Las obras de conservación que se están llevando a cabo en dos viaductos de la A-6, justo en la frontera entre las provincias de León y Lugo y que han obligado a cortar al tráfico la calzada sentido Madrid, no están causando más incidencias que una sensible pérdida de tiempo que afecta a los vehículos que circulan por la zona.
Hasta la próxima primavera los conductores que utilicen este tramo, comprendido entre los kilómetros 422,4 y 428,8, deberán compartir la calzada hacia A Coruña que, de este modo, pasa a ser bidireccional. Los vehículos que viajan hacia Madrid lo hacen ya por un único carril en bajada, mientras que los que van hacia A Coruña, en una zona de considerable pendiente, cuentan con dos carriles, lo que agiliza la circulación.
A las pocas horas de iniciarse estas restricciones al tráfico, este medio ha podido comprobar in situ como la incidencia de la obra en el tráfico es hasta el momento mínima. Aunque el aumento de la densidad del tráfico y la reducción de la velocidad de los vehículos que circulan por la zona es patente, en ningún momento del día se registraron retenciones y los conductores anteponen la necesidad de estas obras a los propios contratiempos que estas les puedan causar.
Arnaldo Lombardía, uno de los conductores que este martes circuló por este tramo en obras no observó que este hecho le causara una gran pérdida de tiempo. "Unos minutos es lógico que se pierdan, pero es un pequeño inconveniente y este tipo de obras siempre son necesarias", afirmó.
El vicepresidente de la asociación de Transporte Discrecional de Mercancías (Tradime) de Lugo, José Fernández, tampoco considera que estos trabajos vayan a tener grandes incidencias en el sector y su queja está enfocada precisamente a todo lo contrario: "Se ha dejado de invertir en el mantenimiento de las autovías y hoy están en un estado lamentable".
Defiende, en este sentido, la necesidad de extender este tipo de actuaciones "a la práctica totalidad del trazado de la A-6 a su paso por la provincia de Lugo, ya que hay zonas, como en Becerreá o Outeiro de Rei, donde el firme está roto y muy bacheado y otros tramos en los que la pintura de la calzada es prácticamente inexistente. Urge mejorarla", concluye.
