"Está a ser unha inxección de moral para queixeiros e panadeiros despois de dous anos de pandemia". Estas palabras del alcalde de Friol, José Ángel Santos, definen el histórico abarrote vivido este domingo en la Feira do Queixo de Friol e do Pan de Ousá. Esta afirmación va en consonancia con el positivo balance que hacían los productores. "É unha das mellores edicións por asistencia e por vendas", aseguró Paz Pena Corral, de Queixos Pacita, que acude a esta cita desde sus comienzos hace ahora 28 años.
Las existencias estaban prácticamente agotadas en casi todos los puestos hacia la una y medida de la tarde, dos horas y media después de la apertura del recinto, "Á media hora xa quedamos sin empanadas e foinos moi ben, case non nos queda nada", comentó Laura Prieto, de la panadería José y Esther.
A lo largo de la jornada, las 459 queserías y cinco panaderías participantes en la convocatoria pudieron despachar unos 14.000 quesos y más de 4.000 panes, lo que evidencia la fidelidad del público deseoso de adquirir estos productos artesanos, con la garantía de calidad que imprime la sabiduría de un oficio transmitido de padres a hijos.
Las caravanas de coches para entrar a la localidad ya auguraban el lleno en el recinto ferial, ubicado en la Praza Andrón Cebreiro, y en los puestos de productos artesanales y textiles situados en las inmediaciones.
"A xente tiña gañas de vir a unha festa gastronómica e o tempo tamén axudou. Foi unha feira moi boa", recalcó Óscar Santos Buján, que vendía queso fresco de la quesería de Estrella Buján Roca. "Non se contaba con tanta xente. Esta a ser un día xenial. O pan sen sal agotouse desde o principio e do resto queda pouco, logro se esgotará", subrayó Tania Pazos, que pertenece a la tercera generación familiar al frente de Panadería Concha.
