Lorenzo García Vidal

García Vidal, un gobernador con leyenda en piedra

Una lápida en la iglesia de Santiago de Loureiro cuenta su temprana y trágica historia de amor con una joven de Cotobade

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El Progreso 19/02/20

EN EL EXTERIOR de la iglesia de Santiago de Loureiro, al sur de Cotobade, existe una lápida fechada el año 1857, que reza así: “De la prenda más querida yacen aquí los despojos y no se contienen los ojos de llorar a Florentina García, joven desconsolada que a los 23 años de edad pasó a la eternidad. El día primero de vida fue el postrero de esta joya malograda”.

La historia que se cuenta de la desconsolada Florentina es la de unos amores de juventud y un embarazo del que sus padres se avergüenzan. Añádase separación de los jóvenes amantes, parto y temprana muerte.

Los habitantes de la parroquia de Loureiro aprenden de memoria los versos de Florentina y mantienen la historia con mayor o menor detalle, pero a su lado discurre en silencio la identidad del protagonista. Las gentes de Loureiro y Cotobade saben quién es el joven enamorado de Florentina y las dificultades familiares con las que tropieza su amor, de forma determinante desde que se pone de manifiesto el embarazo de la muchacha.

Hoy no estamos en condiciones de asegurar si la oposición al idilio surge de su propia familia, como se dice; de la del novio, como parece, o de ambas.

Hora es de decir que el chico de la historia es Lorenzo García Vidal (Cotobade, 1847), al que seguiremos en su dilatada biografía que lo hace lucense de adopción tiempo después.

Una mujer llamada Sira conduce al fotógrafo Xoán Arco da Vella a través de Loureiro hasta el lugar de A Cancheta, donde existen las ruinas de una casa dominadas hoy por el musgo, la yedra y las silveiras.

El motivo es descubrir la cárcel de Florentina, el refugio donde fue recluida los últimos meses de su vida y donde muere consumida de tristeza y de amor por Lorenzo.

El recuerdo que queda de ambos es el mismo argumento que se repite en las leyendas de los amores desgraciados. Dos niños de diferentes clases sociales pasan de la amistad al amor en cuanto tienen edad para ello. Las familias se oponen. Ella queda embarazada y los separan a la fuerza.

Finalmente la muchacha muere poco después, pero a alguien se le ocurre encargar una lápida de piedra donde recordar la historia para siempre, aunque con algún baile de fechas al que no encontramos explicación.

Lorenzo es hijo de Carlos García Vidal y Josefa Vidal Justo. Hace los primeros estudios en Loureiro y es entonces cuando inicia su secreta relación con la joven, antes de mudarse a Pontevedra, en cuyo instituto completa el bachillerato con una nota de sobresaliente el año 1866.

Sigue la carrera de Leyes en Santiago y se licencia solo cuatro años más tarde para regresar a Loureiro y ejercer allí la abogacía en paralelo a su incipiente actividad política, que arranca en 1872, cuando ocupa la alcaldía de Cotobade. También es escribano de Ponte Caldelas, diputado provincial y abogado de beneficencia.

Su vida política está ligada a la suerte de Raimundo Fernández Villaverde, desde que éste logra el acta de diputado por Caldas de Reis y Ponte Caldelas, cuando Lorenzo es alcalde de Cotobade.

A través de Fernández Villaverde y de Augusto González Besada ocupa el Gobierno Civil de Lugo (1899) y seguidamente, el de Ourense (1902). Nada más llegar a Lugo debe lidiar en el conflicto sobre las actas electorales de A Fonsagrada en contra de los intereses de Quiroga Ballesteros y aquel episodio marcará toda su trayectoria política, pues cuando sus enemigos quieran mortificarlo, bastará que repitan la salmodia: “ya está García Vidal haciendo de las suyas, como con las actas de A Fonsagrada”.
 

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