José de Cora: "Dicen que la mujer envenena porque es débil, pero eso es falso"

El escritor publica 'Veneno de mujer', en el que define, clasifica y cataloga este tipo de criminales e incluye un registro histórico
photo_camera José de Cora, con su nuevo libro.

Walt Disney andaba buscando un modelo de una envenenadora para dibujar a la bruja que iba a atemorizar a Blancanieves. Supo de Giovanna Bonanno, una mujer que vivió y envenenó en Palermo entre 1713 y 1789. Su cara era afilada, con el mentón picudo y la verruga que después usaría el dibujante. La conoció por unha reproducción en terracota.

Su caso es uno de los primeros que trata el periodista y director general de El Progreso José de Cora en su nuevo libro, 'Veneno de mujer' (Edhasa), un ensayo sobre las envenenadoras que tiene como aportación "diferenciar entre asesina en general, asesina que usa veneno y la envenadora". La peculiaridad principal de la envenenadora "es que es mujer, porque no hay envenenadores, igual que no hay violadoras".

De Cora desmiente "tópicos" como que las mujeres recurren al veneno para matar "porque son más débiles" indicando que "no es necesaria la fuerza, puedes disparar con una pistola o usar un hacha, como suele pasar en Galicia".

Una segunda tesis es que este tipo de criminal tiene una relación de intimidad con el veneno. "Lo trata como una amiga, duerme con él, acaricia el frasco en el que lo guarda, le habla; es como una prolongación de su cuerpo".

En relación al proceso del crimen, el autor desmintió la idea extendida de que la envenadora administra su dosis letal "y desaparece por la otra puerta". "La mayoría quiere estar presente en la agonía de su víctima. Está junto a él en su lecho de muerte. Lo acompaña, le hace sopas con veneno, lo arropa, le sacude la almohada para que esté más blanda"

Para completar los desmentidos a las convicciones populares apunta que "se dice que la mujer mata menos. Mata tanto o más que el hombre".

'Veneno de mujer' recoge un centenar de envenenadoras desde 1740 hasta la actualidad. José de Cora eligió la primera fecha por ser casos registrados en un juicio y ser más fiables. La obra cuenta con un registro histórico que se remonta al siglo V antes de Cristo.

Las noticias de estas criminales van respaldas por un catálogo de venenos y usos a cargo del doctor en Biología por la Universidad Complutense de Madrid e investigador del CSIC Óscar Soriano.

Entre los tipos de envenadoras cinta las 'angel makers' o 'fabricantes de ángeles'. Durante los siglos XIX y XX en zonas como la Bretaña francesa, Gran Bretaña, Alemania o los Balcanes "hubo una figura de la Inglaterra victoriana de 'granjas de niños', que eran casas de mujeres que no habían tenido hijos y criaban pequeños de madres solteras o de mujeres casadas que no querían tener hijos ni abortar, a veces porque no eran de sus esposos, a veces porque era un gasto darles de comer".

José de Cora dice que las 'angels makers' cobraban una cantidad por mantener a los niños. "Cuando una familia llevaba un tiempo sin preguntar por un crío la fabricante de ángeles podía matarlo para que no le diese gasto y cobrar por él". El escritor indica que esa clase de envenenadora "no existía en Grecia, Italia, España o Portugal porque la Iglesia se ocupaba de la recogida de expósitos".

Entre las envenenadoras singulares que hay en 'Veneno de mujer' destacan las hindús 'visha kanyas', "que son preparadas como armas", pues "toman regularmente arsénico para que nos les afecte y son capaces de transmitirlo". Como ejemplo de esa tradición cita "un padre que envenena el órgano sexual de su hija y mata al rey de Nápoles cuanto este hace un cunilingus a la joven".

"El sexo da lugar a tipos interesantes de envenenadoras, como la viuda negra, que es una competidora; la femme fatal, que es vampírica y hermosa; el 'amour fou', que es un amor desordenado, que desea conquistar al hombre para matarlo", enumera.

Comentarios