El plan único suscitó este martes, por primera vez, un respaldo unánime del pleno provincial. Tanto PP como BNG -que se abstuvieron el pasado año en el estreno del programa- apoyaron en esta ocasión la propuesta del gobierno de la Diputación, del PSOE, por la que se repartirán entre los 67 concellos lucenses 21 millones de euros, uno más que en 2017. El presidente provincial, Darío Campos, reivindicó tras ese acuerdo la "política con maiúsculas" del ejecutivo que lidera para atender las demandas "de todos os veciños", y la portavoz del PP, Elena Candia, aseguró que este plan "vén para quedarse". Pese al consenso, socialistas y populares intercambiaron acusaciones de sectarismo.
En el debate, el diputado de cooperación con los concellos, Argelio Fernández Queipo, defendió los criterios "obxectivos" del programa y los contrapuso con los de la Xunta, a la que acusó de repartir de junio a noviembre de 2017 17 millones de euros entre 21 concellos, "e 19 deles eran do PP".
Elena Candia defendió que desde 2010 la Xunta tiene en marcha el Fondo de Cooperación Local y que es una de las tres únicas comunidades con esa herramienta de apoyo a los concellos. Sobre el plan único, dijo que el PP se siente partícipe "desta nova forma de goberno", que achacó a que hay "un executivo en minoría que tivo que escoitar, ter en conta os 67 concellos e abandonar o sectarismo" de otros mandatos. Sobre las bases, valoró que contemple más inversión en turismo y cultura y fondos para la administración electrónica, tras lo que se preguntó por los "25 millóns do Innova-TE".
El portavoz del BNG, Xosé Ferreiro, justificó el apoyo de su partido al atenderse sus demandas de eliminar el tope de gasto para cultura, deporte y turismo, y permitir a los concellos explorar "outros mecanismos máis axeitados" en materia de empleo. Dijo aspirar a que el próximo año se compense a municipios "discriminados pola Xunta" y a que la propuesta de cada ayuntamiento se valide en los plenos locales. También afeó al PP que no impulse un plan único en la Diputación de Ourense.
Cerró el debate Darío Campos, quien tras destacar esta "política con maiúsculas", instó a Gobierno central y Xunta a "tomar exemplo" en vez de "abandonar" a la provincia. Así, reclamó un servicio de Hemodinámica las 24 horas y "as infraestruturas prometidas", y denunció que el único plan autonómico con un reparto "obxectivo", el Peim, "recortárono en máis de seis millóns en Lugo".
MÁS CONSENSO. Otro asunto que suscitó consenso fue el refuerzo de la teleasistencia, a propuesta del PP. La popular Mari Teijeiro, instó a llevar esa atención más allá del ámbito domiciliario, con dispositivos móviles y de localización de GPS, y resaltó que fue con Candia de presidenta cuando la Diputación asumió el coste del servicio.
El BNG mostró su respaldo, aunque el nacionalista Antonio Veiga recordó que el Gobierno de Mariano Rajoy "desentendeuse" en su día del programa, que cofinanciaba. El PSOE también votó a favor después de que el PP aceptase vincular esos cambios a su viabilidad. En ese sentido, el socialista Álvaro Santos dijo que el contrato con la concesionaria del servicio vence en julio de 2019, y no está obligada a esas prestaciones. Defendió que es su partido el que ha mejorado la teleasistencia, hasta llevarla a 500 usuarios más.
El deterioro de los viales de A Mariña titularidad de Fomento también suscitó consenso. Llevó a pleno ese asunto el BNG, que urgió a mejorar el firme en la N-642, desbloquear las obras de la autovía Barreiros-San Cibrao y mejorar la N-634 de San Vicente al enlace con la A-8 en el alto de A Xesta, además de atajar los problemas de niebla en la A-8. Pese a su apoyo, el PP defendió que hay ya obras en marcha o previstas, y el PSOE lo dudó y alertó de que "A Mariña pode quedar no vagón de cola" si no se actúa, según Santos.
