"En ‘La mano’ hay tantos fantasmas que alguno te va a tocar con certeza"

El compositor gallego Hachè Costa presenta en formato discográfico su último trabajo, enmarcado dentro de la ópera y en el que se tratan temas como la culpabilidad o los abusos
Haché Costa. SEBAS SENANDE
photo_camera Hachè Costa. SEBAS SENANDE

HACHÈ COSTA presenta el CD de su obra La mano, que en su estreno en la ciudad de Madrid no dejó a nadie indiferente.

Dice que La mano es una respuesta a su propia crisis existencial.

Yo he sufrido de todo. Vengo de una familia desestructurada y he vivido cosas muy duras. Pero no quiero que mi trabajo se valore desde esa perspectiva. En nuestra sociedad es peligroso ahondar en estas cuestiones, pero también es peligroso negarlas. Por eso lo reconozco de manera abierta.

Pero usted es la prueba de que esa situación se puede revertir.

Quienes hemos vivido infancias y adolescencias rotas seguimos teniendo algo roto dentro. Eso a veces se señala. Asumo que tengo cosas dentro de mí muy rotas, aunque la lucha por superarlas también me ha llevado a un estado de felicidad permanente. 

¿Su obra puede ser un refugio para aquellos que han sufrido algún tipo de abuso?

La obra a quien más puede ayudar es a quien no es consciente de lo malo que está. Ese es el verdadero problema: la gente que ha normalizado el maltrato, la violencia y el estar todo el día en una lucha consigo mismo.

Dice que La mano hace que el espectador descubra aspectos de sí mismo que no le gustaría haber visto jamás.

 Sí, porque todos los tenemos. Todos tenemos alguna mancha que no queremos mirar, todos nos hemos sentido culpables, nos hemos sentido sucios o hemos sido injustos con alguien. Las personas que la han visto han salido con las manos en las tripas sin saber por qué. Hay tantos fantasmas que alguno te va a tocar seguro.

¿La obra provoca incomodidad?

Mucha. No hay nada peor que te estén diciendo algo que tú no quieres escuchar. En el estreno en Madrid, tres o cuatro personas abandonaron la sala. Curiosamente lo hicieron cuando el personaje se empodera y dice: "Mi coño es mío", eso molesta. En cambio, aguantaron la primera parte en la que se habla de abusos sexuales y maltrato porque reconocen al personaje como víctima.

¿Qué le diría a las personas que abandonan la sala?

Con estas cosas hay que tener cuidado, ya que los que abandonan la sala porque no les gusta la obra, están en todo su derecho porque han pagado su entrada. Otra cosa es quien no mira o se va porque está viendo contenido que le resulta conflictivo. A esa persona le diría con todo el cariño del mundo que se atreva a meter un pie. Cuando te acostumbras a ese tipo de dolor, ya puedes meter el cuerpo entero.

¿Cree que se trata de una especie de autosanación?

Todos tenemos esa obligación como individuos. Tus problemas no son sólo tuyos, son de todos. Bajas a la calle, donde convivimos todos juntos, y te encuentras gente agresiva a la mínima. Con la pandemia se han alterado las vías de escape. La gente ya no puede tener el sexo o el alcohol como deporte. Te han dejado sin escapatorias.

¿Asusta la vida real?

Sí, claro que da miedo. Mucho. Da mucho miedo que te hagan daño, enfrentarte a lo que tú quieres y que ese algo no te quiera a ti. Somos capaces de acostarnos con quien sea sin mayor problema, pero no somos capaces de establecer un vinculo emocional con aquella persona que nos gusta de verdad. Eso lo dice todo. Por supuesto que la vida da miedo, pero mucho más miedo da no vivirla, si conoces las consecuencias de no vivir.

Muchas personas no son conscientes de ello.

Claro que no. La gente no es realmente consciente hasta qué punto te mina no vivir. Antes la gente tenía que salir al campo y trabajar porque sino no podían comer. Ahora si no lo haces, te protegen. Yo he tenido suerte en ese aspecto, ya que esa distancia con mi núcleo familiar me ha obligado a asumir que nade me protege y por eso me tuve que enfrentar solo a cómo salir de los problemas. Todo el mundo hoy en día está sobre protegido.

Hoy en día la soledad da miedo.

La soledad asusta, pero la mala compañía asusta más. A mí la mala compañía es una cosa que me da pánico. Quitando que los problemas también forman parte de la vida.

Comentarios