Daniel Seijas Moure

Seijas Moure, anarquismo de Guntín para el mundo

Fue secretario de la Liga de Educación Racionalista y se carteó con libertarios de todo el mundo

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El Progreso 18/01/2021

EL RÉGIMEN NO podía ni sospechar que desde la inocente parroquia de Santa Eulalia de Pradeda, en Guntín, un emigrante retornado a su tierra se estuviese carteando con la flor y nata del anarquismo internacional, ni que aquel hombre de edad provecta fuese un importante dirigente de una organización tan querida por el anarquismo como la Liga de Educación Racionalista. 

Sin embargo así fue durante las décadas centrales del siglo XX. Se trata de Daniel Seijas Moure (Guntín, 1898), secretario de la Liga citada y hombre que conoce en persona a un buen número de los más destacados anarquistas gracias a los viajes que realiza por medio mundo. Pero retomemos su historia desde su arranque. Nos situamos en 1916. Daniel tiene 18 años y como tantos otros, ve en la emigración una salida a las penurias presentes, de modo que emprende viaje a Cuba, aunque no está mucho tiempo en la isla, porque al año siguiente da el salto a los EE.UU. Ese viaje va a condicionar el resto de su vida.

Regresa a Guntín, pero quizá solo sea para tomar el impulso necesario y marchar definitivamente a Norteamérica, donde comienza a trabajar en la marina mercante de aquel país como engrasador y cabo de agua. De 1918 a 1922 recorrerá los cinco continentes, “más interesado en la cultura que en el dinero”, como dirá él años después.

En ese tiempo entra en contacto con personajes que le descubren las bases del anarquismo individualista que él abrazará con absoluta pasión desde esos años. Así se convierte en un lector empedernido y el tiempo que sus compañeros de tripulación dedican a beber y/o juerguear en los puertos, Daniel lo invierte en forjarse una educación autodidacta intachable y en perfeccionar su inglés, hasta el punto de poder enseñarlo a otros que encuentran más dificultades para hablarlo porque sencillamente no leen nada en esa lengua.

También aprovecha las estancias en cada ciudad para establecer nuevos contactos y poco a poco él mismo se convierte en una referencia mundial. Su nombre tiene una entrada en la Enciclopedia del Anarquismo Español.

Los cuatro años siguientes va a residir en Buenos Aires y en octubre de 1925, dos meses después de ser fundada allí por el anarquista italoargentino, Severino Di Giovanni, publica en la revista Culmine el artículo “La base de ogni societta” _ La base de cada sociedad_, si bien es cierto que lo hace antes de que Di Giovanni predique la revolución violenta y los actos terroristas por los que será ajusticiado.

Cuando en 1932 regresa a Guntín con su mujer, se dedica a cultivar la tierra de la familia. Tiene cuatro hijos. Al tiempo, mantiene una intensa correspondencia con sus correligionarios de todo el mundo. Los carteros de Guntín lo saben bien porque le hacen llegar libros y revistas a las que se suscribe y que en muchas ocasiones esconden las cartas. Algunas de esas misivas están referenciadas por el historiador español del anarquismo Xavier Díez.

En 1963 la casualidad quiere que el redactor de El Progreso Ángel de la Vega charle con el fotógrafo irlandés Patrick Duffy gracias a que Daniel Seijas le sirve de intérprete. Entonces le llama la atención el personaje y le pide una entrevista para su sección “Ayer con...”, a lo que Daniel accede, aunque por supuesto, en ella va a ocultar su ideología.

No obstante, algo deja entrever, pues se confiesa admirador de la Thoreau Society, dedicada al apóstol de la desobediencia civil. También lee en gallego y le gustan Castelao,  Cunqueiro y Fole, el que más.
 

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