Trabajo en equipo y afán de superación. Fue la receta del Leche Río Breogán para despejar cualquier duda y para sobreponerse a una situación que a priori le situaba en inferioridad en el partido de ayer. Nadie puede discutir los efectos negativos de una parada total en la preparación de diez días o de no disputar un encuentro en veinte días, como le ocurría al conjunto breoganista. Y las posibles y esperadas secuelas aún podrían tener un efecto más devastador si se considera que enfrente tenían a un rival que acudía a Lugo en plena forma exhibiendo una inmaculada trayectoria de tres triunfos, dos de ellos ante Coruña y Palencia, dos de los aspirantes al ascenso.
Pero el Breogán supo estar a la altura. Incluso por encima de lo esperado porque el Valladolid no falló, más bien demostró porque llegó al Pazo como líder invicto. El resultado fue un muy buen partido entre dos muy buenos equipos en el que el único pero fue que la situación sanitaria actual no permitiera a la afición breoganista disfrutar de un encuentro de estas características.
El equipo lucense, de todas formas, demostró ser consciente de las condiciones en las que afrontaba el partido. Epi supo mover sus piezas para llegar al tramo final con sus jugadores más o menos enteros aunque para que esto fuera posible todos tuvieron que aportar y es que el trabajo de los locales fue un trabajo de equipo, un victoria coral.
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Las gradas, en aquel encuentro pobladas por más de cuatro mil espectadores, estarán hoy vacías, con todo lo que ello representa y las condiciones en las que los dos rivales afrontarán el partido tampoco son similares, uno después de más de veinte días sin competir y el otro pletórico con tres valiosos triunfos. Pero, como ya se ha dicho, en la actual situación es inevitable. O esto, con todas sus deficiencias, o el parón de la Liga con un resultado futuro imprevisible [Seguir leyendo...]
