Los forenses creen "sin duda" que el anciano de Esporiz murió por una agresión

"La víctima tenía seis traumatismos solo en la cabeza y una fractura de columna que lo hubiera dejado parapléjico", explicaron

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photo_camera Pedro López, a la salida de la Audiencia Provincial. VICTORIA RODRÍGUEZ

Los forenses que prestaron declaración este jueves en el juicio contra Pedro López Louzao —acusado de acabar con la vida de su padre en la parroquia monterrosina de Esporiz— concluyen que la causa de la muerte del anciano fue un traumatismo craneoencefálico provocado por una agresión física. "Fue una muerte de etiología homicida, sin ninguna duda razonable", señalaron.

Los forenses explicaron que la víctima presentaba seis traumatismos solamente en la cabeza, uno de ellos de tal gravedad que le provocó una lesión mortal. Además, el fallecido tenía contusiones importantes en la cadera y una fractura en la columna vertebral, "que lo hubiera dejado parapléjico, al menos de forma temporal".

Los profesionales médicos consideran que la gravedad y la cantidad de lesiones que presentaba el cuerpo del anciano denotan que sufrió "una agresión física" y consideran "poco razonable" que fueran provocadas por una sucesión de caídas accidentales.

El fiscal: "Posiblemente se quisieran muchísimo, pero padre e hijo tenían una relación difícil y Pedro estaba muy resentido

Aun así, los forenses reconocieron que, de forma aislada, las lesiones de la víctima sí que podrían ser compatibles con caídas fortuitas, una afirmación que, en opinión de la defensa, avala la versión del acusado. "Está claro que si el anciano se cayera y sufriera una lesión grave, ya no se levantaría para volver a caerse, pero el acusado explicó desde el principio que, el día de los hechos, su padre se cayó en la cocina y en baño. Y cuando lo encontró tirado en el suelo del dormitorio, intentó levantarlo, pero no lo consiguió porque se le cayó varias veces".

El letrado defensor insiste además en que Pedro López mantuvo esa versión desde el primer momento. "Cuando llegaron los técnicos del 061 les contó que su padre se había caído, que lo intentó reanimar, pero no pudo, y que le dio una patada. Luego se puso nervioso y dijo: ‘No sé si lo maté yo, pero fue sin querer’. Y eso fue lo que mantuvo siempre", dijo.

Sobre la versión de dos agentes de la Guardia Civil a los que supuestamente el acusado les confesó que le había propinado varios golpes a su padre en la cabeza, el letrado mantiene que no se ajusta a la realidad. "Pido que se declare lícita una parte de la prueba porque la actuación de los agentes fue una chapuza. Dicen que les confesó el crimen, pero hablaron con el acusado sin haberle leído sus derechos y cada agente cuenta que le dijo una cosa diferente, cuando lo único que les reconoció es que le había dado una patada a su progenitor y no sabía si lo había matado. Vulneraron los derechos de Pedro López y construyeron un relato a su medida en su afán por decir que habían resuelto rápidamente el crimen".

Además de las causas del óbito, los forenses explicaron también que el acusado se encontraba bajo los efectos del alcohol. "No tenía una afectación importante, pero suficiente como para tener un bajo nivel de control de impulsos", apuntaron. Además, la psicológa forense definió al acusado como un hombre "con un nivel intelectual normal, pero con dificultad para afrontar sus problemas y escasa tolerancia a la frustración".

Tras la declaración de los forenses y las conclusiones de las partes, el acusado aprovechó su derecho a la última palabra para volver a negar los hechos y repetir entre lágrimas que quería "muchísimo" a su progenitor. "Yo quería mucho a mi padre y siempre miré por él. Sentí mucho la muerte de mi padre y, si le di una patada, fue sin mala intención. Yo nunca quise matar a mi padre y siempre lo cuidé", concluyó.  

El fiscal bajó la petición de 20 a 17 años por embriaguez
Tras escuchar a los testigos y a los forenses, la acusación pública modificó este miércoles su escrito de conclusiones y le reconoció al acusado la atenuante de embriaguez, por lo que rebajó su petición de condena de 20 a 17 años de cárcel, como autor de un delito de homicidio.

Sin alejamiento del niño
El fiscal pedía inicialmente que el acusado no se pudiera acercar a su hijo en 21 años, pero retiró esta petición al entender que "no hay motivos" para que el hombre no pueda tener relación con el menor.