José López González

López González, el armador del Cruz del Mar antes de la tragedia

Conocido como Pepe do Lugar, protagoniza la vida municipal de Cervo en la segunda mitad del siglo XX

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El Progreso 14/10/2021

SU BIOGRAFÍA CONDENSA la historia de Cervo en la segunda mitad del siglo XX, no solo por sus treinta años como concejal y teniente de alcalde, sino también a través de sus otros cargos, como juez de paz, patrón mayor de la Cofradía de Pescadores y diputado, así como por sus actividades, como armador y empresario.

José López González (Cervo, 1930), conocido como Pepe do Lugar, trasciende más allá de sus cargos por ser un profundo conocedor de la intrahistoria de aquel importante puerto que fue de San Ciprián, así como de sus leyendas que hoy se festejan en A Maruxaina.

Era hijo de José María López Basanta y de Eugenia González Gómez. El padre fallece en 1936 y es prohijado por su tía Encarnación Gómez Ponte, propietaria desde 1902 de la señorial casa familiar en la plaza que los rebautiza como do Lugar.

Aprende las primeras letras de la mano de Francisco Rivera, pero a los diez años estudia en el Instituto de Lugo para ser luego profesor mercantil por la Escuela coruñesa de Altos Estudios Mercantiles.

Hace las milicias en Monte la Reina y es destinado como alférez de complemento a Ferrol, donde conoce a María Jesús Suso Díaz, con quien se casa dos años después. Ella es hija del general de la Armada, el bilbaíno Luis Suso Elorriaga y sobrina de quien será durante 25 años segundo comandante del yate Azor, José Díaz Lorenzo, el hombre que aprende todo sobre los cachalotes para que Franco los cace. Serán padres de cuatro hijas, María Jesús, Eugenia, Carmen y Mónica.

Instalados en la Praza do Lugar, el matrimonio abre tienda de ferretería, ultramarinos y de lo que se tercie, aunque por poco tiempo. A ella, que había acabado Magisterio, la convencen para que dé clases y Pepe se hace con la representación del Hispano Americano, hasta que el exalcalde Justo Basanta Castro lo capta para la política municipal a través del Consejo Local del Movimiento.

Inicia entonces su dilatada relación con la política local con distintos vaivenes de partido llegada la democracia, entre AP y CG, y regreso a las filas fraguistas.

Entre las destacadas iniciativas que consigue figura el alcantarillado de San Cibrao, la traída del agua, la mejora del suministro eléctrico, el alumbrado y finalizar el ansiado muro de la Anxuela, una vieja aspiración local.

Asimismo, como patrón mayor logra que los barcos puedan abastecerse de combustible en él, sin temor a perderse alguna costera como sucedía antes.

Como armador tiene los boniteros Alfa, Gabriel Mary, Cruz del Mar _ en el cromo, pintado por su cuñado _, María Fernanda y Pena do Altar.

El tercero, primero de los astilleros Sarmiento Paleo, es  malvendido a un armador lanzaroteño y va a protagonizar  un sangriento atentado cuya versión oficial achaca la agresión al Frente Polisario, aunque se sospecha de la autoría de Marruecos. 

A las ocho de la noche del 28 de noviembre de 1978, en el caladero sahariano, al norte del cabo Bojador, una zódiac con 24 hombres armados de fusiles de asalto y cuchillos, y vestidos con trajes de buzo, aborda a los marineros que se disponen a dormir. 

Les exigen lo que lleven de valor, se pelean por el botín y les ordenan que se arrodillen antes de ametrallarlos. Cinco se tiran al agua y tres se salvan haciéndose los muertos. Cuando pueden regresar comprueban que han dejado una bomba. Toman una balsa salvavidas y tienen tiempo de ver cómo explota el Cruz del Mar para hundirse en aquellas aguas. Fallecen siete marineros.

César Manrique cuelga en su museo unas recreaciones de la masacre.

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