La Guardia Civil investiga la muerte por envenenamiento de tres perros en Cervantes

El resultado de la autopsia de los cánidos, dos de raza y otro, cachorro, de cruce, será determinante para esclarecer los hechos, denunciados por los propietarios
 
Imagen de archivo de tres perros. EP
photo_camera Imagen de archivo de tres perros.

La Guardia Civil investiga la posible muerte por envenenamiento de tres perros en la parroquia de Donís, en el término municipal de Cervantes. Los cánidos pertenecían a una familia que regenta una casa rural en una de las pallozas rehabilitadas de la zona. Ellos mismos dieron la voz de alarma el pasado lunes, cuando después de la muerte del primer animal durante la madrugada de ese día, sus otros dos cánidos fallecieron a primera hora de la tarde con el mismo cuadro de síntomas, lo que resulta muy sospechoso.

Los dueños de los perros afirmaron haber vivido el suceso como si de una terrible pesadilla se tratase

El primero de los perros fallecidos era de raza y tenía cuatro años de edad. Sus dueños lo encontraron en el patio de la casa a las tres de la madrugada, con dolores muy fuertes y después de haber sufrido vómitos y diarrea. Una hora más tarde, moría en esa misma ubicación. La veterinaria a la que avisó esta familia cervantega avanzó que se podría tratar de una torsión de estómago.

Sin embargo, a las cuatro de la tarde de ese mismo día, los otros dos perros, uno de raza y un cachorro de cruce, llegaron a la casa en el mismo estado y acabaron falleciendo. Fue en ese momento cuando la familia llamó a la Guardia Civil, que se desplazó hasta la zona, tomó muestras de los tres animales y levantó el acta de los cadáveres. Los agentes movilizados constataron que estos dos animales presentaban fuertes diarreas con rigidez extrema y un cuadro postural post mortem que hacía pensar como causa de la muerte en un posible envenenamiento.

Los restos de estos dos canes fueron enviados al Centro de Recuperación de Fauna Silvestre de O Veral, en la capital lucense, para su depósito hasta su posterior traslado al Hospital Veterinario Universitario Rof Codina con el objetivo de realizarles la autopsia. El primer cánido ya había sido enterrado por los propietarios, al no sospechar estos por entonces que se pudiese tratar de un envenenamiento. Los dueños de los perros afirmaron haber vivido el suceso como si de una terrible pesadilla se tratase.

SIN DETENCIONES. Los agentes del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil se están haciendo cargo de las investigaciones, sin que de momento se hayan producido detenciones, y continúan con la instrucción de diligencias para el esclarecimiento de los hechos. El delito por el uso de veneno o de cebo envenenado contempla una pena máxima de hasta dos años de prisión.