Adiós a Ulises Sarry, pionero de las artes, el cine y el ultraligero

El polifacético creador lucense fue un aventurero de la vida y la creación que nunca dejó de experimentar. Falleció el mes pasado en Canarias, donde residía desde hacía una década
Ulises Sarry. PEDRO AGRELO
photo_camera Ulises Sarry. PEDRO AGRELO

El primer día que saltó desde el Padornelo Ulises López Sarry confirmó que la vida no tenía límites. Tenía tanta seguridad en sus cálculos y en sus manos que se lanzó desde los 600 metros del pico que sobrevuela Mondoñedo con un ultraligero que se había construido. Se dejó mecer por las corrientes de aire fresco tratando de localizar la casa de Álvaro Cunqueiro, en la plaza de la Catedral. El escritor había prologado en 1971 un juego de cartas de tarot dibujadas por él que llevaban textos de Paco Martín.

La vida le fijó una última frontera el pasado 11 de noviembre cuando falleció, a los 85 años, en La Victoria, una localidad de Tenerife a la que se había marchado desde Lugo hace una década. Le dieron "las llaves de un apartamento, las llaves de un coche" y no necesitó dudar. Había superado un cáncer de colon y optó por volar a inviernos menos áridos que los lucenses.

En los primeros años canarios hizo arte, decenas de grabados de paisajes de la isla con la misma calidad que los dibujos de su Lugo natal que lo habían hecho tan respetado. Después, se dedicó a "mangarla", como le confesó a su amigo el marchante lucense Lorenzo García Diego.

NADADOR. Sarry tenía renombre como nadador en el instituto. "Gañou varias competicións", apunta Paco Martín. Al acabar el bachillerato anunció a su padre -un odontólogo con consulta en Rúa da Raíña- que iba a probar París. Hay quien lo refiere trabajando como técnico en unas minas del África francófona en los años 50.

Paco Rivera: "Fue uno de los creadores lucenses más rompedores e innovadores de la segunda mitad del siglo pasado"

Tras regresar a Lugo, se casó y tuvo tres hijos. Atento a su nombre de pila, llamó Penélope a la hija que nació en 1964 y que es también ilustradora. Su gusto por la pintura hizo que llamase Gala a otra. Tuvo un tercer hijo. La relación acabaría en distancia.

Paco Rivera, colaborador de El Progreso, lo considera "uno de los creadores lucenses más rompedores e innovadores de la segunda mitad del siglo pasado".

Ese ánimo constante de experimentar y su habilidad para solucionar las complejidades de cualquier disciplina a la que se enfrentase fueron una constante.

En sociedad con Xoán Balboa montó un estudio fotográfico en la calle Doutor Castro, que, gracias a su éxito, pudieron trasladar a Santo Domingo. Extendió ese pano al cartelismo, el esmalte y el diseño gráfico. Paco Martín estima que "era capaz de debuxar calquera cousa, pero nunca se parou a desenvolver a súa arte".

Combinaba sus aficiones con su trabajo. La familia tenía un edificio de tanta altura como retraso constructivo en la calle lucense de Montero Ríos conocida todavía como Casa Sarry. En sus bajos reunió su amor por el vuelo sin motor con la inclinación bohemia y montó el club Papaventos, que también era pub Papaventos.

En Lugo dejó huellas como un mural en el antiguo hotel Miño, actual sede de la Uned, realizado con Balboa. Pero, por encima de todo, fue un estudioso de la muralla. El trabajo que queda es 'La cerca lejana. Episodios y crónicas de la muralla' -un conjunto de 35 láminas publicadas en 1995 con la ayuda de El Progreso-. Tres años más tarde volvió sobre el asunto en 'El informe Aió'. El recinto militar romano fue la única marca que nunca se permitió saltar.

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