DBEB 📺 Los lucenses del Dakar: "En el desierto se te quita muy pronto el divismo"

Diego Vallejo, Eduardo Iglesias y Pedro Burgo, ya en Lugo tras pasar más de dos semanas en Arabia Saudí, analizan en profundidad su experiencia en la carrera más dura del mundo

La representación lucense en el último Dakar se reunió en el programa De Bote en Bote para hacer un repaso de la durísima experiencia. Diego Vallejo, Eduardo Iglesias y Pedro Burgo explicaron las dificultades que atravesaron a lo largo de las 12 etapas que formaron la edición número 42 de un Dakar que abandonó la peligrosidad de Sudamérica para sumergirse en un nuevo formato, el desarrollado en Arabia Saudí, que apostó por una competición basada en la navegación y la velocidad.

¿CÓMO HA SIDO LA EXPERIENCIA DEL DAKAR 2020?

El primer Dakar siempre es especial. Tanto Eduardo Iglesias como los hermanos Burgo debutaban este año en la competición más dura del mundo. En el caso de Iglesias, era la ilusión de su vida. "Desde pequeño tenía la ilusión de correrla y por fin tuve la oportunidad. Fue dura, pero una vez lo acabas olvidas lo negativo y te quedas con lo bueno", reconoce el piloto de motos del equipo Galimplant. Para Pedro Burgo, que participó con su hermano Marcos –se vieron obligados a abandonar tras la cuarta etapa, después de una avería en el radiador de agua de su Can-Am Maverick X3– "fue mucho mejor de lo que imaginaba. Tenía dudas con mi hermano, porque nunca habíamos hecho algo parecido, pero funcionó todo a la perfección. Ahora tengo otro concepto de la carrera".

El caso de Vallejo es diferente. El meirego completó su quinto Dakar –como copiloto del madrileño Óscar Fuertes a los mandos del Korando DKR de equipo Ssangyong– y reconoce que ha sido "el más limpio, porque teníamos un gran coche y un gran equipo detrás". Diego Vallejo explicó que, a diferencia de otros años en los que sí tuvieron "días malos", en esta ocasión no pasaron apenas dificultades y supieron "correr cuando había que correr y guardar la ropa cuando había que guardarla".

¿DAKAR RÁPIDO O DAKAR LENTO?

"Los extremos nunca son buenos", dice Iglesias, "lo lento es malo y lo rápido es peligroso. Lo ideal sería encontrar un término medio", opinó Iglesias. Diego Vallejo, por su parte, reconoce que disfrutó mucho en la primera semana a pesar de que la cuarta etapa "era demasiado rota, con mucha piedra que nos obligó a ir de bote en bote. Fue muy dura". Burgo, sin embargo, recuerda el "intenso frío" que pasó hasta el abandono. "Fue sin duda lo que más nos sorprendió. ¿Dakar rápido o lento? A nosotros nos da igual, porque nuestro vehículo estaba limitado a 120 kilómetros por hora".

LA CONVIVENCIA CON LOS MEJORES PILOTOS DEL MUNDO

"En el Dakar se te quita pronto el divismo", apunta Vallejo sobre uno de los aspectos que "más me gustan" del Dakar. "En la etapa maratón dormimos todos en un barracón, al lado de Alonso, Coma, Sainz, Cruz... hasta los periodistas comentaban que era alucinante compartir desayunos antes de competir a tumba abierta. Es algo impensable en otros deportes".

Iglesias tuvo la oportunidad de conocer a Fernando Alonso en la segunda etapa. "Vi que me pasaba y que a los cinco minutos estaba parado. Dudé en parar porque iba bien en carrera pero al final paré y fue muy amable. Le pregunté si les podía hacer una foto mientras reparaban el coche y entendió que me quería hacer una foto con él". "A Alonso se le vio muy cómodo en este ambiente. No le vi nada forzado", remató Vallejo.

LÁS ANÉCDOTAS EN LA CARRERA MÁS DURA DEL MUNDO

La anécdota lucense del Dakar la protagonizaron los hermanos Burgo. "En la cuarta etapa nos quedamos tirados desde las 15.00 hasta las 3.00 de la mañana. Tuvimos suerte porque paramos en un puesto con médicos, hicieron una hoguera y logramos capear la noche. Sin ese mechero lo habríamos pasado muy, muy mal", recuerda Burgo.

Vallejo apenas pasó apuros pero rememoró la experiencia que vivió en Bolivia, cuando a 5.000 metros de altitud, "con un frío de la leche, lluvia y barrio, se nos estropeó el limpiaparabrisas. Lo solucionamos con unos cordones y corrimos a una media de 30 por hora los siguientes 200 kilómetros. Este año nada pasó".

Iglesias recuerda las dificultades que atravesó para no perderse en los tramos complicados. "A veces sigues el polvo porque parece lo correcto y lo que ocurre es que es el rival quien va perdido y no tú".

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