La historia viva del Lugo

El técnico lucense José Durán, que entrenó a Seoane, Pita, Iriome y Manu, destaca de todos ellos "su entrega máxima" y deja claro que se trata de "deportistas más que futbolistas"
José Durán, en el campo de O Ceao. ARCHIVO
photo_camera José Durán, en el campo de O Ceao. ARCHIVO

El técnico lucense José Durán dirigió a Carlos Pita, Fernando Seoane e Iriome González durante unos meses como primer entrenador del Lugo y en el primer año de presidencia de Tino Saqués. Durán, que llegó como sustituto de Luis Milla, reflexiona sobre lo que suponen estos jugadores que este sábado dejan la entidad y a los que suma también al excapitán Manu.

"Para mí son los grandes nombres de este vestuario. En común tienen que son grandes personas y futbolísticamente, con sus diferencias, fueron jugadores que marcaron la diferencia en diferentes etapas", indica.

A la hora de valorar a cada uno de ellos, el entrenador lucense tiene muy claro lo que aportan y significan. "Para mí Seoane era mi brújula, el termómetro dentro del vestuario. Seoane es alguien como lo ves, sincero y no se anda con rodeos cuando tiene que decirte algo. Le haces una pregunta y él te la contesta con sinceridad y eso es muy importante para un entrenador. Cuando quería saber cómo había salido una sesión o cómo se encontraba el equipo me acercaba a él. Tengo alguna anécdota de acabar una sesión dura de entrenamiento y de camino al vestuario preguntarle cómo fue y él decirme: "Esto hace mucha falta, para adelante", asegura.

"Pita era otro jugador que todo el mundo quiere tener porque no se escondió cuando tenía que decirte algo, no necesitabas buscarlo, te venía de frente y te decía las cosas, lo que le gustaba y lo que no, te gustase o no, y no le pudiese o no pasar factura. Ese perfil de futbolistas me gusta porque no esconde nada, quieren que les vaya bien al equipo y quieren que te vaya bien a ti. En seis meses Carlos y yo tuvimos muy buenas conversaciones y fue de una ayuda tremenda", destaca.

Finalmente, también se refiere a Iriome y Manu. "Iriome es una mezcla de los dos (Pita y Seoane). No tenía esa figura de capitán que lo era Manu, que era perfecto porque se trataba de la mezcla de Pita y Seoane, hacían un trío estupendo. Con Iriome me parecía un gran futbolista que no dio todo el rendimiento de inicio y creo que se soltó un poco conmigo con conversaciones en cuanto a juego. Es un jugador con el que podías hablar del equipo, de su equipo, que asumía y quería que le ayudases", admite.

José Durán insiste en todo lo que significaron estos jugadores para la entidad. "Son deportistas más que futbolistas, entienden el fútbol como un deporte, trabajan como deportistas y siempre dan entrega máxima en el trabajo y siempre el equipo por encima de las individualidades. Se complementaron muy bien fuera y dentro del campo", dice.

El técnico lucense también da su visión sobre cómo ve el futuro de la entidad sin ellos y por dónde pueden estar las claves para el avance de la entidad. "A mí me facilitaron mi trabajo, pero al final el club está por encima de todo. Nadie es imprescindible, aunque si cuentas con los mejores siempre es mejor. El club deber ser capaz de encontrar un buen relevo, necesitas futbolistas de ese perfil como persona y que traigan su calidad y energía de gente joven. Esto es ley de vida, la clave es que el Lugo siga haciendo las cosas igual de bien que hasta ahora", comenta.
 
AFICIÓN. Durán, por lo demás, está seguro de que la afición va a responder y acudirá a este homenaje a los jugadores y deja también una reflexión sobre el aficionado y la respuesta que debe dar para el crecimiento del club y no lamentarse posteriormente.

"El grado de compromiso hacia el club debe subir. Creo que la gente va a responder, somos así, ante situaciones que lo requieren la gente está. Se trata de rendir homenaje a estos jugadores que, con Manu, fueron de vital en los últimos diez años del club. A mí me preocupa que la gente no esté siempre, la demanda es que necesitamos a nuestros aficionados siempre y no vale que cuando hace calor o no nos jugamos nada van mil. Necesitamos 4.500 cada domingo, el club intentó de todo para traer gente y no se consiguió. El día que la lleguemos a perder esto, que espero que sea tarde o nunca, nos llevaremos las manos a la cabeza y nos daremos cuenta de lo que perdimos", finaliza.

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