La comarca de A Mariña despide el mes de agosto con dos citas que arrastran multitudes, la Festa Normanda de Foz y O Naseiro en Viveiro, donde este sábado miles de personas disfrutaron de sus jornadas centrales.
En la villa focense el plato fuerte del día llegó pasadas las dos de la tarde con la representación del desembarco normando. La playa de Tupide se llenó de espectadores que se mostraron atentos ante la inminente llegada de los barcos normandos a Foz que empezaban a asomar por el horizonte.

Se advertía lo que parecía un día tranquilo para un focense de la época, dedicado a sus labores de labranza, que terminó por convertirse en una batalla campal por la defensa de su pueblo frente al ataque de los hombres del norte.
Armados con piedras y defendiéndose con aparejos de labranza y todo aquello que tuvieran a mano se fraguó el combate que trajo consigo la "muerte" de miembros de ambos bandos. La contienda terminó saldándose con el milagro de San Gonzalo, que bajó desde San Martiño y consiguió hundir los barcos de los invasores. Los focenses festejaron su victoria como nunca, donde no faltó la música tradicional para enaltecer más si cabe el milagro de haber ganado la contienda.

Muchas familias disfrutaron de la fiesta, como Néstor, Elsa y sus hijos Simón y Damián, que portaban sus pequeñas espadas normandas. "Nos acercamos casi todos los años, ya vinimos embarazados y ahora con los pequeños", comenta Elsa.
Al principio venían con todo el grupo de amigos, pero cuando nacieron sus pequeños los planes cambiaron. No pierden la tradición de vestirse con el traje de normando y han incluso transmitido esta tradición a sus hijos, "Hai contacontos e algún taller, algo faremos", confiesa Néstor.
Hoy aun queda diversión con el desembarco infantil, a las cinco y media de la tarde, y la actividad en el mercado y el campamento.
Diversión garantizada. En el municipio vivariense había muchas ganas de volver a disfrutar de O Naseiro, "a mellor festa sen discusión" para muchos, y eso se dejó notar este sábado en la primera jornada con larga sesión vermú y verbena.

El recinto festivo era una explosión de color al mediodía para bailar en los primeros pases del grupo JB Son y la orquesta Stereo, con el recinto lleno como se esperaba que sucediera también por la noche. Collares hawaianos, sombreros y pañuelos de cowboy, gafas de colores o camisetas con el mensaje más esperado de "estamos de volta!!!" identificaban a las decenas de grupos de amigos -la inmensa mayoría jóvenes- caracterizados con mucho humor y que disfrutaban de la fiesta en la doble sesión vermú, donde no faltaban las sombrillas de sol ni otro clásico en esta romaxe, las neveras portátiles de las que proveerse cuando la sed aprieta.
Como incidencia a reseñar, un joven se rompió un brazo en la romería y tuvo que ser trasladado al Hospital da Mariña.