Los peregrinos de la Vía Künig ya disponen de su propia credencial

El documento se puede sellar en varios negocios por los que transcurre la ruta y habrá un sorteo entre quienes completen el recorrido
La nueva credencial ya se puede sellar en negocios de la ruta. EP
photo_camera La nueva credencial ya se puede sellar en negocios de la ruta. EP

Los peregrinos que transitan por la Vía Künig ya disponen de una credencial propia que certifica su paso por esta variante del Camino de Santiago, que aspira a hacerse oficial. A espera de que se reconozca esa oficialidad, la credencial no tendrá validez para la obtención de la Compostela, pero sí tendrá un gran valor sentimental para todas aquellas personas que se hayan decidido por este trayecto, que une el Camino Francés, desde la localidad leonesa de Valcarce, con el Primitivo, en Lugo.

Los peregrinos ya pueden sellar su credencial en multitud de negocios por los que transcurre la ruta. "Cada local dispone de su propio sello y si los peregrinos reúnen los de Valcarce, Pedrafita, As Nogais, Becerreá, O Corgo y Lugo podrán optar a un sorteo sorpresa", explica el primer teniente de alcalde de Becerreá, Claudio Vázquez.

Con esta iniciativa se pretende "ejercer más presión" sobre las instituciones autonómicas para conseguir el reconocimiento oficial de la Vía Künig, como variante del Camino de Santiago.

La señalización del recorrido se llevó a cabo hace siete meses, pero el Covid-19 retrasó la oficialización de la vía. "El coronavirus está afectando muchísimo a todo pero este año ya hemos comenzando a recibir los primeros peregrinos y quienes completaron el recorrido se mostraron encantados", destaca Vázquez.

Para poder participar en este sorteo, los participantes solo tendrán que enviar una foto de su credencial firmada a la página web de la Vía Künig (www.kunig.es). El sorteo entre todas las credenciales recibidas se realizará a finales de año, según asegura Vázquez.

La Vía Künig es una variante medieval del Camino, documentada en una guía para peregrinos escrita por el monje alemán Hermann Künig en el siglo XV.

Comentarios