LLeva sesenta años dibujando y cree que el retrato es el más difícil de los géneros pictóricos y, dentro de él, captar la expresión del retratado, lo más complicado. Es necesario que el personaje se reconozca y lo reconozcan y a Alfredo Seijas le dicen a menudo que sus cuadros parecen fotografías, de tan fieles que le quedan.
Funcionario de carrera, primero de la Administración del Estado y después de la Xunta, Seijas expone ahora en el multiusos 35 retratos de personas de Lugo, la mayoría muy conocidos, realizadas con lápiz de carbón y carboncillo. Para resolver todas las dudas de aquellos a los que les admira tal fidelidad, uno de ellos es el original a carboncillo, no la copia impresa que suele conservar para su colección personal. Se trata del que hizo a Gerardo Pardo de Vera, reconocible a kilómetros de distancia.
Seijas cuenta que hizo todos los retratos desde septiembre hasta ahora y que, entre ellos, se encuentran los de su familia al completo. Además de trabajar en la Administración, estudió Artes Aplicadas en Lugo y, tras su jubilación, la carrera de Bellas Artes en Pontevedra.
Ahora que está retirado dedica casi todas las noches a pintar y dibujar, su gran pasión. «Me pongo por las noches y muchas veces amanece y sigo dibujando», explica. Hace una media de un retrato al mes, usando, además de al modelo, sus fotografías.
La exposición que reúne sus retratos puede verse en el edificio multiusos de la Xunta hasta final de este mes.
