Acruga renueva un convenio con la Diputación de Lugo para la recría de rubia gallega

La entidad provincial destinará 172.000 euros anuales durante los próximos cuatro ejercicios para comprar novillas a los ganaderos, que se llevarán a subasta tras pasar por la granja Gayoso
Un momento de la pasada puja en Cervantes, en el marco de la Feira en defensa do gandeiro da Montaña. EP
photo_camera Un momento de la pasada puja en Cervantes, en el marco de la Feira en defensa do gandeiro da Montaña. EP

La Asociación de Criadores de Raza Rubia Gallega (Acruga) celebró este jueves un logro para impulsar la raza, tras fraguarse la renovación del convenio que mantiene con la Diputación de Lugo para la recría de animales puros en la granja Gayoso Castro

La institución provincial destinará 172.000 euros al año durante cuatro ejercicios —las anualidades de este 2023, y de 2024, 2025 y 2026— con el objetivo de seguir apoyando la raza autóctona. Este convenio también supone una importante ayuda para los ganaderos de raza rubia, a los que la asociación compra las novillas de pocos meses destinadas al centro de recría de la Diputación para, una vez preñadas, ofrecerlas en subastas a los ganaderos que se incorporan a la raza o a los que precisan de más animales de calidad para su explotación. Acruga destaca que, en los últimos cuatro años, se adquirieron de esta forma un total de 360 animales de alto valor genético a la asociación.

La renovación supone seguir un camino que comenzó en 2007 con la firma del primer convenio, cuando el centro de recría de Castro Riberas de Lea comenzaba su funcionamiento con un rebaño pequeño. Desde entonces, con altibajos debidos sobre todo a inmobilizaciones del ganado por pruebas de saneamiento, la actividad en la granja y la venta de animales en subastas han sido constantes, y superiores a las ventas y la evolución de los precios de otras razas de carne a nivel estatal.

La asociación busca renovar otro acuerdo de 1,4 millones para potenciar reproductoras inscritas en el libro genealógico

La colaboración entre Diputación y Acruga para formar ese denominado rebaño de élite comenzó con la celebración de cinco o seis pujas al año, mientras que en los últimos años fueron muchos los ayuntamientos de la provincia lucense y también alguno del resto de Galicia los que solicitaron este tipo de subastas con las que dar respuesta a la fuerte demanda.

Durante estos años, además de aumentar el número de subastas anuales, también se incrementaron los precios medios de los ejemplares. Al comenzo de la andadura de Acruga, el precio medio de una novilla preñada era de 1.470 euros, una cantidad que fue subiendo al igual que los precios de salida, y llevó a cerrar el 2022 con un precio medio de 2.380 euros.

En lo que va de año, pese a las inmobilizaciones de ganado y la supresión de subastas por la lengua azul, se celebraron siete pujas de novillas preñadas, en las que vendieron todos los ejemplares presentados, 37 animales, logrando un precio medio de 2.519 euros. Esto demuestra, a juicio de Acruga, que la rubia gallega no solo rompe con la tendencia a la baja de otras razas de carne, sino que logra incrementar ambos indicadores en un año especialmente malo por la coyuntura económica y el incremento de los costes de producción.

La asociación busca renovar otro acuerdo de 1,4 millones para potenciar reproductoras inscritas en el libro genealógico

Precisamente, para paliar la difícil situación a la que se enfrentan los ganaderos de carne, desde Acruga se está trabajando en la renovación de otro de los convenios con la Diputación, destinado a la promoción y potenciación de reproductoras inscritas en el registro definitivo del libro genealógico, con ayudas directas por las novillas de primer parto que se incorporan a este registro. Un convenio que establece 1,4 millones de euros para este fin durante cuatro años.

Desde Acruga señalan que la mejora de la raza es uno de los grandes objetivos del colectivo. La directiva destaca como igual de importante trabajar en el genotipado y realizar controles de filiación de todos los animales que pasan al registro definitivo, como mantener ese trabajo conjunto en el centro de recría para adquirir de los ganaderos los mejores ejemplares que pasen a formar el rebaño de élite.

Este laborioso proceso comienza con la comprobación de los técnicos de la carta genealógica de los animales inscritos en el registro de nacimientos, con padres y abuelos también inscritos. Después, los veterinarios de Acruga acuden a las explotaciones para para revisar in situ los ejemplares y extraer muestras. Una vez que entran en la granja, las novillas reciben una alimentación de calidad, visitas periódicas y controles para comprobar su estado y preñez, hasta que se realiza la selección de las mejores.

De esta forma se evita el sacrificio de animales de alto valor genético, al tiempo que se contribuye a la expansión, promoción y mejora de la raza, garantizando además la pureza de la rubia gallega.  

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