El fuego sigue asfixiando a Cervantes

Las trabas burocráticas para acceder a las ayudas y las dificultades para alimentar a las reses desesperan a los ganaderos, que no ven salida para poder sacar adelante sus explotaciones

Terrenos quemados en Cervantes. J.VÁZQUEZ
photo_camera Terrenos quemados en Cervantes. J.VÁZQUEZ

VISTIAR HOY el pulmón de Os Ancares es como contemplar una fotografía de octubre. Han transcurrido ya cuatro largos meses desde los fatídicos incendios que devoraron buena parte de este paraíso natural y los terrenos continúan inertes, abatidos, sin brotes verdes que transmitan una mínima esperanza. Más de 120 días después de la tragedia el corazón de esta reserva continúa teñido de negro.

En ciertas zonas brilla por momentos el color dorado de la poca paja que ha quedado adherida a los terrenos. Escasos montículos que resistieron el azote de las intensas lluvias que en días posteriores a los fuegos arrastraron la mayor parte de lo esparcido, obstruyendo tajeas y colapsando viales, algunos de los cuales no aguantaron la falta de soporte y se han desplomado en los bordes.

Ante este paisaje sin vida los cervantegos intentan sobrellevar lo sucedido sin muchas esperanzas. La rabia, desesperación e impotencia se apodera de los vecinos que ven cómo el sustento para sus animales ha desaparecido y tienen que buscarse la vida para poder sacar adelante a duras penas sus explotaciones, en un concello en el que la práctica totalidad de las familias viven del sector primario. "Estamos esgotados, xa non sabemos que facer e ninguén nos dá unha solución", lamenta José Manuel Rodríguez, ganadero de la parroquia de Vilanova do Pedregal, en Noceda.

José Manuel Rodríguez, ganadero de Vilanova: Poñen demasiadas trabas e piden moito papeleo para conceder as subvencións. Non están feitas para nós

Desde el mes de octubre las reses que tendrían que estar pastando libremente se encuentran encerradas en los establos, con el perjuicio que genera para la salud de los animales y el consiguiente gasto económico que supone la adquisición de forraje y pienso para mantenerlas. "Son gandeiro de nacemento e nunca me vin nunha situación similar. Os animais sofren, pero non podemos sacalos porque non hai nada que poidan levar á boca e estamos chegando a unha situación límite", explica el hombre. Como consecuencia, las explotaciones se están enfrentando a más del doble del gasto normal que tendrían que soportar en esta época del año.

INACCESIBLES. Los ganaderos ven cómo su economía se ahoga a pasos agigantados ante la pasividad de las administraciones y, por si fuese poco, las tan esperadas ayudas para paliar los daños de los fuegos se han convertido en toda una utopía. "As subvencións que anunciaron a bombo e platillo non se están vendo por ningún lado, prometeron moito, pero nós nada vimos", aseguran Fermín Digón, Alberto Gómez y Raúl Abella, ganaderos del lugar de A Freita, en Cereixedo. Esta crítica es generalizada y se extiende de norte a sur del concello. Los vecinos afirman que las subvenciones no se adaptan a su caso y lamentan las excesivas trabas burocráticas que se les están poniendo para concederlas. "Piden papeis que nunca nos reclamaron, temos que andar dun lado para outro con cartas certificadas e aínda así non vemos os cartos", añaden.

Uno de los principales problemas que se están encontrando a la hora de poder cobrar los daños es que en muchos casos las fincas estaban siendo explotadas mediante contratos verbales y se les pide la documentación de la titularidad, o poseen tierras en conjunto varios propietarios y solo pueden solicitar las ayudas individualmente. "Esíxenche documentación sen ter en conta a forma de traballar que temos aquí, que se remonta a hai séculos, e non teñen en conta as particularidades de cada caso", censuran los cervantegos.

Héctor Quiroga, ganadero de San Rebordín: As reses aliméntanse nos poucos pastizais que temos, o que terá terribles consecuencias xa que quedaremos sen herba

Al encontrarse en una zona protegida por la Rede Natura los requisitos son, si cabe, más estrictos. "Parece que é máis importante a natureza que a xente que aquí vivimos. Estamos de acordo en que hai que protexer a paisaxe, pero o primeiro seremos os veciños que estamos pasando calamidades", indican Fernando González (Xantes) y Fermín Digón (As Pontes), ambos de la parroquia de Donís, una de las más afectadas por los incendios.

Algunos de los vecinos que aún conservan sus pastos están llevando allí las reses, aunque advierten que de cara al próximo invierno esto les causará enormes perjuicios. "A herba que están comendo agora os animais non a poderemos recoller e gardar para alimentalos o próximo inverno. Polo que é pan para hoxe e fame para mañá", explica Héctor Quiroga, propietario de una explotación con más de un centenar de ovejas y decenas de vacas en San Rebordín (Cereixedo). Los cervantegos se muestran desesperados al contemplar cómo sus granjas, forjadas tras décadas de esfuerzo de sus familiares, se ven ahora abocadas al abismo. "Finalmente haberá que vendelo todo, teremos que irnos e deixar isto abandonado", lamentan.

Los vecinos reclaman ayudas adaptadas a sus necesidades y piden poder llevar el ganado a pastar en algunas zonas quemadas

SIN SOLUCIONES. Los ganaderos se enfrentan además a la prohibición de que sus animales pasten en las zonas que ardieron en los próximos tres años, lo que les plantea un futuro aún más incierto si cabe. En primavera podrían comenzar a regenerarse los terrenos, lo que daría un soplo de aire fresco a las explotaciones. Por ello, reclaman a las administraciones competentes que levanten el veto en ciertas zonas para poder salir adelante. "O único que queremos é que nos deixen levar o gando a algún sitio para saír do paso. Se non, que nos dean eles unha solución", exigen.

Por si fuese poco, el sector de la castaña, que suponía una gran a aportación a las economías familiares, también se ha visto drásticamente menguado. Cientos de árboles centenarios han ardido, lo que dejará sin beneficios a los vecinos en próximas campañas.

Así, cuatro meses después, el fuego que devoró Os Ancares continúa asfixiando a sus gentes, que en octubre se enfrentaron con valentía a las llamas y ahora luchan por sobrevivir en un paisaje sin vida.

Testimonios

Fernando González, ganadero de Xantes: "Se os animais non poden pastar nas zonas queimadas, ou nos dan unha alternativa, ou haberá que vendelo todo"

Alberto Gómez, ganadero de A Freita: "O gando leva meses estabulado, co consecuente gasto económico que supón mercar o penso e a forraxe"

Raúl Abella, ganadero de A Freita: "O lume calcinoume un xato e varios rolos de herba e non me deron ningunha axuda para poder paliar as perdas"

Fermín Digón, ganadero de As Pontes: "Queremos solucións reais e pedimos que miren pola xente porque estamos desesperados e nunha situación límite"

Luis Digón, ganadero de A Freita: "Imos saíndo adiante como podemos grazas ao noso esforzo e ás doazóns e á axuda desinteresada da xente"

 

Ayuda: Toneladas de solidaridad

La terrible situación que están viviendo los ganaderos de Cervantes ha provocado una oleada de solidaridad. Diversos colectivos se han unido para llevar a los ganaderos alimentos para las reses y material para cerrar sus parcelas.

Pienso, forraje y cierres

Desde octubre se han enviado cerca de 900 rulos de hierba, más de 16.000 kilos de pienso, decenas de pastores y 1.240 estacas para vallar las fincas, entre otras cosas.

 

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