"No sé cuántos cafés me tomé con Bon Jovi en Nueva York"

El productor musical Emiliano Caballero nació en Uruguay, creció en Lugo, se formó en Bélgica y triunfa en EE UU ► Tiene 31 años, vive en Los Ángeles y está nominado a dos Grammy latinos
El productor musical Emiliano Caballero. EP
photo_camera El productor musical Emiliano Caballero. EP

En menos de siete años ha pasado de ser el guitarrista de Arrhythmia, en Lugo, a compartir estudio con Bon Jovi o The Strokes, dar clases en el Abbey Road Institute, tener un perfil en IMDb gracias a su participación en la banda sonora de quince películas —como el megataquillazo de Hollywood como The Amazing Spider Man 2— y estar nominado a dos Grammys Latinos en la gala que se celebrará en Las Vegas el 15 de noviembre. Y es que como él dice: "Han sido siete años pero los he sentido como si fueran quince".

Emiliano Caballero nació hace 31 años en Uruguay. Allí vivían sus padres, dos humildes trabajadores que por motivos laborales se vieron obligados a cruzar el charco para instalarse en Lugo. Corría el año 1990 y los Caballero escogieron la Rúa das Noreas para iniciar su nueva aventura familiar. Casualidades de la vida, lo hicieron en un pequeño piso situado justo encima de la tienda de instrumentos musicales Arco Iris.

Porque fue ahí donde un joven Arturo Vaquero le vendió su primera guitarra. "Una guitarra para salir del paso, nada extraordinario". Tenía 10 años y lejos de aprender acordes básicos para iniciarse, a Caballero se le ocurrió que lo primero que iba a hacer con ella sería aprenderse Sultans of swing, de Dire Straits.

La tarea lo frustró por imposible. Si nadie aprende a jugar a fútbol imitando a Leo Messi, nadie aprende a tocar la guitarra imitando al genio de Mark Knopfler. "Estuve tres años tratando de descifrar aquellos sonidos. No había youtube y tenía que imaginarme la posición de las manos. Acabé comprando un DVD y, acercándome mucho a la tele, pude adivinar cómo lo hacía".

Envié un correo a los mejores estudios de Europa: 'Hola, no soy nadie, pero quiero trabajar con vosotros sin cobrar'

Esa obsesión por descifrar la música que le fascinaba quedó aparcada en la adolescencia, cuando gracias a un anuncio que puso en Arco Iris, logró contactar con los que acabarían siendo sus compañeros en Arrhythmia.

Asi se creó el único grupo del que ha formado parte. "Con compañeros del instituto A Nosa Señora dos Ollos Grandes y otras personas". Caballero era uno de los dos guitarristas y durante tres años ofrecieron conciertos hasta que surgió la posibilidad de grabar un disco en el estudio que estaba montando en Friol la misma persona que le vendió su primera guitarra: Arturo Vaquero.

EL GRAN DÍA. Abrigueiro Estudios era la primera sala de grabación que pisaba Emiliano Caballero en su vida. La conmoción fue absoluta. Mientras sus compañeros grababan y disfrutaban delante de los micrófonos, Emiliano se las arreglaba para pasar la mayor parte del tiempo detrás del cristal, sentado con Vaquero y aprendiendo todas las posibilidades que ofrecía aquel estudio de grabación. "Yo solo quería estar con Arturo porque me di cuenta de que me apasionaba estar en la sala de máquinas, en la producción musical, pendiente de todos esos detalles".

Con aquella mesa de grabación en la mente, y sin saber cómo dirigir su vida hacia ese mundillo, Caballero decidió cumplir el deseo de sus padres y estudiar una carrera. La elección fue el grado de Química, en A Coruña, pero fue durante el Erasmus que hizo en Noruega cuando se dio cuenta de que aquello no le hacía feliz. "El primer día que entré a un laboratorio me di cuenta de que no era lo mío. Llamé a mis padres para decirles que dejaba la carrera y que me quedaba hasta final de curso aprendiendo inglés".

LIBROS Y EMAILS. Aparcada ya la carrera de Química, Caballero se sumergió en internet para dos cosas muy concretas. Primero, para localizar los libros que se utilizaban en las universidades de producción musical. Los estudió gracias al buen nivel de inglés que consiguió en Noruega.

Segundo, para hacer una lista de los mejores estudios de grabación de Europa. "Envíe un correo a los diez mejores ofreciéndome a trabajar con ellos gratis".

"Hola, no soy nadie, pero quiero trabajar con vosotros sin cobrar ni un euro. Solo quiero aprender", rezaba, más o menos, ese correo que envió a, entre varios estudios, Abbey Road y Galaxy, la empresa que acabaría aceptando la rocambolesca propuesta de un lucense que tenía clarísimo su camino. "Tardé un año porque cuando parecía que llegaba la opción, pasaba algo que lo retrasaba. Pero finalmente, el 7 de enero de 2012, empecé a colaborar en Galaxy como chico para todo".

CRECIMIENTO. En Mol, la ciudad belga donde Galaxy Studios tiene sus impresionantes estudios, Caballero supo que había encontrado su lugar. El chico para todo empezó a destacar en las salas de grabación y pronto se hizo con un contrato gracias a su colaboración en más de quince películas.

"Es un estudio donde se graba mucha música de cámara y mucha banda sonora. El aprendizaje fue bestial y tuve la inmensa fortuna de participar en proyectos impresionantes y de trabajar codo con codo con un mito como Clint Mansell —autor, entre muchas, de la banda sonora de Requiem por un sueño (2001)—. Hoy tiene perfil propio en IMDb —Internet Media Data Base— la base de datos por excelencia del cine.

No sé cuántas veces me preguntó Bon Jovi si me parecía bien el disco que estábamos grabando. Es un tío muy normal

Con un nombre hecho en Bélgica gracias a su impresionante talento, y gracias a un amigo que tenía un contacto, Caballero se las ingenió para participar en una visita guiada a los Electric Lady Studios que creó Jimi Hendrix en Nueva York en 1970. Pero la visita no era realmente una visita. Por lo menos para él. "Al final del recorrido les reconocí que yo estaba allí porque quería trabajar con ellos. De repente me pidieron que arreglara una cosa, después otra y después otra más complicada. Acabé yendo cinco días seguidos en lo que eran mis vacaciones de Galaxy Studios".

Dos meses después, y tras mucho papeleo, Caballero fichaba por el estudio de sus sueños en Nueva York para trabajar como ingeniero de sonido asistente. Era el año 2016 y en su primer día de trabajo se encontró en la sala de grabación con Bon Jovi. En su segundo día, con The Strokes. "No me lo podía creer, pero allí estaban. Y no sé si será su éxito, pero son personas como tú y como yo. No sé cuántas veces bajé a comer un sandwich o tomar un café con Bon Jovi, ni cuántas veces me preguntó qué tal me parecía el disco que estábamos grabando, This House Is Not For Sale (2016). Es un tío normal".

"Enseño en Abbey Road Institute"
En medio de la vorágine, a Emiliano Caballero le ha dado tiempo, incluso, a dar clases en el Abbey Road Institute, un centro profesional de producción musical que forma a los mejores de este gremio y que dispone de delegaciones en las principales ciudades europeas. «Gracias a un compañero de Galaxy Studios, que participó en su fundación, he podido dar clases ahí, y es algo que me encanta».

Los Ángeles
Agotada su etapa en Nueva York, en 2018 Caballero decidió mudarse a Los Ángeles y emprender una carrera en solitario como productor musical. En tan solo doce meses, su participación en el disco de la colombiana Paula Arenas le ha reportado dos nominaciones en la próxima gala de los Grammy Latinos que se celebrará en Los Ángeles. Una por mejor disco del año y otra por mejor álbum vocal pop tradicional.

"Impostor"
"A veces pienso que algún día se darán cuenta de que soy un impostor que se ha colado aquí sin saber cómo". De impostor nada. Caballero es un genio cuya carrera no ha hecho más que comenzar.

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