puede tener una idea clara de lo que quiere hacer, pero luego debe ver si puede llevarla a cabo. Todo el mundo querría jugar como el Barcelona de Guardiola, pero ¿Tienes jugadores para jugar a eso? ¿Qué jugadores tienes? ¿A qué puedes jugar según sus características? Dentro de eso vas dando pinceladas para hacer el juego que tú quieres. El entrenador depende mucho del tipo de jugador que tiene, porque si al final quieres jugar a una cosa pero no tienes los mimbres para hacerlo te vas a equivocar y vas a perder. Lo más importante es conocer a tus jugadores y, a partir de ahí, diseñar lo que quieres.

¿Tener un vestuario sano y fuerte es clave para un rendimiento colectivo?

Sí. yo he sido jugador 15 años y un vestuario de buena gente, unido, eso al final de temporada normalmente se deriva en resultados positivos. Lo primero que miro cuando llego a un equipo es qué tipo de vestuario hay. Si hay un vestuario conflictivo y peligroso, porque, por circunstancias, los hay, evidentemente me lo pienso. Pero aquí, tenía claro, por lo que me había informado previamente de gente que lo conocía bien, es que hay un vestuario espectacular. Cuando sé esto no tengo ningún tipo de duda de venir aquí.

El apoyo de nuestra gente es fundamental

¿Cumplió las expectativas?

Tengo un vestuario sanísimo. Gestionar un vestuario es muy difícil porque todos quieren jugar. Pero este es un gran grupo humano y todos reman en la misma dirección, que es conseguir la permanencia con el Lugo. Yo a los jugadores siempre les digo: si consigues un objetivo con tu club el año que viene te puedes ir a un buen equipo de Segunda o de seguir en el Lugo. Cuando vayas a un sitio puedes decir que eres jugador de Segunda y puedes exigir.

¿Es más difícil manejar un vestuario o que sea tácticamente ordenado?

Mucho más difícil manejar un vestuario. Es muy complicado. La preparación táctica de los entrenadores actuales es muy buena y tienen personal que los ayuda. La gestión del grupo es difícil porque solo pueden jugar once y tienes que dejar a mucha gente en la grada. Lo que les digo siempre es que a mi me gana con el trabajo y la honradez. He sido un jugador profesional y sé lo que es sentarse en el banquillo y no jugar o no ir convocado. Me pongo en su piel y sé ese sufrimiento. Por eso valoro a la gente que se deja la vida día a día por jugar en el once. Cuando una persona trabaja de esa manera estoy deseando darle una oportunidad porque sé que lo va a hacer bien y que trabaja para ello. No puedo con la gente vaga, que no entrena bien, que no es profesional. Esa gente a mí me lo pone muy fácil. Pero la gente que trabaja mucho me lo pone muy difícil.

¿Ser exjugador profesional hace que los futbolistas lo respeten más?

Depende mucho de las personas. Hay jugadores que respetan mucho al entrenador otros que menos... Al final el respeto se gana en el trato personal, en los entrenamientos, en el juego. Puede beneficiar el hecho de que puedas saber qué piensa el jugador porque lo has vivido tú, es una pequeña ventaja. Pero en lo demás todas las personas se tiene que ganar el respeto y eso se hace con trabajo, honradez y siendo lo más justo posible con ellos, independientemente del estatus que tenga el jugador.

¿A Pita lo ve como futuro central?

Por edad y por inteligencia puede jugar perfectamente en ese puesto. Da una claridad con balón y, al ser una posición donde interviene mucho la inteligencia, puede hacer que físicamente se exija menos por lo que puede acabar perfectamente ahí. También puede jugar por delante. La edad no creo que sea un problema porque ahora los futbolistas tienen todos los medios de preparación para cuidarse. Ahora los futbolistas alargan mucho su vida profesional porque se cuidan mucho.

El Lugo confió en mí y le estaré agradecido toda la vida

¿Lo ves como futuro entrenador?

Se está sacando el título, pero de momento no dice que se vaya a dedicar a eso. Si cuando se retire le gusta puede ser un gran entrenador. Él conoce mucho esto, tiene muy buenos entrenadores que han pasado por el Lugo y si le gusta habrá aprendido de todos. Habrá que preguntárselo a él.

¿Cuándo decidió Eloy Jiménez ser entrenador?

Siempre lo tuve claro. Siempre preguntaba a los entrenadores cuando jugaba. Llevaba chuletas y libretas para apuntar cosas. En las pretemporadas siempre apuntaba qué haría yo y qué no de los entrenadores... Siempre tuve claro que cuando acabara mi etapa como futbolista lo haría como entrenador. Mi ilusión es llegar a entrenar en Primera División, sabiendo que es muy complicado, pero la ilusión siempre está ahí. Si llego será porque me lo he ganado, no me gusta que me regalen las cosas.

¿No fue difícil pasar del césped a la banda entonces?

No. Dejé el fútbol profesional porque, aunque estaba muy bien y me arrepentí un poco, estaba un poco harto de tantos colegios, tantas mudanzas... Llegué a mi pueblo, Hellín, y el club había bajado y un grupo de gente nos metimos a dirigirlo. Tuve que hacer tarea de jugador y entrenador y la escuela de fútbol tras sacarme el tercer nivel. Ese fue el comienzo porque tenía claro que sería entrenador porque me gustaba mucho.

¿Es más difícil ser entrenador o jugador?

Mucho más difícil ser entrenador. El peor momento para mí es cuando llego el día del partido y tengo que dejar a gente fuera del once y de la convocatoria porque los tengo que dejar fuera y merecen ser titulares. Ese momento es muy duro y lo paso fatal. Es de las primeras cosas que hago al llegar al vestuario. Hablo poco y doy la alineación, porque el futbolista quiere saber si va a jugar o no. Como jugador tuve charlas de una hora y pico y eso ya... Lo que quieren los jugadores es saber si van a jugar. Elegir quién va a jugar es muy importante para no equivocarte en el partido. Pero también digo que quiero tener a todos disponibles. Quiero calentarme la cabeza y pasar ese mal momento. Hay otros que no piensan eso, pero yo no. Quiero tener fondo de armario.

En Lugo se vive de maravilla, se come de lujo... La única pega que hay es que mi familia está a 800 kilómetros

¿Qué entrenador te influyó más en tu idea de fútbol?

Tampoco sabría decirte. Cogí las cosas importantes de todos. Aprendí mucho de todos. Me quedaría con todos porque aprendí de todos. De fuera te puedes fijar en Guardiola pero también hay entrenadores que hacen cosas que me gustan. De todos intento coger algo de su modelo de entrenar. Lo digo de corazón, no por quedar bien.

¿La Segunda B, donde ha estado mucho tiempo, es la Universidad para el fútbol profesional?

Pasando por todas las categorías te hace tener una buena carrera y valorar cuando das un salto. Empecé en Preferente, luego Tercera, Segunda B, también con chiquillos de la escuela, donde aprendes muchas cosas... Aprendes mucho y haces que valores mucho lo que cuesta llegar hasta arriba. La Primera División es para privilegiados y llegar ahí directamente es para jugadores con mucho nombre. La mayoría tenemos que pasar por todas las categorías y hacerlo bien para que te den esta oportunidad. Pero eso es lo que quiero. Eso quiere decir que haces las cosas bien paso a paso. Lo que quiero es llegar arriba porque me lo he ganado, porque exige que no te puedas relajar ningún domingo.

¿Este era tu momento para llegar a Segunda División?

Ya tuve alguna oferta para entrenar el año pasado en Segunda, pero no salió. En los últimos años lo habíamos hecho bien en esta categoría. El Lugo confió en mí y le estaré agradecido toda la vida. También al resto de equipos, porque le han dado de dar de comer a mi familia y eso es de agradecer.

¿No tuvo dudas de venir aquí por la inestabilidad del club?

Siempre tienes dudas, pero ahora o cuando empiezas. Al final haces tus llamadas, averiguaciones de cómo es el club, el grupo, ves el calendario... Pensé que era una gran oportunidad y siempre pensé que el objetivo lo podíamos cumplir. Soy un entrenador que lo tengo que tener muy claro. Si no o veo claro, aunque tenga ganas de entrenar, digo que no y no voy. Lo hice muchas veces. Tengo que estar muy convencido, porque si no lo estás no conseguirás el objetivo. No puedes hacer una cosas si tu cabeza te dice una cosa y el corazón otra, tienen que ir al mismo ritmo. Todo eso lo vi aquí y dije que sí. Para nosotros era una gran oportunidad de meternos en el fútbol profesional, es una realidad y no quiero engañar a nadie.

¿Eloy Jiménes seguirá en julio en el Ángel Carro?

No me lo planteé aún. Solo quiero conseguir la permanencia y estoy centrado en eso. Si se consigue no tendré problema en seguir porque aquí soy feliz y a gusto. Este es un club que tiene posibilidades, que tiene medios, buenos campos, donde hay un buen ambiente, en la ciudad se vive de maravilla, se come de lujo... La única pega que hay es que mi familia está a 800 kilómetros, pero me buscaría la forma de ir a verlos. Luego hay que preguntarle al club, que igual quiere otra cosa. Solo quiero conseguir la permanencia y luego lo que tenga que pasar pasará.

"LOS DELANTEROS TIENEN QUE TIRAR Y PISAR EL ÁREA SIEMPRE"

ALMA Y GOL. De haber tenido tatuajes como jugador, Eloy Jiménez se habría llenado de tinta la piel con esas palabras. Porque esas fueron las señas de identidad entre 1991 y 2006, cuando su nombre era temido por los porteros de todas las categorías profesionales del fútbol español. 

En Las Palmas lo comparan con Iago Aspas, ¿Eras como Iago de jugador?

Iago Aspas es mucho mejor jugador que lo era yo, lo que apsa es que hay mucho cariño mutuo en Las Palmas (ríe). Era un jugador que tenía claro que a mí me podrían achacar que podía estar mal en un partido, pero nunca que no me dejara el alma. Como delantero era bastante completo, porque tenía trabajo, gol y para los entrenadores les daba muchas posibilidades porque podía jugar en diferentes posiciones, aunque mi puesto principal natural era la de delantero rematador. Como delantero era ambicioso y siempre quería hacer gol, tenía mucha hambre.

¿Teniendo a Valerón al lado en Las Palmas era más fácil ser delantero?

Estamos hablando de palabras mayores. Con Juan Carlos solo tenías que moverte bien. Él veía el pase imposible. De todos los jugadores que tuve era el que tenía más claridad para verte, solo tenías que moverte bien, si lo hacías el ya se buscaba la maña para buscarte el pase, siempre por delante, para no que tuvieras que pararte con controlar con dificultad. Además de un grandísimo jugador es una grandísima persona.

¿Fue el mejor con el que has jugado?

De los mejores sin ningún tipo de duda. También tuve otros que por características me sentí más cómodo. Al ser delantero siempre trataba de tener a un filtrador de pase que me diera balones. También tenía jugadores de banda que me daban balones. Había jugadores con los que tenías que correr al primer y segundo palo y sabías que te la iban a poner. Un jugador que sabía que me la tenía que poner perfecta era Robert Jarni, porque tenía velocidad y un guante en el pie. Con esos jugadores es muy fácil ser delanteros. Si tenía jugadores que recortaban mucho tenían muchos problemas con ellos y me enfadaba mucho.

¿Un delantero tiene que ser valiente?

Yo a mis delanteros les digo que tienen que tirar, aunque fallen. A mí me gustan los delanteros valientes. Si tiran y fallan tienen que tirar otra vez, y otra y otra más. Al final los que tiran son los que marcan. El problema son los delanteros que fallan una y luego no quieren pisar el área. Hay muchos delanteros de esos, que después de fallar están en zonas donde no hacen daño. A mis delanteros siempre les digo que pisen área. Si pisas área vuelves a jugar, si no la pisas no juegas. Yo era eso. Sabía que al final iba a hacer gol.

¿El oficio de delantero es el mas difícil de todos?

Siempre se dice que en el fútbol hay que dominar las áreas y para eso tienes que tener un buen delantero y un buen portero, por eso son los jugadores más marcados y los que más se ven. Pero el delantero depende mucho de los compañeros que tengas. Pero si no pisas área no metes goles. Lo tenía muy claro: si no pisaba área no metía goles y me iba a l paro. Siempre que podía tiraba. Esa es la realidad.

¿El delantero estudia a los defensas rivales?

Cuando yo empezaba no hacía tantos medios como ahora y no había tanto conocimiento de los rivales. El entrenador te decía cuatro cosas, que tuvieras cuidad con ese u otro, pero era mi tarea ver, en el principio del partido, cómo eran los defensas. Veía si el defensa me daba distancia ya sabía por dónde tenía que meterle mano. Si tiraba para atrás tenía que recibir entre líneas y girarme, si el otro me achicaba tengo que darle un palo... Los primeros cinco o diez minutos tenías que ver por dónde fallaban.

¿Cuál es el defensa más duro con el que se haya enfrentado?

Gabi Heinze, que estaba en el Valladolid cuando jugué contra él, era un jugador intenso, agresivo, tramposo, que no te dejaba pensar... Los jugadores de Primera, cuando entrabas en su radio de acción te comían. En Primera eran duelos bonitos. Si te gustaba la chicha tenías que espabilar porque te daban palos a punta pala. Hubo una época con equipos intensos y agresivos pero eso te hacía madurar como jugador, porque tenías que ser muy rápido. Tienes que aprender a mirar. Se lo digo mucho a los delanteros que empiezan. A Escriche se lo digo mucho, que tiene que mirar y estudiar a los rivales.

"EL DÍA QUE JUGUÉ EN PRIMERA FUE VER CUMPLIDO UN SUEÑO"

PRIMERA DIVISIÓN. Ese fue el sueño cumplido como jugador de Eloy Jiménez. Lo será como entrenador si lo logra por el peso de su propio trabajo. 

¿Cuál es tu mejor recuerdo como jugador?

Cuando ascendí a Primera con Las Palmas y debuté en Primera. Cuando dijeron a alineación y salté al campo me acordé de cuando tenía siete u ocho años, veía los partidos por la tele y pensaba que mi ilusión sería jugar en Primera. Ver el sueño cumplido... Lo recuerdo perfectamente. Tengo siempre esa imagen del calentamiento en el estadio Insular, se lo cuento mucho a mis hijos, que les gusta mucho el fútbol, esa imagen y ese momento previo a debutar en Primera. Fue ver cómo la ilusión y el trabajo se cumplía. También disfruté mucho de los ascensos, a nivel particular y, sobre todo, por la gente y los aficionados. Recuerdo el ascenso con Las Palmas de Segunda B a Segunda, fue espectacular.

¿Los ascensos son los títulos de los humildes?

Hablaba el otro día con Roberto, el entrenador de porteros, y los dos coincidíamos que muchas jugadores de Segunda B y Segunda, que llevan mucho tiempo en esas categorías, para darle la oportunidad en superior categoría tiene que ser mediante un ascenso. Él lo tuvo que hacer así, con el Granada. Hay muchos jugadores que tienen que subir de categoría para ver que son jugadores de esa categoría. Por eso para la gente humilde es un enorme mérito un ascenso. Tienen que tener la ilusión de no ser conformistas y llegar a Primera División.

¿Qué debe hacer un jugador además de jugar?

Los jugadores tienen que estudiar y ahorrar. Un consejo que me dieron y que creo que es espectacular es que el haber sido futbolista lo tienes que aprovechar para haber tenido tu coche y tu piso pagado. Si tu consigues eso, el fútbol ya es provechoso. Porque en diez años consigues lo que otra hace en treinta. Con poco que hagas después y estar preparado ya vives. Si no guardas y quemas... y si no has estudiado... ¿Qué haces? Yo siempre traté de ahorrar y prepararme y me ha ido bien. En mi época se pagaba bien y tuve suerte. Para que mis hijos tengan un trozo de pan y se valgan por sí mismos da. Esa es la mentalidad que tiene que tener un jugador.

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