El Opel Kapitän sigue planeando en Mondoñedo

Ángel y José Ramón Díaz mantienen dos unidades de este 'haiga' de inspiración americana y factura alemana cuyos seis cilindros acumulan kilómetros e historia.
El Opel Kapitän. JOSÉ Mª ÁLVEZ
photo_camera El Opel Kapitän. JOSÉ Mª ÁLVEZ

Fue marca apreciada para echar a andar con coches pequeños e incluso conocimos algunos Opel confortables y de alta gama como los Omega y Senator, pero de algunos haigas de las clases pudientes anteriores apenas existe recuerdo en museos, colecciones o, como es el caso, en reuniones de clásicos. 

El Opel Kapitän es uno de los fijos en Mondoñedo, ciudad con tradición automovilística y no solo monumental, religiosa o literaria. Los coches están en ese mundo transversal del siglo XX pues este en color crema recién reparado de chapa y pintura llegó de segunda mano a la casa de José Ramón Díaz (Casa de Carballo) al fallecer dos hermanos solteros que hicieron su vida entre Mondoñedo y Cuba. En la isla tenían negocios, dicen que relacionados con la filatelia, pero los perdieron con la revolución castrista y regresaron a Mondoñedo. Quizás su periplo postal destaque más que el rodada o la finca que tuvieron aquí, hoy dedicada a eventos.

"O coche é de 1956, feito en Alemaña e matriculado en Madrid. Cando llo comprou meu pai ás irmás dos finados Xeada (o Geada), xa tiña dez anos", dice Ángel Díaz, quien regenta una explotación ganadera en Os Remedios. Era uno de aquellos coches de línea estadounidense fruto de la alianza de Opel y General Motors (el gigante comprara la marca alemana en 1929) muy del estilo americano y caribeño, con mecánicas eternas que continúan en la brecha.

Ficha técnica

El padre de Ángel lo usó en el día a día por las carreteras de la zona o para traer y llevar a sus dos hijas, que estudiaban en Santiago. "É moi confortable e ten os típicos asentos corridos, coma sofás. Na documentación antiga constan seis prazas pero pasa a ITV como coche ‘normal’ de cinco, non como clásico e recambios aínda se van atopando por internet, fíxenme recentemente en Alemaña cuns cilindros de freo para as tamboras dianteiras", dice su propietario. El Kapitän pesa tonelada y media, que para su época y sistema de frenos era bastante, pero dicen que ha sido muy fiable: "Non sei cantas voltas daría xa o contaquilómetros pois antes andaba seguido".

No obstante, a través de un anuncio en el periódico llegaron a comprar otro Kapitän para piezas a un vecino de Vigo al que ya solo le hacía bulto en la plaza de garaje. Lejos de ser despiezado, el de color azul también se quedó andando en casa y es asiduo de las citas de clásicos.

"O de cor crema e teito azul —dice Ángel que alguna ceremonia de allegados ha hecho— ten sobre o capó un símbolo cromado dun avión pero non é orixinal. Durante a concentración das Quendas de 1994 un señor díxolle a meu pai que tiña tirado no garaxe ese símbolo e niquelouse para poñerllo, e quédalle ben". Casa bien con el logotipo de Opel de entonces que en lugar del rayo actual se basaba en una máquina alada, dicen que estilo Zeppelin. Antes que coches que rivalizaran con los Mercedes- Benz, la casa fundada por Adam Opel en 1862 fabricó máquinas de coser o bicicletas. Y este Kapitän es ya 4ª generación de un modelo que nació como bello cupé y tuvo 9 series, dejándose de fabricar como sedán en 1968. Las aletas traseras de este Kapitän denotan su inspiración americana años 50. 

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