Rayden: "No estoy en la música ni para hacer amigos ni para vender"

La sala Tebras acoge este sábado la actuación de Rayden, que llega por primera vez a Lugo para presentar 'Sinónimo', un disco con canciones que "atraviesan"

Rayden. EP
photo_camera Rayden. EP

Terminó Sinónimo visitando a su psicóloga. Así es Rayden, el rapero que llega este sábado a Lugo para demostrar a los ortodoxos que en el hip-hop conviene dejar el purismo a un lado.

Esta semana ha salido en varios medios por una polémica con otro rapero, Santaflow, y un polémico tuit que escribió él sobre el suicidio de la trabajadora de Iveco.
Creo que todo el mundo debería tomar conciencia de hasta qué punto puede condicionar el hecho de caer en una depresión profunda, hasta tal punto de nublarnos el juicio y cometer cualquier tipo de acto. Hay que tratar de empatizar y no creerse con la potestad de hacer juicios de valor cuando una persona cae en una depresión profunda, a lo que hay que simar otro tipo de factores que acaban siendo una bomba de relojería.

¿Sigue definiéndose como rapero? Sus incursiones y colaboraciones con otros estilos dan que hablar entre los más puristas. ¿Le molesta o le da igual?
No es que me haya dejado de considerar rapero. Soy una persona que en clave de rap ha añadido otras hechuras, otras formas de hacer música. No veo que tenga mucho que ver con el rap más ortodoxo, aunque me encante y siga escuchando muchos de esos grupos.

¿Cómo entró en el mundo del rap? Supongo que con CPV, Violadores del Verso, 7 Notas 7 colores...
Sí, fue a través del Club de los Poetas Violentos. También con VKR, 7 Notas 7 Colores los escuchaba pero no me llenaban del todo. No me olvido de Nach y Falsalarma,SFDK. Alta escuela sobre todo. Cosas que me chocaron para bien.

En aquella época había un rap de zaragoza, un rap de Andalucía, un rap de Madrid y ahora parece que esto se ha diluído.
El rap en España ha crecido como una persona. Desde que nace, que ya ha cumplido 34 años. Al principio era como cuando éramos pequeños y te peleabas con los del barrio de al lado. El rap al principio era un niño que si era de este barrio no era del otro. Cuando creces se te pasan estas cosas y tomas otra actitud. Como esa persona de tu barrio a la que nunca saludas pero si te la encuentras en Holanda le das un abrazo. Se ha llegado a un punto de madurez en el que ya no se mira dónde estás, sino lo que puedes aportar.

En el último disco, ‘Sinónimo’, habla de temas como la ley mordaza, el machismo, o la corrupción. Por lo que parece, el Gobierno no retirará los artículos más controvertidos de la ley mordaza.
En todas las entrevistas me permito el lujo de decir un ‘no sé’ y creo que va a ser en esta pregunta porque no estoy al tanto. Esta semana salen las listas de escolarización de mi hijo y he estado toda la semana con eso, con ensayos y demás.

Ahora que habla de su hijo. ¿Sigue poniendo a prueba el darwinismo?
Sí [Risas]. Incluso el darwinismo de los demás, porque el otro día lanzó una bicicleta por la ventana desde un cuarto piso y menos mal que no pasó nada.

Está en modo terremoto.
Le hice una canción que se llama ‘Pequeño torbellino’ que ya la podría haber llamado ‘Aguas tranquilas’, porque madre mía. Tiene tres años, está en etapa de ebullición.

Cuando inició su carrera en solitario todavía colaboraba con raperos ‘ortodoxos’ como Duo Kie o Dogma Crew. En sus últimos discos, las colaboraciones giran más hacia Leiva, Iván Ferreiro, Leonor Watling o Pablo López. ¿Es la evolución que pretendía?
Tiene que ver con el crecimiento musical. Al principio, cuando colaboraba con raperos, era un poco loro de repetición. Pero por ejemplo veia a ‘El B’, de Los Aldeanos, sampleando una canción de Bebe y rapeando encima y me sonaba increíble. Cada vez que escuchaba estas cosas me parecían un hit instantáneo. A lo mejor colaborar es eso, arriesgarte a ceder de tu terreno, conseguir que otros artistas cedan del suyo y alcanzar un punto en común que transmita algo único.

Para este disco se quedó en el tintero una colaboración con Kase O y Residente. ¿Se retomará en otra ocasión?
No creo. En cada momento son las cosas y si no se dieron... pero yo con ellos me llevo de 20.000 amores y además me encanta todo lo que hacen. Pero no creo que se retome, estoy con el siguiente disco, que sale en 2021 y son otras canciones, otras energías.

¿Cómo va ese nuevo trabajo?
Tengo ocho temas. Es el disco que cierra la trilogía y serán 20 canciones, porque la número 20 será mi canción número 100 en solitario y sale en el año (2021) que cumplo dos décadas en la música. Está todo cerradito, todo pensado.

Tiene tres libros en el mercado ya. ¿En el papel es David Martinez Álvarez y no Rayden?
Puede ser. Se ven mis inquietudes de una manera más libre, sin la prisión de la métrica, ni de la producción musical e incluso sin la prisión de mi voz. Son reflexiones desde otro planeta muy lejano, pero sí, se ve todo sin el filtro estilístico de la música. Tiene otra belleza.

¿Es esa faceta de poeta que tienen los raperos?
No es lo mismo. Siempre digo que el rap y la poesía son hermanos mellizos de una misma madre, que tienen mucho que ver y luego nada que ver. Y que si les sacas parecidos reniegan el uno del otro. Para los raperos soy el poeta que rapea, y para los poetas, el rapero que hace poesía. Siempre en tierra de nadie, ahí denostado y repudiado [Risas]. No creo que tenga mucho que ver, pero sí hay nexos en común, bonitas coincidencias.

¿Por qué Sinónimo ha sido "un acto de supervivencia"?
Para hacer este disco tenía claro que quería hurgarme por dentro, ver lo que tenía que sacar y hacer un ejercicio de sinceridad muy grande. Cuando hurgas mucho, todo se revuelve y pasas un peaje que merece la pena. Aunque cuando terminé el disco me fui directamente a la psicóloga. Cuando hurgas tanto, eso ramifica en ataques de ansiedad, porque abres mucho que tenías cerrado y encadenado en el fondo del mar.

Comentó hace poco que estaba aprendiendo a no ser machista. Es consciente de que este tipo de declaraciones pueden granjearle muchos enemigos, ¿no?
Sé que si estuviese más callado y fuese más complaciente me iría el triple de bien. No estoy en la música para hacer amigos ni para vender. Pero si tengo un megáfono y me preguntan no me puedo callar. Estuve en el Parlamento Europeo señalando con el dedo a los principales líderes políticos diciendo que son los que están sacando rédito del odio, que son los que lo fomentan, y que no me quiero prestar a esa mierda para una foto. Todo esto traducido en cinco idiomas simultáneos. Imagínate lo que me importa lo que vaya a pensar Fulanito de Tal porque opine que el hombre, si no tiene a la mujer por debajo, la necesita lejos, por miedo o por inseguridad, o por decir que vivimos en un país que es machista.

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