Marcos de la Torre: "Trabajé en una farmacia y se me venía el mundo encima"

A Candeloria celebra este sábado, desde las 16.00 horas hasta las 4 de la madrugada, su última edición en el Pazo de Feiras, donde estará Marcos de la Torre con Mafalda

Mafalda. EP
photo_camera Mafalda. EP

LA MAFALDA que jugaba a la guerra nuclear en una canción de Ismael Serrano nunca vio llover en Galicia. El grupo valenciano que tomó su nombre, en el que canta Marcos de la Torre, tuvo que cancelar "bolos por la lluvia en Barcelona", pero nunca aquí. Mañana estará pintado de payaso para cantar sus letras reivindicativas, feministas y combativas en la última edición del festival A Candeloria.

Y llega el tercer año con Mafalda en el Candeloria...

Al final nos hemos juntado con una familia aquí como Rebeliom do Inframundo o Lora, que desde el primer momento nos han tratado súper bien. Recuerdo una edición en la que llegamos a las cuatro y media de la mañana desde Barcelona. Salimos como alienígenas de la furgoneta y me acuerdo de que el regidor nos dio las gracias por haber dado tanto en el escenario.

¿Cómo llegó usted a la música?

Cogí la guitarra por molar, todas queríamos tocar Smells Like Teen Spirit. En Mafalda ninguna queríamos dedicarnos a la música, hace poco que decidimos centrarnos en esto.

¿A qué se dedicaba antes?

Soy nutricionista, parafarmacéutico y quiromasajista. Llegué a estar detrás del mostrador de una farmacia y se me vino el mundoencima. Cuando has estado en un escenario cuesta cambiar el rol situacional y estar en un mostrador, tener que sonreírle a todo el mundo. Me veía estúpido.

¿No le gusta ser amable?

Me gusta, pero hay veces que no quiero, y en eses trabajos tienes que serlo. En el escenario también... Sí, pero el personaje que interpreto me permite estar enfadado encima del escenario. Hubo momentos en los que lo estaba de verdad, porque alguien del público hacía una gilipollez o porque algo sonaba mal y yo estaba mosqueado, pero no tenía que esconderlo, a la gente le gustaba aún más, era como: "¡Está cantando hardcore y está muy enfadado!".

¿De dónde viene lo del payaso?

Me quedé enamorado de Noviembre, una película en la que los protagonistas hacen clown. Yo también empecé a hacer teatro callejero y quise imitar eso. Pensé que podría molar mucho crear mi personaje y lo probé en un Halloween. También quería ser escritor o cineasta. Tiene la necesidad de expresarse... Lo que tengo en la cabeza iba a salir por algún lado, fue a través de la música porque me encontré con la guitarra y vi que podía expresarme. La expresión artística salva muchas vidas

¿Una película y un libro preferidos?

Una película que consigue hacerme llorar siempre es Trapito [película animada argentina], me da igual que no sea de culto, me hace tener esperanza en la vida cuando el mundo se rompe. Y libros diría que Los renglones torcidos de Dios, de Torcuato Luca de Tena, y El médico, de Noah Gordon.

Y de música, ¿algo que no esperaríamos que le guste?

Estoy escuchando muchísimo a Phil Collins, Genesis es una barbaridad, seguro que hay gente que jamás pensaría que una de las inspiraciones de Mafalda es Collins.

¿Cuál es la esencia de Mafalda?

Es muy subjetiva, cada una la vemos de una manera. A día de hoy estamos en la adolescencia, vamos sacando discos y haciendo camino. Nos encontramos en la fase de autopreguntarnos: "¿Estamos perdiendo la esencia?". Para mí es la idea de transgredir, tanto musicalmente como en las letras.¿Y si no hubiera nada que transgredir? No podemos estar siempre musicalmente haciendo lo más loco posible, porque va a llegar un momento en el que lo que consideramos locura sea normal. Transgredes y combinas hasta que ya está todo combinado según tu manera de ver la música. Ahí entra la originalidad del artista para renovarse. A nivel político no va a pasar, siempre vamos a tener algo de lo que hablar. Recuerdo que antes del disco decíamos: "Qué calmadita está la cosa, ¿de qué vamos a escribir?", y luego ganó Rajoy las elecciones... [ríe].

Y salió Palabras forman caos, su disco más ordenado...

Sí, y al final es súper personal, no hacía falta que pasara nada alrededor. Son sentimientos que tenemos desde hace tiempo. Pero sí que formamos parte de la política y nuestro estado anímico también.

¿Qué idea está detrás de este trabajo?

Es una distopía basada en 1984 de Orwell. La idea es que la lengua, tal y como la conocemos, ha desaparecido y las personas se relacionan mediante muy pocas palabras, las justas para no opinar. El o la protagonista del disco está corriendo porque tiene un pensamiento, no tiene las palabras pero es un concepto que puede hacer tambalear el sistema. Entonces lo persiguen para cazarlo y que no hable.

¿La música genera conciencia social o la conciencia se expresa en música social?

No vamos a engañarnos, al hacer estas canciones también queremos hacer divulgación. Al mismo tiempo, estas letras nacen como consecuencia de lo que pasa.

Es un pez que se muerde la cola. El documental Las que faltaban es un mensaje feminista claro, ¿tuvo buena acogida?

Muy buena por nuestras compañeras de gremio. Pero con autocrítica, el documental va tanto para el resto como para nosotras, que lo grabemos no quiere decir que estemos fuera de esto. No vamos a cambiar nada por hacerlo, es una piedrecita más.

¿Una banda solo de mujeres sin mensaje feminista o una de mayoría de hombres con conciencia de género?

Todas las mujeres en cualquier situación de poder generan referente y creo que es positivo, estén politizadas o no.

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