"¡Viva el segundo premio de A Fonsagrada, Otilia y la comisión!"

La administración local vendió los diez décimos de la serie dotada con 1.250.000 euros 
Brindis en el Cantábrico, tras el sorteo de la Lotería de Navidad SEBAS SENANDE
photo_camera Brindis en el Cantábrico, tras el sorteo de la Lotería de Navidad. SEBAS SENANDE

Este domingo volvió a llover en A Fonsagrada, pero ya no agua, sino euros. Un total de 1.250.000, lo correspondiente a los diez décimos del la serie del segundo premio del sorteo extraordinario de Navidad que la administradora Otilia Díaz vendió en su puesto, que nunca en sus 19 años de historia había amanecido con tanta alegría.

"Por la mañana, al seguir el sorteo, no me di cuenta de que había vendido ese número, hasta que se escuchó el nombre de A Fonsagrada", contaba con felicidad la propietaria de la administración. 

Celebración a las puertas de la administración de A Fonsagrada que ha repartido 1,25 millones SEBAS SENANDEDos de los agraciados la ‘culpaban’ de su suerte este domingo por la mañana. "Díxenlle que elixise ela, porque así, se non me toca, bótolle a culpa... pero estou encantado de botarlle a culpa, en realidade", decía Lorenzo García, con una botella de cava en la mano. En realidad, él sí tenía claro que su número de la suerte terminar en nueve, dos o siete cuando entró por esa puerta de la avenida de Galicia, el viernes por la tarde. Pero al final, su administradora fue quien tuvo la última palabra. 

Dos de los décimos fueron a parar a su bolsillo, uno para él y otro para su padrino. En el Restaurante Cantábrico, el premio parecía haber llegado a más personas, pues sus amigos —entre ellos uno de los camareros del Café del Centro, de Lugo— lo celebraban con la misma efusividad, mientras brindaban: "!Viva Otilia!" o "!pola comisión!". 

Lorenzo tendrá que pensar qué hacer con esos 125.000 euros nuevos en su cartera. Este domingo todavía no se lo creía, y reconocía no poder pensar aún en ello. A modo de broma, decía que haría un nuevo cartel para su aldea, que cambiase el topónimo de As Pozas por Charcas City. También reconocía que esta lluvia era como agua de mayo, y se alegraba por todos los agraciados. "Ben o necesitamos nesta zona", indicaba.
 

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