Gonzalo de Cora pasea 'Extremayork'

El escritor lucense cuenta once historias de una ciudad radical en Humanos y marcianos en Nueva York

Gonzalo de Cora. EP
photo_camera Gonzalo de Cora. EP

GONZALO DE CORA entró en un vagón y se encontró de frente con un ser con cuerpo humano y cara de reptil con ojos negros como dos pelotas de golf. En realidad, era una mujer que sostenía a la altura de su cara un libro con un extraterrestre en la portada, pero al escritor lucense le generó la base para su novela Humanos y marcianos en Nueva York (Punto Rojo), que presentó el jueves en Madrid junto al periodista José María Carrascal.

El volumen cuenta doce horas —«desde las nueve de la noche a las nueve de la mañana»— en la vida de dos amigos. Pedro, residente en Nueva York, recibe a Jorge, que llega de visita. Ambos se desplazan en metro de fiesta en fiesta y se van encontrando con una serie de personas singulares que acaban protagonizando las once historias que componen el volumen «y que le sirven para explicarle la ciudad».

«Llamo Extremayork a Nueva York porque te puedes encontrar lo más de los más y lo menos de lo menos», apunta De Cora sobre la macrourbe en la que reside desde hace seis años. El cuento que se centra en ese encuentro de contrarios es El señor de la pajarita de lunares, que hace que «un amante del minimalismo intente ligar» con una devota del maximalismo.

A pesar de esa visión que tiene de la ciudad, el escritor matiza que «la novela no habla de marcianos, pero las historias son marcianas».

Los relatos no son reales en su integridad ni inventados completamente. El capítulo que más se aleja de la certeza es La mujer de guantes blancos y aprendiz de asesina, sobre una rica «que planea matar a su marido, para lo que se va acercando a él» y acaba por replantearse lo acertado de su determinación.

Todas las historias están relacionadas con Nueva York. Una chica vive una situación sentimental difícil con un novio en la víspera del 11-S en La chica de los globos de cumpleaños y «hay una referencia al huracán Sandy, que sufrimos, en La mujer del dolor de muelas».

"El hombre de los spectators trata un ambiente exquisito al relatar el encuentro entre un galerista y una anciana a la que él no percibe como una clienta en potencia.

A pesar de que el relato que usa como marco para contar las once historias -el recorrido de los dos amigos por la ciudad- se desarrolla solamente en doce horas de una noche, el novelista subraya que las historias que se cuentan «transcurren de día y de noche, en días distintos, en estaciones distintas e incluso durante varios meses».

El perro Chuleta, «que es el nombre del perro de una amigo» protagoniza el fragmento que cierra el libro, Chuleta, el perro más chulo, y «está descrito como un perro que tuvieron mis padres». Ese can se irá encontrando «con algunos personajes que habían ido apareciendo a lo largo de la novela a modo de cierre».

GROTESCO. La portada de Humanos y marcianos en Nueva York lleva una fotografía en la que el autor fijó su encuentro con la "humana marciana" que leía un libro sobre seres extraterrestres.

Gonzalo de Cora tiene una colección de unas dos mil imágenes con retratos que ha ido haciendo a vecinos de Nueva York. Se trata de un trabajo que inició hace tres años.

Entre ellas, escogió una treintena para incoporarlas a su libro. «Intento ser respetuoso», advierte, para añadir que «lo grotesco no me interesa, no fotografío nada hiriente; prefiero fijarme en la forma de vestirse o en los colores que usa una persona».

La ciudad sigue sin dormir

Gonzalo de Cora confirma la idea general de que Nueva York mantiene una actividad continua durante el día y la noche. «La ciudad sigue sin dormir en verano», indica. Ni «el calor, que es húmedo», vacía las calles. «Sí es verdad que muchos neoryorkinos de siempre se va, pero sigue habiendo mucha gente, hay muchos turistas», señala el escritor. «Puedes escuchar a la Filarmónica en Central Park o ver cine en blanco y negro en un parque detrás de la Biblioteca Municipal gratuitamente, las terrazas están llenas y los parques explotan de picnics»

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