"Es preocupante la prevalencia de patologías psiquiátricas en cuidadores informales"

Óscar Xoel Fernández de la Vega, médico especialista psiquiatra, ha defendido recientemente su tesis en la USC en la que revela que dichas dolencias afectan al 35% de los trabajadores de ese gremio en Galicia ► La mayoría son mujeres 
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photo_camera Óscar Xoel Fernández de la Vega. VICTORIA RODRÍGUEZ

¿Cuál ha sido el objetivo de esta tesis?

La realización de un estudio epidemiológico de probable patología psiquiátrica en una muestra representativa de 504 cuidadores informales gallegos, y su extrapolación a toda la población gallega.

¿Cómo se seleccionó a esos 504 cuidadores?

El muestreo se realizó de manera aleatoria, seleccionándose al azar ese número de un registro de 18.410 inscritos en la Unidad de Coordinacion Técnica de Dependencia del Ministerio de Trabajo y Bienestar de la Comunidad Autónoma de Galicia.

¿Cuál ha sido la conclusión fundamental de esta tesis?

Que la prevalencia de probable patología psiquiátrica en cuidadores informales fue muy elevada. En nuestra muestra se alcanzó el 35,1%. Entre el 30,9 y el 39,3% de cuidadores informales en Galicia presentaron patología psiquiátrica. Los datos se obtuvieron mediante la aplicación de instrumento de cribado, GHQ-28. Se trata, en todo caso, de patologías no psicóticas.

¿Ha sido sorprendente este resultado?

Sí, es un porcentaje muy alto. Fue impactante y es preocupante debido no solo a las repercusiones que tiene esto sobre el bienestar del cuidador, sino porque puede acabar afectando a la calidad de los cuidados.

¿Cuáles serían esas patologías psiquiátricas más comunes?

El instrumento GHQ tiene cuatro dominios, la sintomatología ansiosa, los síntomas somáticos, la depresión y la disfunción social. El porcentaje mayoritario que ha distinguido este sistema de cribado fue la sintomatología ansiosa.

La investigación establece también que factores determinan la mayor probabilidad de patología psiquiática. ¿Cuáles serían?

El estrato social, la duración del cuidado en años, la presencia de sobrecarga percibida y el riesgo depresivo fueron los modelos estadísticos multivariantes que se aplicaron en la investigación. De todos estos, el que tuvo el mayor peso individual fue el riesgo depresivo. La probabilidad de patología psiquiátrica se incrementó hasta siete veces en aquellos cuidadores con riesgo depresivo. La situación de desempleo también se asoció de manera significativa a la presencia de patología psiquiátrica.

¿Cuántas de estos cuidadores son mujeres?

La inmensa mayoría, un 88,9 por ciento, que resultaron seleccionadas de forma aleatoria.

¿Cuál es el perfil de esas cuidadoras con más probabilidad de presentar patología psiquiátrica?

El perfil es el de una mujer de mediana edad, casada o viviendo en pareja, de estrato social medio o en desventaja, con estudios primarios, que reside indistintamente en un entorno rural o urbano, con ingresos mensuales de 1.000 o 2.000 euros —de alguna renta, del paro o de otros tipos de ayudas familiares—, que compagina el trabajo en el hogar con el cuidado de los padres, fundamentalmente de la madre, desde hace once años como media, y a lo que suelen dedicar 16 horas diarias. La investigación ha revelado que en el 71,2% de los casos el grado de dependencia es total.

¿Este perfil es semejante en otros lugares del Estado?

Nos llamó la atención que en Galicia no está tan marcado el estrato social en desventaja; en otros puntos de España está más acentuada la desventaja socioeconómica de quien asume los cuidados.

¿Qué deberíamos asumir como sociedad a raíz de los resultados de su investigación?

Los estados democráticos avanzados tienen la responsabilidad de garantizar la calidad y continuidad de los cuidados de personas dependientes, no solo a través de prestaciones económicas sino a través de la aprobación de leyes que promuevan el desarrollo de estudios y programas preventivos para este colectivo vulnerable, así como una mejora en la accesibilidad a los recursos sociosanitarios. Como psiquiatra, aunque trabajo en el ámbito hospitalario, puedo aportar que en el ámbito comunitario —en las redes y centros de salud mental— se les brinde a los cuidadores una mayor salud con el desarrollo de programas específicos de intervención para reducir el malestar de esta población vulnerable. Sería interesante compaginar las habituales consultas presenciales con un programa de seguimiento telefónico. Todo ello en consonancia con la estrategia Sergas 2020, que contempla como uno de sus objetivos fundamentales la atención integral adaptada a cuidadores, que tuvieron cobertura legal tras la aprobación de la llamada Ley de Dependencia.

Sin embargo, miles de dependientes todavía no han recibido las ayudas a las que tienen derecho. Los recursos son fundamentales.

Sí, y asentarse sobre la investigación, para que no sea un político el que determine lo que conviene o no hacer. Tienen que ser los expertos.

"Son escasos los estudios de intervención y preventivos dedicados a reducir la sobrecarga"

Esa obligación del Estado de velar por el cuidado de los mayores ha quedado en entredicho, después de la mortalidad y el aislamiento en las residencias.

Sí, a la vista de las fatales consecuencias de la pandemia en nuestros mayores, hoy más que nunca hay que poner en relieve el valor del cuidado informal no profesional y fundamentalmente familiar, y la sanidad universal.

¿Existe alguna iniciativa para aliviar la carga de las cuidadoras?

Hoy por hoy son escasos los estudios de intervención y preventivos destinados a la reducción de la sobrecarga. No es una limitación con la que cuente Galicia o España, sino a nivel mundial, comprobado a través de una extensa revisión bibliográfica actualizada.

¿Cómo se debe valorar ese cuidado no formal?

Cualquier esfuerzo que ayude a evidenciar la problemática del cuidado informal es positivo, justificable y en consonancia con una protección social sostenible. ¿Cómo lo hacemos? Es algo que todavía no está protocolizado, depende de la voluntad política.

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