El Río Breogán consiguió un importante triunfo en la cancha del Almansa. Clave porque los lucenses necesitaban ganar tras la última derrota e importante también porque lo hicieron sufriendo, mucho, ante un rival correoso que les hizo ir a remolque en algunas fases del encuentro. Solo en el último cuatro fue capaz Breogán de desplegar su juego para acabar anotándose el triunfo.
Tras la derrota ante el Alicante, los de Diego Epifanio se enfrentaban al colista de este grupo de lucha por el ascenso, un Almansa que necesitaba el triunfo. Lo sabían los breoganistas, que de entrada se encontraron con una zona casi impenetrable. Por suerte, Sollazzo estaba inspirado y consiguió firmar los primeros cinco puntos, triple incluido, para dar ventaja a Breogán y sembrar algunas dudas en el equipo local (2-5).
Otro triple, esta vez de Larsen, y una canasta de Sollazzo, elevaron Grupo por el ascenso la renta lucense hasta los 5 puntos, aunque a los de Epi les estaba costando llegar al aro contrario.
Por suerte, en defensa el equipo estaba trabajando bien y el conjunto local tampoco conseguía ver aro con facilidad, lo que permitía a los gallegos mantenerse por delante.
Pero los manchegos no estaban dispuestos a dejarse ir, apretaron en defensa, cortaron las vías de penetración de su rival y de la mano de Cvetinovic y Djuran firmaron un parcial de 6-0 que apretaba el marcador (16-18). Una renta que el Breogán apenas consiguió ampliar (18-21).
En el inicio del segundo cuarto el Almansa intensificó su esfuerzo defensivo para generar muchos problemas a un Río Breogán que apenas conseguía mantener el balón y lanzar con comodidad.
El equipo de Diego Epifanio empezaba a ponerse nervioso y cometía algunos errores que permitieron al Almansa colocarse por delante en el luminoso para llegar al ecuador del cuarto 5 arriba (31-26).
El Breogán estuvo hasta cuatro minutos sin anotar y, aunque continuó defendiendo con intensidad, no pudo evitar que el rival alcanzara una ventaja de 8 puntos (34-26).
Ahonen rompía la sequía lucense, pero el equipo local había conseguido frenar por completo el juego exterior de su rival y marcaba las pautas de juego. Tenía contra las cuerdas al Breogán, que se fue al descanso 40-34.
Los problemas del Río Breogán no desaparecieron tras el descanso. Los de Diego Epifanio seguían sufriendo mucho para sacudirse la presión defensiva del Almansa, aunque ahora encontraron lo que les había faltado en el segundo cuarto, acierto en el tiro exterior.
Así, con dos triples, uno de Sollazzo y otro de Sergi Quintela, los gallegos salvaban los muebles en el inicio del tercer cuarto.
Y es que esos dos triples fueron las únicas canastas que los visitantes anotaron en los primeros cuatro minutos del cuarto, lo que permitía a los manchegos mantenerse por delante en el electrónico (46-40).
Pero la maquinaria breoganista se ponía en funcionamiento en la segunda mitad del cuarto. Cruz, Sollazzo y los hermanos Quintela mostraban galones y conseguían darle la vuelta al marcador (49-50, minuto 26). Los de Epi habían conseguido, además, reajustar su defensa y secar por completo a un Almansa que en ningún momento había tenido facilidad para encarar el aro, pero que ahora se quedaba hasta tres minutos sin anotar.
El partido estaba vivo, y aunque sufría, el Breogán entró en el último cuarto con cinco puntos de ventaja (53-58). Esa renta dio alas a los lucenses, que en el cuarto decisivo mostraron su mejor cara.
El Breogán se hizo con el control absoluto, ahogó a los locales y se lanzó al ataque sin prisa, pero sin perdonar. Dos triples y la aportación de un sorprendente Gutiérrez llevaron a un parcial de 1-10 que dejaba el choque en franquicia a seis minutos del final (54-68). El Almansa recortó con dos triples (60-70), pero apareció Larsen para cortar la reacción y certificar el triunfo lucense.
