Radiografía sísmica a la falla del Cantábrico

Investigadores de las universidades Complutense y de Oviedo estudiaron el fondo marino donde ocurren los actuales terremotos
Despliegue de la ristra de hidrófonos de 6 kilómetros para estudiar el fondo marino. UCM
photo_camera Despliegue de la ristra de hidrófonos de 6 kilómetros para estudiar el fondo marino. UCM

El Cantábrico ruge estos días de borrasca contra la costa y algo se mueve también bajo el fondo. No ha dejado de hacerlo con cierta intensidad desde el pasado 29 de octubre cuando un terremoto de magnitud 4,4 (luego corregida a 4,2 al no constatarse daños) despertó de madrugada a media Galicia. Este martes a las nueve de la mañana volvió a hacerlo con intensidad 3.6 y lo sintieron al menos en A Lomba o Beloi (Alfoz), en San Pedro (Viveiro) y en otras localidades del norte coruñés.

Las réplicas en esta falla continúan, el miércoles hubo otro de 2.9 pero no infunde miedo, simplemente parecen arrumbar una brisa de misterio que la ciencia trata de desentrañar. Que el océano te despierte a las tres de la mañana porque bajo el abismo marino se ha podido ensanchar es hasta poético. El movimiento de placas tectónicas nos empuja hacia el norte.

Como un hechizo oculto, a cada temblor no faltan los pronósticos sobre el riesgo de tsunami como consecuencia de un cataclismo mayor. Pero los tiros no van por ahí. "Esa é unha alarma totalmente infundada, necesitaríase unha falla inversa, un levantamento do fondo marino que provocara desprazamento das masas de auga, pero aquí non se produce porque ademais as fracturas son horizontais", explica el geólogo Fran Canosa, que estudia y divulga en profundidad las formaciones rocosas de toda la costa norte.

Fran Canosa: "As fracturas de aquí son horizontais, non hai desprazamento de masa de auga nin risco de xerar tsunamis"

Esta se ha puesto un poco de moda por varios motivos: uno es que afloraron los intereses de la industria eólica marina para instalar allí parques y otro es que por fin se ha acometido un estudio científico sobre la estructura de las placas tectónicas de la zona, investigación que coincide en el tiempo con una aparente reactivación de la falla. Y un tercero, no menos importante, es el interés en que la Unesco reconozca Ortegal como un geoparque. En su costa y la mariñana puede verse "literalmente o interior do planeta colocado na superficie, despois de moitos cataclismos e erosión", según el propio Canosa, director científico del proyecto. Hay rocas subvolcánicas que no afloran en ningún otro lugar del planeta.

Sin embargo, este geólogo no cree que el seísmo y todos los microterremotos sean resultado de una actividad reciente en la falla: "A rede sísmica é moi nova, 40 ou 50 anos, e ver cara a atrás no tempo non é posible, aínda que si sabemos que no caso do talud continental a orientación da fractura é a mesma que a da falla de Becerreá que provocou aquela crise sísmica de 1997". La rotación de África empuja toda la Península Ibérica hacia el norte y las tensiones se acumulan en los lugares más débiles… pero los resultados en estas latitudes no son los que se viven en Canarias, ni mucho menos.

Hasta hace poco no hubo prisa por conocer lo que se movía bajo la costa norte. Lo confirma José Luis Granja Bruña, del departamento de Geodinámica, Estratigrafía y Paleontología de la Universidad Complutense de Madrid, que en septiembre realizó junto con varios colegas un levantamiento sísmico de la zona utilizando para ello dos buques oceanográficos, el Sarmiento de Gamboa y el García del Cid, ambos de la Unidad de Tecnología Marina del CSIC.

La campaña MARIBNO (Margen Ibérico Noroeste) tuvo como objetivo "determinar la influencia de la herencia tectónica en la extensión e inversión alpinas en la zona de estudio". "Es un proyecto del Plan Nacional de Investigación desde el 2018 y que se retrasó por la pandemia pero el estudio se había pedido hace 15 años por varios grupos y hasta ahora no conseguimos que lo financiaran".

José Luis Granja Bruña: "Con los datos de exploración profunda que hemos obtenido sabremos por qué ocurren estos seísmos"

El García del Cid vino ex profeso desde el Mediterráneo para largar más de seis kilómetros de cables, un streamer para adquirir 600 kilómetros de "sísmica de gran ángulo en tres transectos de 200 kilómetros cada uno, con registro simultáneo en OBS y estaciones en tierra". Entre 15 y 20 mar y en tierra firme la estructura de las placas tectónicas. La idea es conocer cómo se formó el Golfo de Vizcaya pero a ese conocimiento básico del fondo abisal podrían acceder después empresas que tienen sus ojos puestos en la zona. La sísmica de refracción y reflexión ya se habían utilizado antes en otros mares como el del Banco de Galicia, frente a las Rías Baixas, o hacia Asturias, cuando en los años 80 y 90 del pasado siglo se buscaba allí petróleo.

"Aquí no había información porque la roca madre no es de petróleo pero sabemos que a lo largo del margen oceánico hay distintos materiales metamórficos y ocurren diferentes terremotos", explica Granja. En su opinión, la mayoría de los seísmos no son significativos y algunos como el del 29 de octubre en torno a magnitud 4 son muy raros: "Uno de magnitud 5 sería excepcional". Aún así, reconoce que el mecanismo de foco no es conocido, "es un poco raro y debemos echarle tiempo, va todo un tanto lento y todavía tendremos que sacar conclusiones".

Lo que sí ven claro desde el punto de vista de la ciencia básica es que existen "unas fallas tectónicas de libro que acomodan unos esfuerzos tremendos" y desde esa fecha han vuelto a producirse terremotos de magnitud superior a 3, el último el pasado día 6. Eso en el cortísimo plazo geológico pues la hemeroteca nos habla de anteriores ‘sustos’ y despertares bruscos con algunas series sísmicas como las de abril de 1994. El día 15 tembló A Mariña y el Occidente astur con un seísmo de 4,2 con epicentro en Abres y después hubo réplicas hacia Burela, Mondoñedo y A Pastoriza.

Otro de 3,1 con epicentro en Foz volvió a despertar a personas embarcadas y diez en tierra estudiaron con equipos en el fondo del los mariñanos pasadas las cinco de la madrugada del 22 de mayo de 1994. La provincia temblaba por la costa antes de hacerlo por la montaña y, como precedente de lo ocurrido en estas últimas semanas, y en el mismo punto del Cantábrico al norte de la Estaca, un temblor de magnitud 3,4 grados provocó el temor el 15 de marzo de 1995. Fue percibido en A Coruña, Ferrol, Santiago, Viveiro, Lugo o Chantada. Ocurrió a última hora de la tarde y las centralitas de las policías se colapsaron con la alarma. Hoy la población parece más y mejor informada y la sismicidad en torno al grado 4 es rara, con pocos eventos significativos.

Lo que sí crece es el interés por los recursos naturales y las materias primas, lo que llevó el pasado 29 de noviembre a aprobar en el Parlamento de Galicia, por unanimidad y a iniciativa del BNG, una moratoria para la minería submarina y que se excluya de ella el Banco de Galicia frente a la costa gallega. Sobre el interés de la industria eólica marina en instalar parques frente a Ortegal y A Mariña, Fran Canosa dice que "se son flotantes non teñen problema e se van en plataformas suxeitas ao fondo, non irán no cantil; os proxectos das supostas áreas eólicas son a unhas 12 millas da costa e aí a sismicidade non é relevante". La eólica no es el fracking que usan en EE.UU. para sacar hidrocarburos, inyectando agua y químicos en la roca que generan seísmos.

Impacto social | ¿Es necesaria una red sísmica gallega más completa?

falla cantábrica

Investigadores de la Universidad de Oviedo especializados en terremotos monitorizaron la falla cantábrica y en una carta al presidente de la Xunta de Galicia recomendaron en octubre crear una red sísmica gallega que complemente los seis equipos del IGN, uno de los cuales está en A Pontenova. Gabriela Fernández, Sergio Llana, Jorge Acevedo y Carlos López creen que tras los de Becerreá y el Cantábrico, dicha red permitiría estar "mejor preparados a medio y largo plazo y dar respuesta informada a futuros eventos geológicos".

Ven necesario establecer su potencial impacto social. En los últimos 40 años se registraron más de 5.000 terremotos en Galicia y una veintena superaron la magnitud 4. El IGN solo informa de los de magnitud igual o superior a 2,5 y los sentidos por la población.

300
Terremotos percibidos por la población cada año, de los 6.000 anuales que registra en España el IGN.

Sondeo complicado | Explosiones de aire comprimido hacia el fondo abisal

El estudio de la estructura del fondo marino y del tipo de corrientes para obtener datos de exploración profunda es un trabajo delicado y peligroso pues implica el despliegue de equipos desde menos de mil metros de profundidad hasta los 4.800 y 4.900 metros. José Luis Granja indica que el arrastre de ristras de hidrófonos de hasta seis kilómetros de longitud es complicado al tratarse de zonas de pesca y con protección ambiental.

"También utilizamos explosiones de aire comprimido en la sísmica de reflexión que son inocuas para el medio marino pero, no obstante, llevábamos a bordo 4 observadores de mamíferos y cuando se acercan las paramos", señala el investigador de la Complutense. "Los disparos son muy suaves y, de hecho, los delfines acudían a menudo a jugar con nosotros, aunque las ondas que generamos es posible detectarlas en la estación de Santiago y en equipos que colocamos en los bosques, para después valorar la información".

Hay que ir con cuidado para no repetir lo ocurrido con la campaña del Hespérides a principios de este siglo cuando intentaron localizar calamares gigantes en la costa asturiana frente a Colunga mediante explosiones de aire comprimido. El caso llegó a los juzgados de Villaviciosa y el CSIC dictaminó que habían matado calamares.

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