Billetes de dólares y silbidos, pero también abrazos para Paco Olmos

El técnico volvió a el Pazo para reencontrarse con su antigua afición, que estaba preparada para recibirlo
Un aficionado sostiene un 'billete de dolar' con la cara de Paco Olmos durante el partido. XESÚS PONTE
photo_camera Un aficionado sostiene un 'billete de dolar' con la cara de Paco Olmos durante el partido. XESÚS PONTE

Desde que dejó tirado al Río Breogán en enero para marcharse al Hereda San Pablo Burgos, la afición del conjunto gallego esperaba el reencuentro con el técnico Paco Olmos. En el Pazo de los Deportes afloraron las réplicas de los billetes de dólar en la grada, sonó la música de viento, pero también recibió los abrazos de sus exjugadores y la revancha deportiva (105-96).

No fue un partido fácil para el técnico valenciano, responsable del gran inicio de temporada del Breogán, al que dejó en las posiciones de Copa del Rey, aunque sin el billete asegurado, cuando decidió aceptar la propuesta burgalesa, que unas semanas antes había rechazado. Se iba a un equipo en descenso que le ofrecía un contrato más largo y mucho mejor remunerado.

El técnico al que el Breogán había traído de vuelta a la ACB después de varios años en América (Puerto Rico y México) aguantó estoicamente en su vuelta al Pazo dos Deportes.

Ya en sus primeros pasos en la cancha escuchó silbidos y vio las réplicas de los billetes de dólar en la grada.

Esos duros momentos tuvieron unos instantes de alivio, de cariño. El que le brindaron sus exjugadores, con el bosnio Dzanan Musa al frente. El jugador franquicia del Breogán se fundió en un abrazo con el técnico que le ayudó a recuperar su mejor versión. Lo mismo hicieron, uno a uno, el resto de los que fueron entrenados por Olmos. La afición no dejó de silbar.

Cuando su nombre se escuchó a través de la megafonía, el Pazo rugió aún más. Subieron los decibelios, afloraron de nuevo los billetes. El valenciano aguantó el tipo, con gesto contrariado mientras escuchó "Paco Olmos, pesetero".

El mensaje se repitió desde la grada durante el partido en las primeras interrupciones. El recibimiento a Olmos se reprodujo tras el descanso. No faltó el cartel de "se vende" en el pabellón que hasta hace unos meses tenía a su favor y en el que su actual equipo encajó una derrota que los locales no cerraron hasta los instantes finales. 

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