Marta Robles: "A pocas niñas se les ocurre coger la guitarra flamenca"

Marta Robles es uno de los ingredientes de Las Migas y estará este sábado a las 22.00 horas en el ciclo Atardecer no Gaiás en la Cidade da Cultura para hacer flamenco con personalidad propia
Las Migas. EP
photo_camera Las Migas. EP

POR EL PLATO de Las Migas pasaron muchos ingredientes. De la formación inicial con la voz de Silvia Pérez Cruz solo queda la guitarrista Marta Robles. El flamenco y las ganas de darle nuevas vidas continúan intactos. Este sábado, Robles disfrutará sobre el escenario del Gaiás con Bego Salazar,Alicia Grillo y Roser Loscos.

En el flamenco, escasean los referentes de mujeres guitarristas.

Hay muy pocas guitarristas mujeres y, sobre todo, que sean referentes a día de hoy. Es una lucha que tampoco se sabe muy bién contra qué hay que luchar. A día de hoy somos libres de toca la guitarra flamenca y estudiar lo que queramos en España, pero al no haber referentes hay pocas niñas a las que se les ocurra coger la guitarra flamenca. Las mujeres saben que, en el flamenco, tienen que bailar o cantar y no tocar la guitarra o percusión.

Toca la guitarra desde los nueve años, ¿cómo decidió que era su vocación?

Empecé tocando guitarra clásica con mi tío Rafa. Con el flamenco empecé más adelante, con 18 años. Siempre he ido compaginando mis estudios con el conservatorio. El primer año que fui a la universidad me di cuenta de que no me interesaba lo que estudiaba, comunicación audiovisual. Mi mundo era la música, dejé la carrera y seguí formándome muchos años.

¿Y cómo se juntaron Las Migas?

Nos juntamos hace quince años, nos conocimos en la Escuela Superior de Música de Barcelona. Conoci a Silvia, Isabel y Lisa y empezamos a tocar para investigar sobre el flamenco. Fue un camino que no sabíamos que íbamos a mantener, ni tan siquiera el nombre.

Usted es la única que permanece desde el principio. ¿Fueron difíciles los cambios?

Sí, soy la única. Los primeros cambios  fueron un poco duros, sobre todo cuando se marchó Silvia Pérez Cruz. Era la cantante y la primera que abandonaba Las Migas. Nos asustó a todas, no sabíamos si eramos capaces de seguir adelante. Entró Alba Carmona y empezó una etapa donde cualquier cambio se hizo mucho más natural. Si superamos el cambio de voz, que es el más dificil, los de instrumentos son mucho más fáciles. Son muchos años, es normal que la gente quiera iniciar nuevos caminos. Las Migas ocupa mucha energía. Yo llevo el liderazgo, compongo los temas... Las que están a mi lado tienen menos peso que las que estaban al principio.

Haber cambiado tanto también hace que no haya una cara más visible, que se valore el grupo.

Más que no tener cara visible, tenemos cuatro. Ni siquiera yo, que podría ejercer un papel en la banda a nivel visual más importante y no lo hago. Lo que más me gusta de este proyecto es la fusión de cuatro personas en el escenario.

De cuatro mujeres que cogen el flamenco y lo llevan a muchos caminos diferentes.

Cada disco es una oportunidad para descubrir nuevas sonoridades. Estamos empezando un proyecto nuevo que va a ser totalmente diferente de lo que hicimos. Somos incansables, nos vamos reinventando, pero manteniendo la esencia cuidada de una música que intenta emocionar.

Cada vez tienen más composiciones propias como La maleta.

Es un tema muy presente este verano, estamos continuamente de viaje, es la gira más extensa que hemos tenido. Estamos súpercansadas a estas alturas del verano, pero contentas porque una banda de quince años aún tenga tanto mundo que explorar. Y pasa como en la canción, echamos de menos la familia.

¿En algún momento estuvieron tentadas de cambiar su estilo musical y hacerlo más comercial?

A la hora de encontrar discográfica nos han propuesto dar un giro a nuestra música hacia algo más comercial. Lo hemos intentado y no nos ha salido bien. Las canciones que nos proponían no nos gustaban. Nos hemos dado cuenta de que nuestro fuerte es hacer música para pequeñas minorías. La música comercial hay que saber hacerla bien, y nosotras no sabemos. No hay desesperación ninguna, estamos donde tenemos que estar.

A un grupo de mujeres se le da la etiqueta de grupo de mujeres y se le pregunta sobre eso. A uno de hombres, no. ¿Pesa esa etiqueta?

El otro día me preguntaron por qué trabajo con mujeres siempre. Respondí que porque me encanta y que no le preguntaría a un chico por qué trabaja con chicos, porque no llama la atención. No soy de reivindicar con discursos nada sobre el machismo y la música. Si me preguntan, soy sincera; pero no en mis letras o conciertos. Nuestra manera de reivindicar es estar ahí, dar ejemplo a niñas, que vean que se puede hacer una propuesta de mujeres diferente.

Usted es mitad del Dúo de Mar.

Es un proyecto de guitarra clásica y flamenco. Tenemos un disco que es del que más orgullosa estoy. Me hace conectar con la música clásica y estudiar mucho. Las Migas me hace ser muy empresaria, directora, compositora...y la guitarra es lo último. Con Ekaterina tengo mi función de guitarrista pura y dura.

Y tocaron para los Rolling Stones.

Nos llamaron para tocar y no nos podían decir para quien. Llegamos al hotel Palace, había una pequeña fiestecita y era para los Rolling. La organizaban ellos el día antes del concierto. Fue súperbonito.

¿Por qué las llamaron a ustedes?

El director del hotel nos conocía. Ellos querían flamenco no típico, les enseñaron nuestros vídeos y les encantó. Después del concierto hablamos con Ron Wood que era el más simpático. Conocimos mucho al saxofonista y cuando fuimos con Las Migas a Nueva York vino a tocar con nosotras. Nos abrió un montón de puertas esa experiencia.

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