El Celta de Vigo pasó este jueves de ronda en Copa del Rey con auténtica contundencia (0-5), dominando el juego ante una UD Llanera que se fue al descanso perdiendo por la mínima, pero que nada pudo hacer ante la calidad de los de Coudet, que acabaron goleando en la segunda parte.
El partido fue un monólogo del Celta, que mantuvo a cuatro de sus titulares habituales en el once y dominó aunque sin generar demasiado peligro hasta la segunda mitad.
Raúl Paulino desbarató el primer conato de ataque visitante, a los diez minutos y tras un buen remate de Brais Méndez, e hizo lo propio con un disparo de Emre Mor minutos después.
Los visitantes no fueron especialmente incisivos, pero la UD Llanera nada pudo hacer ante la calidad al primer toque de los de Coudet.
Coudet dio media hora de partido a Iago Aspas, variación que sirvió para aumentar su dominio y posesión
Una de esas acciones, iniciada por Fontán en la frontal, acabó con un pase entre líneas a Carreiro y una asistencia en forma de pase atrás que Lautaro, en el corazón del área, transformó en gol metiendo la puntera.
Tras la reanudación Coudet dio entrada a Nolito y al atacante celeste solo le hicieron falta unos minutos en el campo para ganar en carrera a Berto, y a batir a Raúl Paulino de nuevo.
Cinco minutos después, el Celta pisó el acelerador y amplió distancias con una rapidísima acción en área contraria que culminó Emre Mor superando a la defensa local con un gran gesto técnico y batiendo por bajo al meta rival.
Coudet dio media hora de partido a Iago Aspas, variación que sirvió para aumentar su dominio y posesión y para hacer, cada vez más notable, el cansancio y el desgaste defensivo de la UD Llanera, que solo tuvo acercamientos a balón parado.
A falta de un cuarto de hora Nolito marcó el cuarto de los vigueses, el segundo de su cuenta personal, y lo hizo batiendo a placer a Raúl Paulino tras una gran asistencia de Iago Aspas.
Al marcador aún le faltaba por sumar un tanto más, el quinto, obra de Hugo Mallo, también introducido por Coudet desde el banquillo y que sirvió para redondear la incontestable victoria celtiña en el Carlos Tartiere.