A Mariña: La pandemia rompe planes y divide familias en esta Navidad

La limitación en el número de las reuniones hará que se repartan los comensales y otros no saben si podrán cruzar a otras autonomías
La tarrafa que decora Tupide, en Goz, iluminando la Navidad. D.V.
photo_camera La tarrafa que decora Tupide, en Foz, iluminando la Navidad. D.V.

Las fiestas navideñas están ya a las puertas y todo el mundo aguarda con expectación a cómo evoluciona la curva de contagios del covid y las restricciones que marcan las autoridades competentes en cada territorio. Es por ello que quien más y quien menos ya ha echado cuentas para pensar cómo afrontar las comidas y cenas especiales de la Navidad, unas celebraciones que suelen ser multitudinarias y en las que, en la mayoría de las casas, se suelen juntar más de diez personas, límite de comensales que parece se va a imponer para este año.

Ninguno de los mariñanos cuestionados se mantiene al margen de estas cuentas y todos se mueven desde la cautela para evitar el riesgo que puede llevar aparejado no respetar las medidas de distanciamiento social.

De esta forma, todos apuntan que tendrán que renunciar a ver a algún ser querido, pero destaca especialmente el caso del alcalde de Burela, Alfredo Llano, quien siempre despide cada año con una gran reunión familiar en Castroverde, tierra de su esposa. "Vimos sendo uns 30 e facémola en Castroverde porque se achegan parentes de moitos sitios, así que a pandemia vainos alterar este plan", relata.

Ellos ya han decidido prescindir de esta comida "porque non íamos estar a gusto" y espera, "con sorte, poder deixala para Semana Santa ou o verán", señala esperanzado. A Llano le apena tener que anular esta convocatoria, "porque pasámolo sempre de marabilla e veñen parentes que practicamente só vemos esa vez no ano", pero cree que, a pesar de todo, "socializar hai que socializar algo, pero sempre con responsabilidade".

Alfredo Llano: "Sempre nos reunimos unhas 30 persoas en Castroverde e este ano non o faremos. A ver se se pode celebrar en Semana Santa"

Sus planes se reducirán al máximo. "En Noiteboa comeremos cos dous fillos e con outros dous parentes da Fonsagrada, pero aínda non decidimos se imos nós alí ou veñen eles a Burela", apunta.

CUMPLIR AL MÁXIMO. También cumplirá escrupulosamente las medidas otro regidor de la comarca, el ribadense Fernando Suárez: "Teño unha familia pequena e, non por moito, pero si que nos xuntábamos máis de dez persoas, así que este ano, con moita dor de corazón, non vai poder ser".

Suárez lo tiene claro. "A mellor maneira de dar recomendacións é predicar co exemplo e cumpriremos as recomendacións aínda que os maiores non o entendan ben. Farémolo polo seu ben e teremos que repartirnos", asume.

En algunos casos, distintas situaciones personales ya han provocado que redujesen las citas sociales a la mínima expresión desde hace tiempo. Es lo que le sucede al cronista de Foz, Suso Fernández, que a sus 83 años no quiere arriesgarse: "Somos familia dabondo, porque xa teño sete netos, pero vai tocar reducir e xuntarse dentro das normas dictadas".

En una posición similar se encuentra Eduardo Míguez, director general adjunto de Puerto de Celeiro. "Eu non teño ningún plan porque teño unha situación familiar complicada pola enfermidade dunha parente moi cercana e temos que traballar tamén, así que os plans para este Nadal van ser moi caseiros", explica.

Fernando Suárez: "Teño unha familia pequena, pero eramos máis de dez, así que, con moita dor de corazón, tocará dividirse"

Donde también tendrán que limitar las comidas y cenas es en la familia de Guillermo Redondas, gerente de la confitería La Alianza, con despachos en Mondoñedo y Ribadeo: "Facíamos catro reunións grandes (Noiteboa, Nadal, Fin de Ano e Aninovo) e podíamos ser unhas 18 persoas, así que este ano tocará dividirse. Esas catro reunións son os nosos plans principais nestas festas sempre, porque é unha época de moito traballo na confitería", confirma.

ERASMUS, SIN REGRESO. En casas en las que hay jóvenes universitarios estudiando fuera, algunas ya han decidido que no harán una pequeña interrupción en su Erasmus para visitar a la familia.

Es el caso de la hija de Jesús Louzao, propietario del restaurante Louzao, en Viveiro. "Está de Erasmus en Croacia e non vai vir porque é un follón moi grande viaxar desde o estranxeiro. Como está cun grupo duns 20, optaron a maioría por quedar aló e van pasar o Nadal xuntos en Zagreb. O outro fillo está en Madrid e, se podemos movernos, si que virá pasar as festas porque leva sen vir desde que marchou en setembro. Nós sempre eramos 15 para cear e agora teremos que ser menos, pero estas festas hai que intentar celebralas cumprindo co que nos marquen", indica el hostelero vivariense.

LEJOS DE LA FAMILIA. Los vecinos de la comarca originarios de otros lugares tampoco saben si podrán viajar y en el caso de los extranjeros, ni siquiera se plantean regresar por Navidad a sus países.

Jesús Louzao: "Sempre eramos unhas 15 persoas e pasaremos a un máximo de cinco porque unha filla non vai vir desde Croacia"

César García Arias, empleado de Alcoa nacido en Avilés y residente desde hace 15 años en San Cibrao, espera poder desplazarse a su tierra natal. "A mí podría afectarme si no me dejan entrar en Asturias. De momento está cerrada la frontera y aún pudiendo, no nos podremos juntar toda la familia en Nochebuena", afirma resignado este miembro del comité.

Igualmente, es consciente de que, si finalmente puede desplazarse, tendrá que reducir las reuniones con sus amigos de la adolescencia: "Tengo una pandilla de más de diez amigos, así que supongo que si hacemos algo, nos acabaremos dividiendo por mayor afinidad". Y en la comarca ya ha renunciado a otros eventos: "No vamos a tener la habitual cena de empresa del turno".

A la incertidumbre generada por la pandemia se une en su caso el futuro de su empleo, ya que trabaja en la planta de Aluminio. "Soy optimista y el juez creo que nos va a dar la razón, pero claro que estoy preocupado porque la empresa no quiere seguir aquí. Si los políticos hacen lo que llevan prometiendo meses, no habrá problema. El aluminio es una industria en auge e incluso se va a utilizar para la vacuna", manifiesta esperanzado.

Jozi de Oliveira y William Solano, brasileña y venezolano, respectivamente, han decidido ya hace semanas que esta Navidad no tocará viajar a sus países de origen. "Llevo un año y medio sin ir a Brasil porque en las vacaciones de julio decidí no hacerlo para no correr riesgos por la situación que había en mi país y aquí. Me apetecía muchísimo ir porque, por ejemplo, tengo un sobrino que ya tiene un año y todavía no conozco en persona", explica apenada la meta del Pescados Rubén Burela.

Guillermo Redondas: "Facemos catro reunións grandes e podemos xuntarnos 18 persoas, así que este ano tocará repartirse"

Sus compromisos profesionales han imposibilitado que ella y sus compatriotas puedan viajar: "Tenemos la Copa de la Reina para la semana, un partido el 27 y el 9 de enero la Supercopa. En estas fechas tan señaladas no es habitual la resolución de dos competiciones, pero es nuestro trabajo".

Para evitar la morriña, las futbolistas brasileñas seguramente "quedaremos a cenar para tener una noche agradable porque será el primer año que pasemos todas juntas aquí", avanza.

Tampoco podrá visitar su Venezuela natal William Solano, el responsable del Banco de Alimentos de A Mariña, que redobla esfuerzos para que ninguna familia se quede sin comida en unas fechas tan señaladas: "Estamos trabajando a tope y no vamos a tener la cena de voluntarios, por lo que le preparamos una cesta para cada uno, ni la cena abierta del día 24 para la gente que está sola".

A nivel personal dice que "ni se me pasó por la cabeza la idea de ir a Venezuela" y también renuncia a reunirse con la familia que tiene aquí. "Tengo hermanos y parientes en Madrid y Lugo, así que el 31 nos juntábamos, pero este año quedaremos en casa. Tengo mujer y tres hijos, así que ya casi somos mayoría", señala entre risas.

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