La provincia de Lugo tiene una relación particular con el sarampión. El peor brote de esta enfermedad se produjo en A Fonsagrada, hace 45 años, después de la concentración escolar. Niños de una población relativamente aislada entraron en contacto con otros de zonas más alejadas, enfermaron con rapidez y contagiaron a compañeros y familiares.
En cuestión de horas, el municipio vivió el fallecimiento de cuatro niños y un quinto, originario de Cervantes y residente en O Valadouro, lo hizo un día después. Pese a que cientos de escolares se contagiaron y enfermaron —algunos incluso llegando a un estado de gravedad que obligó a su ingreso— el colegio nunca llegó a cerrarse. Con el paso del tiempo, las aulas se fueron vaciando y las fotos de la hemeroteca muestran hileras de pupitres vacíos con solo uno o dos niños en alguno de ellos.
En un reportaje publicado por este diario, el entonces jefe provincial de Sanidad, Cándido Sánchez Castiñeiras reconocía que había sido "una de las alarmas sanitarias más sonoras y trágicas vividas en la provincia" y que la muerte de los escolares había "conmocionado a toda España y causado una gran alerta". Una generación de niños fonsagradinos todavía tiene presente el dolor y la incomprensión de tener que acudir al funeral de sus compañeros.
Sánchez Castiñeiras aseguró también que el terrible brote en A Montaña lucense propició la introducción de la vacuna en España y ayudó a que Lugo fuera una de las provincias piloto en la que se empezó a administrar. Lo cierto es que la vacunación infantil sistemática con la triple vírica —que protege contra los virus de rubeola y paperas, además del sarampión— comenzó en España en 1983.
En Lugo, los principales brotes a partir de entonces (por supuesto ninguno con la gravedad del de A Fonsagrada) se dieron en 1996 y, más recientemente, en 2011. En ese caso, el origen fue importado: un hombre que viajó a Sicilia con su mujer durante un brote en la isla. Además de contagiar a su mujer, el virus acabó infectando a otras cinco personas adultas que habían acudido a Urgencias mientras que él se encontraba en ese servicio. La séptima persona contagiada se cree que lo hizo porque entró en contacto con uno de esos afectados del que era vecina.
Desde ese año no se habían detectado casos de sarampión en Galicia hasta abril de 2018 y, más recientemente, junio de este mismo año. El primer caso, del que se cree que su origen fue importado, se encontró en O Barco de Valdeorras. Posteriormente se detectaron otros dos casos, uno de ellos en Monforte de Lemos. Se cree que ambos tuvieron algún contacto con el de O Barco. A consecuencia del hallazgo, Sanidade comenzó un seguimiento de contactos laborales y familiares de los tres pacientes.
