Aún más emprendedores

La declaración de estado de alarma los pilló a punto de abrir sus nuevos negocios. Ahora siguen adelante, doblegando el temor con ilusión

Noelia Ron, en la cocina de Biobocado. XESÚS PONTE
photo_camera Noelia Ron, en la cocina de Biobocado. XESÚS PONTE

En muchos países, los emprendedores son considerados como activos nacionales que hay que mimar y proteger. Apuntan los economistas que son figuras con la capacidad de cambiar la forma en la que se vive y se trabaja. Generan riqueza, crean puestos de trabajo y su papel es imprescindible en la prosperidad del entorno. En tiempos de coronavirus, los emprendedores valen su peso en oro, son el salvavidas de las economías locales y ponen en marcha el movimiento monetario circular. En la provincia de Lugo no faltan valientes dispuestos a asumir ese reto, pequeños negocios innovadores que nacen o se expanden en situaciones tan difíciles como la actual.

El estado de alarma golpeó muy duro al sector de la hostelería, pero incluso ahí hay emprendedores con nuevas propuestas. Es el caso de Martín Mantilla, uno de los cocineros de referencia de la Ribeira Sacra, que tenía previsto abrir la pasada Semana Santa el restaurante Berso en la Rúa Progreso de Sober.

Su establecimiento tiene un aforo interior de 40 personas y dos terrazas, que en total suman más de 300 metros cuadrados y que permitirían duplicar las 40 plazas interiores. El local estaba casi listo, ya que solo faltaba meter la maquinaria cuando comenzó la pandemia y la hostelería cerró. "De primeiras claro que foi un mazazo, durante o último ano estiven volcado neste novo proxecto e ves que todo salta polo aires", reflexiona Mantilla. Pero tras el trago inicial el cocinero se replanteó la situación, calculó necesidades y siguió adelante. "Atrasei a compra da maquinaria e non comecei a selección de persoal ata que vimos como ía a cousa", añade. Ahora la intención es abrir en verano, en el momento en el que se permita un aforo amplio en los locales. "Abrir antes non tería sentido porque as perdas serían maiores ca estando pechado", dice.

Mantilla es consciente de que la restauración se resentirá mucho en esta crisis. "Somos ocio e calquera pode prescindir de comer nun restaurante", insiste. Así que prefiere no dar un día exacto de apertura. Lo que tiene claro es que cuando abra lo hará con todas las medidas de seguridad e higiene que sean necesarias. "Creo que os hostaleiros temos que traballar moito o tema da confianza do cliente. Que a xente se sinta segura de acudir aos nosos establecementos ademais de darlle unha boa oferta gastronómica. Só así sairemos adiante", sentencia. También confía en el cliente de cercanía y en que el turismo de proximidad tome impulso.

Diego y María Dolores Souto, de Pet&Us. VICTORIA RODRÍGUEZ

NUEVO ENFOQUE. El estado de alarma también pilló de lleno a Diego y María Dolores Souto. Esta pareja tenía una pequeña peluquería canina en Lugo, pero hace más de un año encontraron un bajo que les gustaba en el número 123 de la Rúa San Roque. Lo compraron y se plantearon crear un centro mucho más amplio. Diseñaron un espacio para peluquería y aseo canino y felino, servicio de alimentación, dietas, complementos y farmacia e incluso reservaron una parte en la que formar a nuevos peluqueros caninos.

En el último año afrontaron obras, inversiones, cambios de planes y todo lo que conlleva poner en marcha algo de tal envergadura. Pero llegó la pandemia. "Foi un parón e case un shock despois de tanto traballo, pero tampouco había volta atrás", explica Diego Souto. "Tivemos problemas para que chegase moita mercancía que viña de Italia pero logramos abrir", dice. Los primeros días han sido muy buenos. Los clientes estaban deseando como agua de mayo que abriesen las peluquerías para hacer una puesta a punto de sus mascotas. "Estamos tomando todas as precaucións para a seguridade nosa e dos animais e para dar o servizo ao cliente que precisa", apunta.

Diego sabe que el elevado ritmo de trabajo actual es derivado del confinamiento, pero espera que aunque baje después de este primer momento, las cosas marchen bien y los nuevos servicios que se ofrecen tengan éxito. "Para nós non é tan duro coma para quen comeza de cero, porque xa tiñamos unha clientela do vello local, pero o que comece de cero é un valente", reconoce.

Yolanda Varela, de Cafés de Sofá, que abrió en Monforte. L.A.R.

HORA DEL CAFÉ. El pasado 23 de marzo estaba previsto que abriese sus puertas en Monforte Cafés de Sofá, una pequeña tienda ubicada en la Rúa Doutor Teijeiro y en la que se ofrecen todo tipo de cafés, infusiones a granel y otros productos como chocolates. Al frente del proyecto está Yolanda Varela López, que con su iniciativa quería recuperar para la ciudad un servicio que los vecinos habían perdido cuando Cafés Conti, empresa monfortina, cambió de manos y los nuevos propietarios cerraron el pasado mes de enero la tienda de venta directa que había en la Rúa Roberto Baamonde.

Yolanda Varela sabía que los monfortinos echaban de menos los cafés de Conti y que tampoco había ningún otro establecimiento que ofreciese en la ciudad un servicio similar, así que después encarrilada una nueva tienda y un contrato firmado para vender de nuevo el café de Conti.

Cuando se dictó el estado de alarma la tienda estaba montada, así que abandonar su idea de negocio ya no era una opción. Lo que tuvo que hacer fue retrasar hasta el 5 de mayo la apertura. "En realidad pertenezco al sector de la alimentación y podría abrir el día 23, pero el cierre de actividades provocó que no me llegase todo el mobiliario a tiempo y que no pudiese terminar algunos detalles de la obra". Ahora Cafés de Sofá ya está en marcha y Yolanda Varela está contenta con la acogida. "Había mucha clientela de Conti que está volviendo y también veo caras nuevas. Quizá no sea el mejor momento, pero yo estoy contenta", comenta. Yolanda sabe que la economía de las familias puede sufrir y que el nivel de consumo en todos los sectores seguramente baje, pero también es positiva y cree que esta pandemia ha puesto en valor la clave local. Cree que la gente se fijará más en las tiendas de barrio, en los negocios cercanos y huirá de las grandes superficies. Ahí ella está bien posicionada. Tienda pequeña, producto de calidad y atención cercana. Sabe que alguno de sus servicios, como el de preparar detalles para eventos, estarán más parados este año, pero espera que todo se vaya encarrilando poco a poco.

CLAVE BIO. La previsión inicial de Noelia Ron [imagen de portada] era abrir en marzo su nuevo negocio de comida sana para llevar en la capital lucense, pero el coronavirus lo retrasó todo. El establecimiento se denomina Biobocado y su objetivo es proveer a los domicilios de comida saludable, ecológica y de proximidad. Se podrán hacer pedidos por teléfono e internet y habrá reparto a domicilio, además de la posibilidad de recoger la comida en el propio local, en el número 76 de la Ronda da Muralla, muy próximo a la Porta Falsa. En esas instalaciones se darán también clases y talleres de cocina y otras cuestiones relacionadas con la vida sana.

Noelia Ron ya tiene experiencia en esto de emprender. Está detrás de Bocado de Vida, un proyecto con el que organiza talleres y da asesoramiento y divulgación sobre alimentación saludable tanto a nivel particular como a colectivos, centros escolares o asociaciones. Biobocado es un paso más en ese proyecto más amplio. "Llevaba tiempo pensando en preparar un ‘take away’ de comida ecológica, pero estaba buscando un local que me convenciese. Lo encontré y ahora hay que afrontar un contexto con el que no contábamos", dice. "Hay cosas que me generan preocupación, como el hecho de que la crisis deje a los lucenses con menos dinero en el bolsillo, pero también creo que esta experiencia puede cambiar la mentalidad de la gente y que aumente la preocupación por la comida y los hábitos saludables", añade. "El coronavirus nos demuestra una vez más que es importante cuidarse y estar fuertes, quizá eso se incorpore al día a día de los lucenses", explica.

Si todo sale bien, la próxima semana Noelia Ron abrirá Biobocado, una apuesta por la comida sana y equilibrada a precios asequibles, los alimentos de proximidad y el respeto al medio ambiente.

EN EXPANSIÓN. Lucía Sánchez del Valle y Toni Gómez son los responsables de Don Pilates, un centro que funciona en Lugo desde 2009. Ambos tienen una amplia trayectoria en el sector, pero la pandemia les pilló ultimando el proyecto más importante de su recorrido: la apertura de unas nuevas instalaciones más amplias y modernas.

Lucía Sánchez del Valle y Toni Gómez, de Don Pilates. XESÚS PONTEEs una iniciativa en la que han puesto mucha ilusión y recursos económicos y que sigue en marcha pese a la incertidumbre que hay en cuanto a las instalaciones de carácter deportivo. "El traslado era algo en lo que llevábamos tiempo pensando. Buscamos el local perfecto pensando en los servicios que queremos ofrecer y en nuestro público, entre el que hay gente mayor o con problemas de movilidad. Y cuando encontramos el sitio ideal y nos metimos con las obras, llegó el confinamiento", explica Lucía. Eso implicó nuevos retrasos y cambios de planes, pero la pareja no se planteó ni por un solo momento abandonar el proyecto. "Tenemos nuestra clientela y el local nuevo era una necesidad. Da respeto, pero tenemos ganas e ilusión", dice.

Durante el confinamiento apostaron por las clases online, que funcionaron mucho mejor de lo esperado. Ya recuperaron clases presenciales con todas las medidas de seguridad en el local de siempre y a finales de mayo quieren hacer el traslado a sus nuevas instalaciones en la Rúa Bidueiro.

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