El lucense Javier Gómez Darriba acaba de obtener un sobresaliente cum laude en la tesis doctoral que defendió en la facultad de Geografía e Historia de la Universidade de Santiago de Compostela en la que analiza el esplendor de la ciudad de Mondoñedo y aunque realmente su título se centra en los siglos XVII y XVIII, el propio autor se apresura a aclarar que su estudio abarca el periodo comprendido entre los años 1550 y 1800, aproximadamente.
De esa época analiza el papel del clero, del obispado de Mondoñedo como promotor de las grandes instituciones, de la obra artística que se hacía en la ciudad, de su propio urbanismo o de la arquitectura que se desarrolló allí.
Gómez Darriba indica que quizás lo más destacable para él sería la primera mitad del siglo XVIII, "porque houbo dous bispos que estiveron practicamente 25 anos cada un, e ambos tiveron moita preocupación en renovar a cidade, construíron conventos, a fachada da Catedral, fixeron cárceres, hospitais... Gran parte desas obras aínda se conservan, non todas. Foron Muñoz y Salcedo e o Bispo Sarmiento".
Precisamente de ese aire episcopal el autor de la tesis opina que "Mondoñedo conserva moito de cidade episcopal. Perdeu cousas importantes, pero conserva a imaxe dunha cidade da Idade Moderna", ya que a partir precisamente de entonces comenzaría la Edad Contemporánea.
También admite que a diferencia de otras ciudades, como por ejemplo le sucedió a Lugo, Mondoñedo "ficou anclada no tempo" y precisamente por eso aún se puede ver en buena medida cómo era entonces.
DECLIVE. En cuanto a las razones del declive de Mondoñedo, para Javier Gómez Darriba hay una sobre todas las demás que es fundamental: "A perda da capitalidade provincial, iso foi algo básico".
Explica que precisamente a partir del siglo XIX Mondoñedo comienza a declinar "mentres que Lugo empeza a medrar. Pasoulle tamén no mesmo senso a Betanzos coa Coruña. Penso que é algo incontestable e xeralmente admitido".