La vida de Madar, entre las canchas y el puerto de Burela

Este técnico de las categorías inferiores del CB Burela divide su tiempo entre los entrenamientos y su trabajo para tres barcos de arrastre en el puerto
Madar , entrenador de baloncesto base de burela- foto jm alvez
photo_camera Madar lanzando a canasta en el pabellón de Os Castros. JOSÉ Mª ÁLVEZ

Hablar de Madar en Burela es sinónimo de baloncesto. Es uno de los directivos del Club Baloncesto Burela y además dirige a tres equipos de las categorías inferiores. Pero la pasión por el deporte en general y por el baloncesto en particular empezó mucho antes para Carlos Méndez Pena (Burela, 1974). Y todo ello combinado con su trabajo en el puerto.

"En el colegio jugaba a todo. Empecé en Os Castros y luego fui para el Vista Alegre con 10 años. Allí había el padre de uno de los niños, que se llama Navarro, que impartía clases de baloncesto, y me apunte con 11 o 12 años", recuerda. Ese fue el origen de todo.

Pero pronto dejó el baloncesto Madar. "Fue a los 18 años, por los cambios de hábitos, y además era flojo", reconoce. Pero pronto se pasó al banquillo. "En aquellos años había una Liga de verano en Burela en la que jugaba mucha gente, porque era el boom de baloncesto", dice. "Entonces junté a un grupo de amigos e hice un equipo", señala. Pasaron unos años, y en Xove se disputaba el mismo tipo de Liga pero en invierno. "Volví a hacer lo mismo, otro equipo, pero ahí también jugaba", advierte. Más tarde salió un equipo de federado en Xove con él de entrenador y Iraavedra de presidente.

Fue entonces, con 29 años, cuando dejó el trabajo de técnico de electrodomésticos y Madar se ofreció a Suso Rey, que tenía una empresa de deportes, "y me ofrecieron coger un equipo de fútbol sala en Barreiros con Lucas (donde empezó Renato), y ahí fue donde empecé a entrenar de verdad, de manera federada, y así estuve varios años", comenta. 

Me ofrecieron coger un equipo de fútbol sala en Barreiros con Lucas y ahí fue donde empecé a entrenar de manera federada

Pero hubo otro momento clave para él. Un grupo de niñas cadetes lo hacía muy bien al baloncesto y unos padres, encabezados por Pedro Chao, refundaron el Club Baloncesto Burela creando una directiva donde Madar entró. "Y desde entonces, hace 13 años más o menos, soy el coordinador", señala. Porque se creó la directiva nueva pero no querían llevar el día a día del club, los papeleos, y todo, y hablaron con Manolo y conmigo y nos animaron a arrancar el proyecto con Pedro Chao como presiente, yo como directivo y Manolo y Lolo como entrenadores», recuerda.

Con el paso de los años, el club fue creciendo, y pasaron de tener cuatro o cinco equipo con 40 niños a pasar del centenar y tener más de una decena de equipos. "Hemos crecido mucho", dice, y explica sus tareas. "Hago un poco de todo, coordinador, papeleo... Me voy ajustando a las necesidades", explica. 

Y todo ello lo combina con su trabajo en el puerto, con el Playa de Rueta. "Trabajo para tres barcos de arrastre que vienen de noche, hago la descarga, pongo el producto a la venta o lo llevo a A Coruña, depende de las necesidades", subraya. "Compaginar todo lo voy llevando, pero a veces me causa problemas", dice.

En el puerto trabajo de noche, para tres barcos de arrastre, hago la descarga y pongo el producto a la venta

Pero lo que más tira de Madar para seguir vinculado al baloncesto es su pasión por este deporte. "El día a día me encanta. Me gusta mucho entrenar a los chavales desde los 10 a los 14 o 15 años, luego los de más edad me gusta menos", dice, y lo argumenta. "Cuando tienen 12 o 13 años son niños grandes, cuando pasan de los 14 son ya adolescentes, tienen cambios, hay cosas nuevas, etc", explica.

Esta entrega de Madar por el baloncesto junto con su profesión sería difícil de entender si tuviera familia con hijos. "No la tengo, y eso me da más libertad, porque de la otra manera sería imposible", esgrime.

En cuando al baloncesto profesional, reconoce que no es algo que le gusta mucho en la actualidad. "Me niño me encantaba, he ido a ver muchos partidos, pero ahora mismo prefiero ver un partido de infantiles o alevines que uno de la ACB", comenta. "Los profesionales me acaban aburriendo, y si voy a ver los partidos de categorías menores siempre miras niños y piensas en cómo pueden encajar en el club", afirma.

Madar destaca que en el club "ahora mismo hay tres o cuatro niños que tienen un nivel bueno de baloncesto". En cuanto a las chicas "la mejor que he tenido, con mucha diferencia, es Sara Pedreira, que va a cumplir ahora 16 años".

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